Hora de pactos

Los resultados del 9 de marzo han determinado que el PSOE, como fuerza m¨¢s votada y con mayor n¨²mero de esca?os, est¨¦ obligado a pactar para alcanzar una mayor¨ªa estable de Gobierno. Este mecanismo ha formado parte del sistema constitucional desde sus inicios, y conviene que recupere la normalidad que pareci¨® perder durante la anterior legislatura.

Ello no s¨®lo exigir¨ªa que el PP cambiara la manera de desarrollar la oposici¨®n, sino tambi¨¦n la forma de entender esta tarea. La contumaz pretensi¨®n de aparecer como el partido que ten¨ªa raz¨®n contra todos, unas veces falseando la realidad y otras buscando diferencias incluso donde no las hab¨ªa, le condujo a un aislamiento que no deber¨ªa prolongarse, ni por activa ni por pasiva, en la legislatura que comienza. La estabilidad del sistema parlamentario exige que los aliados de un Gobierno en minor¨ªa no sean sumariamente descalificados, seg¨²n hizo el PP, como c¨®mplices de una pol¨ªtica con la que se disiente, sino considerados como eventual apoyo a una pol¨ªtica distinta.

El PSOE, a tan s¨®lo siete esca?os de la mayor¨ªa absoluta, tiene ante s¨ª la alternativa de establecer una pol¨ªtica de pactos variables o comprometerse mediante una alianza que se prolongue a lo largo de la legislatura. Por el momento, esta opci¨®n resulta dif¨ªcil con los nacionalistas catalanes, tanto por sus posibles efectos sobre el Gobierno de la Generalitat, como tambi¨¦n por la situaci¨®n en la que se colocar¨ªa la propia CiU.

Un eventual acuerdo con el PNV necesitar¨ªa, por su parte, de otro pacto complementario para alcanzar la mayor¨ªa requerida. Pero existir¨ªan, adem¨¢s, problemas de m¨¢s calado: el entendimiento con el PNV s¨®lo ser¨ªa posible despejando el futuro de la consulta que el lehendakari Ibarretxe se propone realizar en octubre. El presidente del PNV, I?igo Urkullu, ha sugerido deslindar la negociaci¨®n entre partidos de la iniciativa del lehendakari. En respuesta, los socialistas han reiterado la oferta de una reforma del Estatuto de Gernika acorde al procedimiento constitucional. Ninguna de las dos posibilidades conjura los principales riesgos para ellos. En un caso, porque depender¨ªan de que Urkullu superase los obst¨¢culos con los que tropez¨® Imaz y, en el otro, porque pueden confundir a su electorado embarc¨¢ndose en otra legislatura dominada por la reforma de un estatuto tal vez tan tormentosa como la del catal¨¢n.

M¨¢s all¨¢ de los pactos que deber¨¢ concluir el PSOE para lograr la investidura y llevar adelante su programa, hay acuerdos de m¨¢s amplio espectro que deber¨ªan recomponerse. El m¨¢s urgente es, sin duda, el que debe respaldar la pol¨ªtica antiterrorista. ETA ha demostrado en Calahorra que persiste en sus intentos de matar y destruir. El nuevo Congreso deber¨ªa responder con la unidad que no pudo alcanzar en estos cuatro ¨²ltimos a?os. Zapatero quiere forjar un nuevo consenso contra ETA que incluya necesariamente al PNV y al PP. Es un buen primer paso.