Pedagog¨ªa de talonario
Se sab¨ªa que los neoyorquinos estaban preocupados por el absentismo y el fracaso escolar. Lo que no se sab¨ªa, en cambio, era que su preocupaci¨®n hubiese llegado hasta el extremo de confiarlo todo a las soluciones imaginativas. Desde el pasado septiembre, profesores y alumnos tienen la posibilidad de redondear sus ingresos en funci¨®n de los resultados escolares, aunque cada cual en virtud de un programa distinto. Para los docentes, cuyo sueldo medio no es ciertamente estimulante, se trata de un programa dotado con fondos p¨²blicos y que establece primas si logran mejorar la calificaci¨®n de los alumnos. Para ¨¦stos, por su parte, es un experimento voluntario, fruto de la imaginaci¨®n de un economista de Harvard, Robert M. Fryer. Los escolares cuyos centros participen en el programa, siempre con el consentimiento de los padres, recibir¨ªan un estipendio por presentarse a los ex¨¢menes y una cantidad variable adicional en funci¨®n de las notas obtenidas.
Por lo que respecta a los docentes, cabr¨ªa preguntarse si, para empezar, las autoridades de Nueva York no har¨ªan mejor aplicando una vieja medida cuya eficacia nadie ha discutido hasta el momento, y que consiste, simplemente, en subirles el sueldo. En cuanto a los alumnos, los pedagogos discuten la eficacia del experimento. Su argumento es que los incentivos econ¨®micos tal vez contribuyan a mejorar los resultados escolares, pero no a estimular la curiosidad sobre la que se basa el aprendizaje. Parece una cr¨ªtica juiciosa que, sin embargo, deja un flanco abierto: qui¨¦n sabe si la curiosidad no se despierta tambi¨¦n a golpe de propinas.
Los tiempos de aquella escalofriante m¨¢xima pedag¨®gica, "la letra con sangre entra", han quedado definitivamente atr¨¢s, y no hay raz¨®n ninguna para a?orarlos. Pero, a juzgar por el experimento neoyorquino, no es que en estos tiempos se haya prescindido de la m¨¢xima, sino que se ha reformulado convenientemente. La letra, en definitiva, tiene que seguir entrando con alguna cosa y, seg¨²n parece, tirar de talonario ser¨ªa m¨¢s pedag¨®gico que descargar un palmetazo.
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