Megavatios de quita y pon

Como en los inventos del profesor Franz de Copenhague, parece f¨¢cil pero hab¨ªa que pensar en ello: los embalses pueden ser reversibles. Dicen que el volumen de agua es pr¨¢cticamente inagotable -excepto fugas y evaporaci¨®n-, gracias a un circuito en el que el agua cae por la ma?ana, o cuando haya que producir, y mediante bombeo se retorna el agua a la zona alta del embalse por la noche, o cuando la electricidad no sea necesaria. Esta presa reversible lleva visos de convertirse en la estrella energ¨¦tica de la legislatura. Surgi¨® de una de esas improvisaciones tan encantadoras que se han convertido en moneda corriente durante el ¨²ltimo Gobierno. Hab¨ªa que ampliar la cuota de energ¨ªas renovables, de forma que se urgieron sugerencias de las empresas el¨¦ctricas. La que ten¨ªan m¨¢s a mano era las presas de ida y vuelta. Siempre dispuesto a entusiasmarse con cualquier trivialidad, Medio Ambiente apadrin¨® la idea y ya est¨¢n en proyecto unos 6.000 megavatios de quita y pon.

Si el futuro energ¨¦tico va a depender de las presas reversibles, apaga y v¨¢monos, nunca mejor dicho. Un sistema de retorno h¨ªdrico sin fin tiende a gastar casi tanta energ¨ªa como la que produce. El truco de la reversibilidad

del agua parece estrictamente contable, puesto que la electricidad en horas valle est¨¢ peor retribuida que en horas punta de consumo. Tambi¨¦n es pura contabilidad la obsesi¨®n de aumentar la presencia de renovables en la producci¨®n energ¨¦tica, sean o no resolutivas y rentables.

Al final, las presas reversibles ser¨¢n juguetes tan inocuos y vistosos como las fuentes p¨²blicas. M¨¢s o menos, como la fuente con chorrito y doble filamento lum¨ªnico que las fuerzas vivas de Villar del R¨ªo quer¨ªan instalar para admirar a los americanos en Bienvenido, Mr. Marshall. El sistema el¨¦ctrico malvive en los ¨²ltimos a?os al borde del apag¨®n, no se acaba de articular un debate en serio sobre la energ¨ªa nuclear y est¨¢ aparcado un contencioso grave con Argelia a cuenta del gas. Confiemos en que los embalses reversibles no sean la ¨²nica estrategia brillante que se le ocurre al Gobierno para tranquilizar a los consumidores, siempre a un paso de la tiniebla.