Contrici¨®n
- Autocr¨ªtica. Jordi Guillot, dirigente de ICV y senador electo, tiene un blog. La foto, pura coqueter¨ªa, es de cuando hizo la primera comuni¨®n. Eso al margen, ha comentado en ¨¦l los resultados de ICV. Su an¨¢lisis es l¨²cido o lucido: la culpa es de los dem¨¢s. "Como toda fuerza minoritaria somos vulnerables a las din¨¢micas tan extremas del voto ¨²til", escribe. Y a?ade: "La debilidad de IU no nos ha ayudado nada". Lejos de Guillot el vicio de la autocr¨ªtica, clara perversi¨®n estalinista.
- Conocido y por conocer. Mait¨¦ Arqu¨¦ fue la senadora m¨¢s votada el pasado domingo en Barcelona. Consigui¨® el 26% de los votos. En no pocas poblaciones, a rebufo del PSC, super¨® el 50%. Pero ?qu¨¦ ocurri¨® en Badalona, donde era alcaldesa y la conocen? Se qued¨® en el 19%. Puede consolarse con lo de que nadie es profeta en su tierra.
- Confusiones. Rafael Luna, secretario general del PP en Catalu?a, utiliza habitualmente el catal¨¢n. Mal, bastante mal. Un ejemplo: tras las elecciones se refiri¨® al impacto de los medios de comunicaci¨®n. Quer¨ªa decir mitjans, pero pronunci¨® "mitjons" (calcetines). No se dio cuenta hasta que el personal estall¨® en carcajadas.
- En la peluquer¨ªa. Viernes previo a las elecciones. Media tarde. La Pelu de la calle de la Argenteria de Barcelona. Se abre la puerta y entra un cliente habitual: el n¨²mero dos de la lista socialista por Barcelona, Joan Clos. Saluda, como siempre, se sienta, le arreglan el pelo, paga y se va. La escolta se qued¨® fuera. El hombre aprovech¨® la suspensi¨®n del mitin para asuntos personales.
- Pecadores. Domingo Gonz¨¢lez, profesor de Doctrina Social de la Iglesia (cat¨®lica) del Instituto CEU, cree que es "acertado" que el Vaticano ponga en guardia ante nuevos pecados. Lo que define el Vaticano, precis¨®, "son las formas de pecar de nuestro tiempo". Gonz¨¢lez opina que en el hombre actual hay una p¨¦rdida de conciencia del sentimiento de pecado, pero no del sentimiento de culpa. "El hombre se siente culpable y no sabe por qu¨¦". Y llega el Vaticano y lo explica. Si se puede tener una vida temerosa, ?por qu¨¦ optar por la felicidad? Quede ¨¦sta para la otra vida, si es que la hay.
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