Los organizadores de la derrota del PP
La incertidumbre sobre los resultados -al fin y al cabo un rasgo de autenticidad democr¨¢tica- ha envuelto hasta el ¨²ltimo momento unas elecciones ferozmente disputadas -provincia a provincia y casa a casa- por los candidatos presidenciales de los dos grandes partidos de ¨¢mbito estatal. No eran s¨®lo las dificultades para pronosticar los votos que pudiesen obtener Zapatero y Rajoy en toda Espa?a; adem¨¢s, la transformaci¨®n de esos enigm¨¢ticos sufragios en esca?os quedaba sumida en el misterio a causa de un sistema electoral caracterizado por la desproporcionalidad, el sufragio desigual y el sesgo en favor de las opciones m¨¢s conservadoras.
Resulta imposible saber si el asesinato el viernes de Isa¨ªas Carrasco, concejal hasta 2003 del ayuntamiento de Mondrag¨®n regido hoy por una alcaldesa de ANV, ha podido influir -y en qu¨¦ direcci¨®n- sobre los comicios; en cualquier caso, las repercusiones para las urnas del crimen de ETA, cuya sanguinaria presencia en las v¨ªsperas de las convocatorias electorales ha sido habitual, resulta incomparable con las repercusiones del atentado terrorista del 11-M.
A la espera de los resultados definitivos, las proyecciones a partir del escrutinio oficial provisional de las 22 horas asignan 169 esca?os al PSOE y 152 al PP, con el 44,66% y el 39, 41% respectivamente, sobre una participaci¨®n del 75,66%. Los socialistas no s¨®lo mantienen la condici¨®n de partido m¨¢s votado que les llev¨® al poder, sino que adem¨¢s mejoran el porcentaje de votos (42,64%) y el n¨²mero de esca?os (164) de 2004; aun sin conseguir la mayor¨ªa absoluta, disponen de esa imprecisa mayor¨ªa suficiente que permitir¨¢ la investidura de Zapatero y les dar¨¢ el control del Congreso. Los populares mejoran tambi¨¦n en esca?os y porcentaje de votos (148 y 37,64%) pero siguen estancados en una posici¨®n subalterna.
Los comentaristas deportivos rara vez se ponen de acuerdo a la hora de establecer si el marcador final de un partido de f¨²tbol se debe a los m¨¦ritos del equipo ganador o a los fallos del once contrario. El presidente del Gobierno se vio sometido a una furiosa operaci¨®n de acoso y derribo que sus predecesores en el cargo tuvieron que soportar s¨®lo a partir de su segundo mandato. La audacia de Zapatero para forzar los l¨ªmites de lo posible en el mundo real -el arte de la pol¨ªtica, seg¨²n la definici¨®n cl¨¢sica- traspas¨® seguramente las fronteras de la prudencia en las conversaciones con ETA y la creaci¨®n de expectativas desmesuradas sobre el Estatuto de Catalu?a: el PP manipul¨® de manera demag¨®gica ambos errores.
La estrategia de la crispaci¨®n aplicada por los populares desde el comienzo de la legislatura a fin de recuperar el poder perdido en las elecciones del 14-M convierte su derrota en un palmario fracaso, logrado a pulso por unos dirigentes tan irresponsables, torpes e incompetentes como los oficiales victorianos que condujeron al desastre durante la Guerra de Crimea a la Brigada Ligera cantada por Tennyson. Si el comportamiento pol¨ªtico de Rajoy y dem¨¢s organizadores de la derrota del 9-M estuviesen a la altura de su ret¨®rica autocomplacencia, la ¨²nica reacci¨®n digna ser¨ªa la dimisi¨®n.
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