Colombia sale de la lista negra

En Colombia hay vida m¨¢s all¨¢ de la guerrilla y el narcotr¨¢fico. En seis a?os, el pa¨ªs ha salido de la sima de la crisis econ¨®mica y de la violencia desbocada para estrenar un clima inaudito de optimismo. De codearse con Afganist¨¢n y Nigeria en las listas negras de los Estados parias, Colombia ha pasado a encabezar las estad¨ªsticas de crecimiento de Am¨¦rica Latina y es hoy objetivo codiciado de la inversi¨®n extranjera. La clave, dicen los expertos, est¨¢ en los logros en materia de seguridad.

Bogot¨¢ ofrece en estos d¨ªas una imagen desconocida. Buena parte de sus ocho millones de habitantes se han ido de vacaciones y los eternos trancones (embotellamientos) han cedido el paso a avenidas desiertas. "Cuando yo llegu¨¦, a finales de los noventa, no pod¨ªas salir de la capital por carretera", cuenta un empresario espa?ol. "Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los paramilitares se hab¨ªan tomado el pa¨ªs. Viv¨ªamos en un estado de terror".

La popularidad de ?lvaro Uribe se ha disparado y hoy alcanza el 84%

S¨®lo M¨¦xico, Brasil y Chile superan a Colombia en inversi¨®n extranjera

La bandera de la seguridad aup¨® al conservador ?lvaro Uribe a la presidencia en 2002. Uribe prometi¨® que el Estado recuperar¨ªa el control territorial con un combate sin cuartel a los grupos armados y al narcotr¨¢fico, y con programas sociales. "Y lo logr¨®. Su estrategia de Seguridad Democr¨¢tica tiene un respaldo generalizado", reconoce Alfonso Cu¨¦llar, editor jefe de Semana, la revista pol¨ªtica m¨¢s influyente. "Hoy el pa¨ªs es otro. Con dificultades, pero es otro". Las FARC est¨¢n acorraladas. La mitad de sus efectivos (unos 10.000 guerrilleros) se han acogido a los programas de reinserci¨®n, junto a 30.000 paramilitares. Los secuestros y atentados han dejado de protagonizar los noticieros. Los analistas coinciden: la seguridad ha generado un "c¨ªrculo virtuoso" de confianza, inversiones, consumo y crecimiento que explica el despegue colombiano.

Los altos precios de las materias primas (petr¨®leo, carb¨®n, caf¨¦) redondean una coyuntura propicia. En apenas unos a?os, la econom¨ªa ha pasado de la recesi¨®n a crecer un 7,4% en 2007, muy por encima de la media latinoamericana (5,5%). Los capitales nacionales est¨¢n regresando. Los centros comerciales y los restaurantes se multiplican en las ciudades y se nutren de la expansi¨®n de la clase media.

Con m¨¢s de 5.000 millones de euros anuales en los tres ¨²ltimos a?os, Colombia es hoy uno de los principales destinos de inversi¨®n extranjera en Am¨¦rica Latina, s¨®lo superado por M¨¦xico, Brasil y Chile. El inter¨¦s est¨¢ puesto, sobre todo, en hidrocarburos, servicios, agroindustria y biocombustibles, con el desarrollo de la palma africana.

Si en el foro de Davos de 2003 Uribe fue recibido por un auditorio esc¨¦ptico, en el mismo escenario, el pasado enero, su agenda se vio saturada de reuniones con directivos de grandes empresas. Lo mismo ha ocurrido con el Encuentro Empresarial Hispano Colombiano: de las diez compa?¨ªas que lo inauguraron en 2002 se pas¨® a casi un centenar el a?o pasado.

"Ha mejorado la seguridad f¨ªsica, pero tambi¨¦n la seguridad jur¨ªdica", dice otro empresario espa?ol. "Colombia cuenta adem¨¢s con una mano de obra m¨¢s cualificada y, sobre todo, con una certidumbre y un consenso nacional que contrastan con la inestabilidad de los vecinos".

"Ha habido harta mejor¨ªa, s¨ª se?or. Este presidente nos ha colaborado". Jos¨¦ Gregorio tiene m¨¢s trabajo en el taxi, dice, porque "como hay menos delincuencia, viene m¨¢s turismo y m¨¢s gente del exterior". Su mujer, que vend¨ªa aguacates en un puesto callejero, ha pasado a engrosar las listas del empleo asalariado privado, que en los ¨²ltimos a?os ha crecido un promedio anual del 5% (750.000 puestos de trabajo). La pobreza ha ca¨ªdo (del 56% al 45% entre 2002 y 2006, seg¨²n Naciones Unidas) y el paro, que alcanz¨® el 22% en 2000, ronda el 10%.

Hay, sin duda, flancos vulnerables, como la alta dependencia del exterior. La recesi¨®n que se avecina en EE UU y las dif¨ªciles relaciones con Venezuela, sus dos principales mercados, han llevado a rebajar la expectativa de crecimiento para 2008 al 5%.

En este panorama, la sombra de Uribe empieza a eclipsar a los partidos pol¨ªticos. Los grupos coaligados con el Gobierno se van desdibujando. El opositor Polo Democr¨¢tico, que ha logrado avances emblem¨¢ticos (como la alcald¨ªa de Bogot¨¢) se debate entre "las visiones dogm¨¢ticas del siglo XX y la izquierda del siglo XXI", en palabras del senador Gustavo Petro, una de sus voces m¨¢s l¨²cidas. Petro asegura que "el actual periodo de bonanza" est¨¢ demasiado atado a los capitales especulativos y al narcotr¨¢fico. Sin embargo, la mayor¨ªa de los economistas se?ala que el dinero de la coca¨ªna, al contrario de lo que ocurr¨ªa en los a?os noventa, es hoy marginal en las inversiones.

El apoyo popular a ?lvaro Uribe se ha disparado tras los ¨²ltimos golpes contra las FARC y alcanza hoy el 84%. "Es algo hist¨®rico. Los intentos de reelecci¨®n hab¨ªan fracasado siempre, y Uribe lo logr¨® en 2006 con un 62% de los votos", explica Alfonso Cu¨¦llar.

La progresiva centralizaci¨®n del poder, alg¨²n caso de corrupci¨®n de funcionarios o el esc¨¢ndalo de los v¨ªnculos de pol¨ªticos con grupos paramilitares, que salpic¨® al partido gubernamental, no han hecho mella en el presidente. Una campa?a de recogida de firmas para modificar la Constituci¨®n y permitir que Uribe pueda optar a un tercer mandato va viento en popa.