Tanques, abogados y merengue

"Se?or ministro de la Defensa, m¨¢ndeme diez batallones a la frontera, incluyendo a los tanques", orden¨® el presidente Hugo Ch¨¢vez en la transmisi¨®n de Al¨® Presidente, su programa de televisi¨®n y radio de todos los domingos. Como se sabe, esto fue en respuesta al bombardeo de Colombia a un grupo de las FARC refugiado en territorio ecuatoriano. El presidente Ch¨¢vez aclar¨® que tambi¨¦n estaba listo para "mandar los Sukhoi", los avanzados cazabombarderos rusos que adquiri¨® recientemente. La reacci¨®n de Colombia fue tan r¨¢pida como sorprendente: "He dado la orden de no movilizar un solo soldado a las fronteras", declar¨® Juan Manuel Santos, ministro colombiano de Defensa. El presidente ?lvaro Uribe tambi¨¦n reaccion¨® de manera inesperada: "Colombia se propone en la Corte Penal Internacional denunciar a Hugo Ch¨¢vez, presidente de Venezuela...".

Vivimos en un mundo donde es posible responder con abogados a quienes amenazan con tanques

El desenlace pac¨ªfico de este incidente es una gran contribuci¨®n de la cumbre del merengue

Afortunadamente, ninguna de estas acciones ser¨¢ necesaria. Los jefes de Estado de Am¨¦rica Latina se reunieron en una cumbre en la Rep¨²blica Dominicana, tierra del merengue, donde varios se insultaron, el presidente Ch¨¢vez les cant¨® a sus colegas, todos hablaron largo, muchos fueron incoherentes, otros l¨²cidos, pero al final los agraviados se dieron la mano y decidieron retirar tanto tanques como abogados. Gracias a esto "... el mundo puede dormir tranquilo", inform¨® Rafael Correa, presidente de Ecuador. Esta informaci¨®n seguramente fue recibida con inter¨¦s y alivio en Irak, Gaza y Darfur.

Pero adem¨¢s de histrionismo, exageraciones y demagogia, esta cumbre presidencial tambi¨¦n nos trajo buenas noticias. La m¨¢s importante es, por supuesto, la desactivaci¨®n de una grave crisis. Otra, menos notada, es que la amenaza de ser llevado a juicio ante la Corte Penal Internacional puede llegar a pesar tanto en la mente de un presidente como la amenaza de diez batallones, tanques y bombarderos. En la reciente cumbre, el presidente Uribe nunca mencion¨® las amenazas b¨¦licas del presidente Ch¨¢vez. Pero en su discurso Ch¨¢vez s¨ª dej¨® entrever que no hab¨ªa pasado por alto las amenazas judiciales del presidente colombiano: "Me quieren hacer lo que hicieron con Milosevic...", denunci¨® Ch¨¢vez.

Slobodan Milosevic, el ex presidente de Yugoslavia, fue enjuiciado en La Haya por un tribunal internacional. Lo importante a notar es que Milosevic fue acusado y enjuiciado por el mundo. Esto a pesar de que los cr¨ªmenes de los que fue acusado ocurrieron en su pa¨ªs y que en el pasado sol¨ªan ser tratados como "asuntos internos" que no le incumben a ning¨²n extranjero. ?sta es la regla que permit¨ªa que dictadores ladrones y asesinos terminaran sus vidas apaciblemente en la Riviera francesa.

Esto ha cambiado y ahora hay una nueva tendencia mundial, simbolizada por la creaci¨®n de la Corte Penal Internacional, que merece reconocimiento y aplauso. Es gracias a esta nueva tendencia que Charles Taylor, el sanguinario ex presidente de Liberia, est¨¢ hoy en una c¨¢rcel en La Haya mientras es enjuiciado por un tribunal internacional por los cr¨ªmenes que cometi¨® en su pa¨ªs; o que, en Espa?a, Baltasar Garz¨®n pudo emitir una orden internacional de arresto contra el ex presidente de Chile Augusto Pinochet. Es igualmente la raz¨®n por la cual militares de Argentina al Congo han sido extraditados de sus pa¨ªses para enfrentarse a cargos en tribunales de otros pa¨ªses.

Estos ejemplos son muy distintos y representan una variedad de situaciones, circunstancias jur¨ªdicas e instituciones y reg¨ªmenes legales. Pero todos tienen en com¨²n que los impulsa una renovada actitud basada en la premisa de que quienes infringen la ley durante el ejercicio del poder ya no s¨®lo deben temer a la justicia de su pa¨ªs, sino a la de otros pa¨ªses e inclusive a la del mundo. Lenta, engorrosa, aburrida, imperfecta, y muchas veces arbitraria en su selecci¨®n de acusados, la justicia internacional es, sin embargo, una bienvenida adici¨®n a las normas e instituciones internacionales que intentan hacer nuestro mundo gobernable, seguro y justo.

Mandar a los tanques y bombarderos a la frontera con Colombia fue una exageraci¨®n de Hugo Ch¨¢vez. Amenazar con enjuiciar a Hugo Ch¨¢vez en la Corte Penal Internacional fue una exageraci¨®n de ?lvaro Uribe. El desenlace pac¨ªfico de este incidente es una gran contribuci¨®n de la cumbre del merengue. Pero quiz¨¢s lo m¨¢s interesante es que nos ayud¨® a descubrir que ahora vivimos en un mundo donde en algunas circunstancias es posible responder con abogados a quienes amenazan con tanques. Y ¨¦sta es una buena noticia.