El Dalai Lama denuncia genocidio cultural

El Dalai Lama, l¨ªder espiritual de los tibetanos, lanz¨® ayer un duro ataque contra el Gobierno chino al que acus¨® de estar llevando a cabo un "genocidio cultural" y utilizar "el gobierno del terror" en el territorio del Himalaya. El dirigente budista pidi¨® una investigaci¨®n internacional que aclare la represi¨®n de las protestas que tuvieron lugar la semana pasada en la regi¨®n aut¨®noma china, y que estallaron en una ola de violencia el viernes en Lhasa, provocando al menos 80 muertos confirmados, seg¨²n el Gobierno tibetano en el exilio, y 10, seg¨²n Pek¨ªn.

El Gobierno de T¨ªbet en el exilio afirma que hay al menos 80 muertos

Mientras el Dalai Lama comparec¨ªa ante la prensa en Dharamsala (noreste de India), Lhasa segu¨ªa bajo el toque de queda y un fuerte control militar. Centenares de soldados y tanquetas peinaban las calles casi desiertas, el centro continuaba sellado, y los turistas, encerrados en los hoteles. Hoy a media noche expira el plazo que han dado las autoridades para que se entreguen quienes protagonizaron las protestas.

Los disturbios se extendieron ayer a la vecina provincia de Sichuan, donde existe una importante comunidad tibetana. Al menos tres personas murieron por disparos de la polic¨ªa en Ngawa, en una manifestaci¨®n en la que participaron cientos de tibetanos, seg¨²n contaron un residente y dos grupos de activistas, informa France Presse.

"Ya sea de forma intencionada o no, se est¨¢ produciendo un genocidio cultural", asegur¨® el Dalai Lama, en la sede de su Gobierno en el exilio. "Los tibetanos son tratados a menudo como ciudadanos de segunda clase en su propia tierra. Los chinos simplemente recurren al uso de la fuerza para simular la paz, una paz creada con el gobierno del terror". El l¨ªder espiritual pidi¨® una investigaci¨®n "por parte de alguna organizaci¨®n internacional sobre la situaci¨®n en T¨ªbet", pero rechaz¨® un boicoteo de los Juegos Ol¨ªmpicos de agosto en Pek¨ªn, en contra de lo que quieren muchos de sus seguidores. La organizaci¨®n de derechos humanos Amnist¨ªa Internacional pidi¨® que Naciones Unidas investigue lo ocurrido.

Thubten Samphel, portavoz del Gobierno en Dharamsala, dijo que tienen confirmaci¨®n por varias v¨ªas de la muerte de 80 personas -incluidas 26 que fallecieron por disparos en las afueras de la prisi¨®n Drapchi, y cinco ni?as en el centro de la ciudad- y de que 72 resultaron heridas. Afirm¨® que la mayor¨ªa de las v¨ªctimas eran tibetanos. Pek¨ªn cifra los muertos en "10 civiles inocentes", que fueron quemados durante la revuelta. Se trata de las protestas m¨¢s graves que vive T¨ªbet desde las que se produjeron en 1989 para reclamar la independencia y que forzaron a Pek¨ªn a declarar la ley marcial.

La cadena de televisi¨®n Hong Kong Cable TV inform¨® de que 200 veh¨ªculos militares, cada uno con entre 40 y 60 soldados, entraron ayer en el centro de Lhasa. Altavoces en las calles avisaban a la gente: "Distinguid entre amigos y enemigos, mantened el orden, oponeos firmemente a la violencia y conservad la estabilidad". Doje Cezhug, alcalde de Lhasa, asegur¨® que la regi¨®n aut¨®noma estaba en calma. "No hemos declarado la ley marcial, la situaci¨®n en general en T¨ªbet es buena en estos momentos", se?al¨® en la sesi¨®n anual de la Asamblea Popular Nacional, que acaba ma?ana en Pek¨ªn.

La revuelta estall¨® coincidiendo con el 49 aniversario del fracasado levantamiento popular contra el Gobierno chino de T¨ªbet, en 1959, que forz¨® al Dalai Lama a exiliarse en India, donde ha vivido desde entonces, y dos semanas antes de que comience el recorrido de la antorcha ol¨ªmpica en Grecia. El previsto ascenso de la llama al Everest, en mayo, ha provocado la ira de los independentistas tibetanos, que ven en esta etapa un gesto pol¨ªtico de Pek¨ªn para reafirmar su control sobre el territorio. Las autoridades chinas est¨¢n preocupadas por un posible boicoteo de los Juegos, como el que ocurri¨® en Mosc¨² en 1980 a causa de la invasi¨®n de Afganist¨¢n. Pero han dado claras se?ales de que no van dejar que la situaci¨®n escape a su control.