El Deportivo desquicia al Madrid

En el minuto 11, Guti ya hab¨ªa retrasado dos veces la pelota a Casillas y repartido un par de broncas a sus compa?eros por no acudir con puntualidad a la cita con el pase. La escena resume un partido en el que el Madrid se dej¨® enredar en la trampa que le tendi¨® Miguel ?ngel Lotina. A Guti se le permit¨ªa sobar la pelota lejos del ¨¢rea, hasta que no le quedaba m¨¢s remedio que rifarla en una mara?a de piernas, y el Deportivo, con el blindaje de tres centrales, sal¨ªa a la contra con Lafita y Wilhelmsson en estado de inspiraci¨®n. Era cuesti¨®n de esperar porque se sab¨ªa que el Madrid se apoca en Riazor: 16 temporadas sin vencer.

Al inicio del partido, Casillas se tom¨® m¨¢s tiempo del necesario en ocupar la porter¨ªa, como si estuviese d¨¢ndole vuelta a las circunstancias inexplicables que motivan que un gran equipo se achique por tradici¨®n.

Bernd Schuster interpret¨® el partido en clave de ausencias. Con Van Nisteleroy lesionado y Robinho exigido antes de tiempo, entreg¨® a Soldado, con el que s¨®lo hab¨ªa contado 58 minutos en la temporada, la punta del ataque y a Drenthe la banda izquierda. Torres supli¨® a Sergio Ramos y la recuperaci¨®n de Cannavaro desplaz¨® a Heinze al lateral zurdo. La l¨ªnea de creaci¨®n la sorte¨® entre el m¨²sculo de Diarra, la voluntad de Sneijder y el criterio de Guti. Pero ¨¦ste se debat¨ªa entre pensar por todos o atender la banda derecha. Lotina no mare¨® el m¨¦todo. Confi¨® en el once que gan¨® al Espanyol y el Sevilla y empat¨® en Valencia.

Hay estadios que pesan demasiado. El Madrid fue recibido con una pancarta de los Riazor Blues: "Desde 1991 s¨®lo existe un estilo en Riazor". Anoche no estaba Djalminha, pero Lafita y Willy tiraron tres ca?os que evocaron otros tiempos.

El Madrid ha convertido la Liga en una monta?a rusa emocional. Es incapaz de cerrarla. Con el consuelo de un colch¨®n de ocho puntos sobre el Bar?a, se limit¨® a esperar a que terminase el partido como hab¨ªa empezado. En el primer tiempo no tir¨® entre los palos. Abus¨® de la banda izquierda, pero por ah¨ª ca¨ªa Drenthe, al que le quedan muchos pelda?os para llegar a la altura de Robinho. El Depor se sinti¨® muy c¨®modo ante esta situaci¨®n. De Guzm¨¢n y Sergio acababan la presi¨®n sobre Guti que comenzaba Lafita y, cuando la pelota sal¨ªa de sus botas, Lopo, Amo o Coloccini la pescaban antes de que llegasen Ra¨²l y Soldado.

Cuando el partido se march¨® al descanso, dio la impresi¨®n de que tanto el Depor como el Madid firmar¨ªan el empate. Pero en el minuto 54 apareci¨® Filipe, se deshizo de Torres, tir¨® a porter¨ªa y Diarra desvi¨® la trayectoria. Riazor rugi¨® como hace 16 a?os, cuando se emancip¨® sentimentalmente del Madrid.

Con el marcador en contra, Schuster reaccion¨®. Prescindi¨® de Soldado -la vieja aspiraci¨®n de Augusto C¨¦sar Lendoiro desempe?¨® un papel menor- y de Drenthe para jug¨¢rsela con la inspiraci¨®n de Robinho y la movilidad de Higua¨ªn. Termin¨® de completar el viraje incluyendo a Baptista por Drenthe. Este cambio provoc¨® que Diarra se mudase al lateral izquierdo, pero el Madrid continu¨® estrell¨¢ndose frontalmente contra la defensa.

El Depor continu¨® a lo suyo, esperando que una contra le permitiese sentenciar el partido. Pudo llegar el segundo gol si Willy hubiese conectado con Manuel Pablo o si Guardado, que continu¨® las carreras de Lafita, atina en dos latigazos contra la porter¨ªa de Casillas.

Guti busc¨® a Robinho en los minutos finales, pero para ganar en Riazor hace falta algo m¨¢s. Fue una fiesta. Otra m¨¢s contra el Madrid. Hasta por megafon¨ªa se felicit¨® a De Guzm¨¢n por no haber marcado.

Deportivo 1 - Real Madrid 0