Un partido inestable y cambiante
La historia del Partido Andalucista (PA) es la de una formaci¨®n inestable y tornadiza. Basta echar un vistazo a su recorrido para saber de su condici¨®n mutante: varios nombres, varias siglas, l¨ªderes querellados entre s¨ª, rupturas, reconciliaciones, alianzas, refundaciones. O estudiar los gr¨¢ficos de la evoluci¨®n del voto para leer en los altibajos la marcada levedad de un proyecto pol¨ªtico que pasa como si nada del desierto al florido pensil (de tres diputados a diez entre 1986 y 1990), y del cielo al fango (de gobernar la Junta hace 5 a?os a carecer de representaci¨®n auton¨®mica).
El embri¨®n del PA surge en el tardofranquismo en torno a Alejandro Rojas-Marcos. Se llamaba Compromiso Pol¨ªtico (CP), y se constituy¨® como sociedad an¨®nima, inscrita en el Registro Mercantil, para tener justificada siempre cualquier reuni¨®n. M¨¢s tarde se transforma en Alianza Socialista Andaluza (ASA) y en 1976 pasa a llamarse Partido Socialista de Andaluc¨ªa (PSA). Tras el 28-F, en cuyo proceso interviene con demostrada impericia y desacierto, se derrumba, y el PSOE recoge el testigo del entonces efervescente sentimiento andaluz, a?adiendo, como tambi¨¦n hicieron el resto de las formaciones, una "A" a sus siglas (PSOE-A; PCA). El andalucismo pol¨ªtico sufre la primera oscilaci¨®n ideol¨®gica: se le cae la "S" de socialista y las iniciales PA -que antes del cambio estaban en la imagen corporativa, pero quer¨ªan decir poder andaluz-, cobran un nuevo significado: Partido Andalucista. La vertiente nacionalista adelanta a la social y se coloca a la cabeza. Se producen salidas en bloque de militantes que se entreveran en las filas de otros partidos, preferentemente el socialista.
Con el paso del tiempo las antag¨®nicas personalidades de Rojas-Marcos y Pedro Pacheco colisionan de frente, y del destrozo brota un nuevo partido, el PAP (Partido Andaluz de Progreso) que crea el ex alcalde de Jerez cuando lo echan. La reconciliaci¨®n, obligada unos meses m¨¢s tarde por el batacazo electoral, conduce a una de las grandes extravagancias andalucistas: una plataforma en 1994 con un empresario de candidato, Arturo Moya, que no obtuvo acta y enseguida busc¨® nuevos caladeros. Perdieron siete esca?os. Pacheco regres¨® al PA, pero no tardaron en abrirse renovadas grietas en los liderazgos, dirimidas hasta en los tribunales, y eso que la etapa que vino a continuaci¨®n ha sido la m¨¢s confortable de la historia del PA, instalado en el poder mediante el pacto de gobierno con el PSOE en la Junta. Primero fue Antonio Ortega contra Pacheco (expulsado una vez m¨¢s), a quien arrebat¨® la candidatura a la Junta, despu¨¦s Ortega contra Rojas-Marcos, o viceversa.
Una nueva generaci¨®n, la de Juli¨¢n ?lvarez, tom¨® la direcci¨®n a finales de 2004. Nueva estampida. Nueva sopa de letras alrededor de la formaci¨®n matriz. Nueva recomposici¨®n de urgencia en Coalici¨®n Andalucista (CA). Nuevo y rotundo batacazo.
Los an¨¢lisis que se hicieron de la fallida coalici¨®n de 1994 son id¨¦nticos a los de ahora. La teor¨ªa de los ciclos hist¨®ricos en el PA se cumple con una exactitud asombrosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.