El Registro vet¨® el nombre de 'Banco de Terras' y retras¨® la inscripci¨®n
Los tr¨¢mites se dilataron m¨¢s de un mes hasta que se cambi¨® por el de Bantegal
El Banco de Terras "existe". "Es un dep¨®sito, o el conjunto de fincas que se incorporan a ese dep¨®sito", defiende Xos¨¦ Carballido, director general de Infraestructuras Agrarias de la Xunta. "Existe porque fue creado por la ley 7/2007" y porque "aunque hubo otras propuestas parlamentarias para su denominaci¨®n, como la de Fondo de Terras", el BNG quiso mantener el nombre. "Iba como banco en el programa electoral. Era un compromiso". Sin embargo, para el Registro de Sociedades, banco de tierras es un nombre prohibido, y cuando la Conseller¨ªa de Medio Rural se dispuso a inscribirlo, se encontr¨® con que no pod¨ªa hacerlo porque la burocracia reserva la palabra "banco" a las entidades financieras.
Bantega, sin ele, "es una empresita polaca" y un pueblo de Holanda
"El nuestro es un banco, s¨ª, pero no se dedica a cuestiones de dinero", dice Carballido, y como la sociedad gestora del Banco de Terras que regulaba la ley (una sociedad an¨®nima de capital de la Xunta) ten¨ªa que inscribirse para empezar a funcionar, el departamento que dirige Alfredo Su¨¢rez Canal tuvo que buscar otro nombre. Al principio se pens¨® en el de Bantega.
El director recuerda que, a¨²n en el a?o 2005, cuando se elabor¨® el primer borrador de la norma, en el articulado ya aparec¨ªa tal denominaci¨®n. En previsi¨®n, y aunque todav¨ªa tuvo que pasar un a?o y medio "de embarazo" hasta que se lleg¨® "al feliz parto" de la ley, "h¨¢bilmente" Medio Rural comenz¨® a registrar los dominios web de Bantega.
"No quer¨ªamos que nadie nos metiese un gol, escarmentados por lo que hab¨ªa pasado con el Xacobeo. Y nos dispon¨ªamos a quedarnos con el bantega.es, el .com y el .org, cuando, de repente, apareci¨® en Internet una empresita polaca con ese nombre, Bantega, que ya ten¨ªa dominio en la red", relata Xos¨¦ Carballido. Adem¨¢s, a la Xunta tambi¨¦n se le escapaba que Bantega es una localidad peque?a (de 570 habitantes), que se form¨® tras la II Guerra Mundial en la provincia holandesa de Friesland.
As¨ª que al nombre escogido hubo que a?adirle una ele. "Dimos, por fortuna, con un nombre mucho m¨¢s musical, y ese mismo d¨ªa registramos todos los dominios", sigue contando el responsable de Medio Rural. De esta manera naci¨® Bantegal, SA, sin que se pueda decir "Banco de Terras, sociedade an¨®nima".
El cambio de nombre oblig¨® a modificar toda la documentaci¨®n anexa. Hubo que "rehacer los estatutos y llevarlos para su aprobaci¨®n al Consello de la Xunta", y esto supuso un retraso de "m¨¢s de un mes", perdido en "cumplir con el maremagnum burocr¨¢tico".
Seg¨²n Carballido, cuando la sociedad todav¨ªa estaba inmersa en los tr¨¢mites de inscripci¨®n y por lo tanto inoperativa, el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, y su conselleiro Su¨¢rez Canal protagonizaron la presentaci¨®n en sociedad del Banco de Terras de Galicia. Y ¨¦ste, como "conjunto de terrenos" y como "dep¨®sito", empez¨® a funcionar, con la inscripci¨®n de los primeros demandantes de fincas en alquiler y unas 40 parcelas de titularidad p¨²blica, a las que en 30 d¨ªas se sumaron las primeras de car¨¢cter privado.
Hoy, el banco incluye ya "casi 6.000 fincas", pero quien las supervisa, oferta y gestiona es el Bantegal. La sociedad, reci¨¦n registrada, ya ha conseguido alquilar las primeras tierras y tiene abiertos 600 expedientes de arrendamiento, un paso previo a la firma del contrato que se dilata un mes y en el que el propietario de la parcela est¨¢ a tiempo de echarse atr¨¢s. "En algunos sitios como A Limia, Ordes o Toques tenemos m¨¢s demanda que oferta", contin¨²a Carballido, "el banco va razonablemente bien, pero no queremos ser triunfalistas: a¨²n queda mucho trabajo de informaci¨®n por hacer".
Ahora, los funcionarios convencen a los propietarios, con charlas en las oficinas agrarias comarcales, de que es conveniente, y rentable, eliminar esos marcos de piedra que hab¨ªan puesto sus abuelos. Una explotaci¨®n moderna que agrupe varios viejos minifundios no puede estar sembrada de obst¨¢culos, como muros y mojones, que enreden trabajo del tractor.
Y lo pr¨®ximo ser¨¢ la creaci¨®n de "una lista de espera" y "una central de avisos". Los demandantes dejar¨¢n constancia de su nombre, su tel¨¦fono y las caracter¨ªsticas que debe cumplir la finca que buscan, y en cuanto entre un terreno que las cumpla, "ser¨¢n avisados sin compromiso". "Muchos lo agradecer¨¢n", asegura el director general, "porque hay gente que se levanta a las 7 para ver si aparece la finca que quiere... No vaya a ser que se la quiten".
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