Todt, adi¨®s con orgullo
El franc¨¦s deja Ferrari porque su proyecto estaba agotado tras romper el dominio italiano
Todos los finales suelen ser tristes y el de Jean Todt tambi¨¦n lo fue. Aunque seguir¨¢ vinculado a Ferrari como presidente de la zona asi¨¢tica y del Pac¨ªfico, y seguir¨¢ representando los intereses de la firma de Maranello en el Consejo Mundial de la F-1, lo cierto es que Todt sale de Ferrari tanto por sus discrepancias con el presidente del grupo, Luca de Montezemolo, como porque es claramente consciente de que su ciclo italiano ha concluido.
Su balance es sensacional. En los 14 a?os en que mantuvo la responsabilidad de la Scuderia, Todt consigui¨® nada menos que siete t¨ªtulos de constructores y otros seis de pilotos. Un balance extraordinario y dif¨ªcilmente repetible para cualquiera de sus sucesores. Este franc¨¦s de 62 a?os, educado aunque hura?o a veces en la defensa de sus convicciones, fue fichado por Ferrari en 1993, despu¨¦s de haber conseguido dos campeonatos del Mundo de rallies para Peugeot, en su funci¨®n de director t¨¦cnico, y de haber dado a la marca francesa cuatro t¨ªtulos del Par¨ªs Dakar.
Tras m¨¢s de 20 a?os de fracasos continuados, Ferrari necesitaba un gran revulsivo en su escuder¨ªa de F-1 e incorpor¨® a Todt, rompiendo su l¨ªnea habitual de mantener un equipo casi exclusivamente italiano. Todt fue el art¨ªfice del fichaje de Michael Schumacher en 1996, despu¨¦s de que el alem¨¢n ganara sus dos primeros t¨ªtulos mundiales con Benetton. Y entre Schumacher y Todt elaboraron y realizaron toda la estrategia que iba a seguir el equipo en los pr¨®ximos a?os.
El piloto alem¨¢n se trajo de la escuder¨ªa Benetton a algunos de los ingenieros clave que le hab¨ªan ayudado a ser campe¨®n. Pero fue Jean Todt quien tuvo que convencerles de que en Italia podr¨ªan trabajar tan a gusto como en Gran Breta?a y de que la colaboraci¨®n con ellos ser¨ªa absoluta. S¨®lo as¨ª Ross Brawn y Rory Byrne, la c¨²pula de Ferrari hasta el final de 2006, decidieron firmar por el equipo de Maranello.
Los ¨¦xitos tardaron un poco en llegar. Hab¨ªa que reestructurarlo todo y conseguir que Brawn y Byrne se sintieran c¨®modos. Pero a partir de 2000 todo fue como una seda y Schumacher gan¨® sus cinco t¨ªtulos consecutivos, hasta que Alonso le arrebat¨® la corona en 2005 y 2006. Montezemolo tuvo entonces paciencia. Pero cuando las cosas comenzaron a complicarse, surgieron las primeras desavenencias con Todt, entre otras su constante negativa a fichar a Alonso. Y cuando el a?o pasado estall¨® todo el asunto del espionaje, muchos dirigentes de Ferrari se preguntaron c¨®mo fue posible que hubiera tantas filtraciones a McLaren y que nadie se enterara de que incluso un dossier de 780 p¨¢ginas con datos muy confidenciales de Ferrari estaba en manos de McLaren.
Todo ello coincidi¨® con una di¨¢spora de cerebros. En 2006 Schumacher se despidi¨®. Y paralelamente, Brawn pidi¨® un a?o sab¨¢tico y Byrne pas¨® a ocuparse de funciones mucho m¨¢s secundarias. Todt se hab¨ªa quedado pr¨¢cticamente solo. Era evidente que su ciclo parec¨ªa finiquitado. Y los signos se multiplicaron porque Montezemolo le nombr¨® Administrador general de la compa?¨ªa a finales de 2006, cargo que deb¨ªa compartir con el de director de la escuder¨ªa Ferrari. A finales de 2007, Todt anunci¨® que dejaba la escuder¨ªa y que iba a centrarse m¨¢s en sus funciones en la compa?¨ªa. Pero, en el fondo, subyac¨ªa tambi¨¦n el retorno del poder a los ingenieros italianos para recuperar la tradici¨®n.
Stefano Domenicale, un hombre de la casa con 246 carreras en su espalda y 16 a?os de servicio, se convirti¨® en director de la escuder¨ªa y Luca Baldisserri en coordinador general. Todo el equipo se italianiz¨® y cambi¨® de estilo. Con Domenicale, una persona de una educaci¨®n exquisita, todo el mundo ha mejorado su autoestima. Habla con todo el personal y mantiene una relaci¨®n cordial dentro del equipo. Pero el fracaso absoluto de la primera carrera en Australia, con dos abandonos por rotura de motor, puso ya de entrada en entredicho su misi¨®n.
"Estaremos delante en Malaisia, no debemos perder los nervios", se?al¨®. Y ayer cumpli¨® su palabra. Todt, mientras tanto, estaba meditando su adi¨®s definitivo. Y viaj¨® hasta Malaisia para dejar su ¨²ltimo legado. "Quiero dedicar m¨¢s tiempo a mi familia", se?al¨®. "Me siento orgulloso de haber conseguido que un franc¨¦s dirigiera tantos a?os a una escuder¨ªa italiana como Ferrari. Eso no era f¨¢cil. Pero ahora quien manda es Domenicali y lo har¨¢ muy bien porque es un gran profesional y una excelente persona. Y yo estar¨¦ ah¨ª siempre para ayudarle si me necesita".
El ciclo de Todt ha concluido. Pero, con Domenicali, Ferrari sigue ganando.
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