Delfines en Mozambique

EN MOZAMBIQUE todav¨ªa es posible sentir la llamada de ?frica. La hospitalidad de su gente y el idioma, el portugu¨¦s, lo hace especialmente atractivo para el viajero espa?ol, que nunca tiene la sensaci¨®n de ser el t¨ªpico turista. Hay un gran n¨²mero de alternativas: visitar las playas del ?ndico (donde se puede bucear para ver corales), disfrutar de los interesantes parques naturales o navegar en una peque?a embarcaci¨®n por el ex¨®tico r¨ªo Limpopo.

Su capital, Maputo, es una ciudad en la que se mezclan la cultura africana y los restos coloniales de su pasado portugu¨¦s. Es el punto obligado para iniciar la visita.

Nuestra peque?a aventura consiste en el viaje a Inhaca, una isla situada a 34 kil¨®metros de Maputo, a la que se llega tras un corto vuelo de apenas 15 minutos en una precaria avioneta. En una barca con motor fueraborda nos desplazamos a la isla de los Portugueses, un peque?o enclave deshabitado. Estuvimos solos, con la ¨²nica presencia de dos simp¨¢ticos delfines que contemplaban desde lejos nuestro ba?o. Las aguas son claras, con una temperatura ideal y preciosas conchas.

Pero lo m¨¢s impactante del pa¨ªs fue ver c¨®mo un pueblo lucha por salir adelante en las condiciones m¨¢s precarias, c¨®mo se valora lo que para el europeo es habitual.