La exigencia de "principios de igualdad y m¨¦rito"

"Amiguismo, enchufismo, nepotismo, servilismo...". Con estos calificativos juzga la actitud de los prelados el secretario general de la Uni¨®n Sindical Independiente de Trabajadores-Empleados P¨²blicos (USITe.p.), Alfredo Sep¨²lveda. Su sindicato tacha de "pretensi¨®n completamente inasumible" el empe?o de los obispos "de vincular al profesor a un puesto concreto de trabajo" porque rompe de ra¨ªz "los m¨ªnimos indispensables de movilidad de los empleados p¨²blicos y somete al profesorado a la misma sumisi¨®n que padec¨ªa [antes de la LOE]".

Los obispos celebraron con j¨²bilo el acuerdo alcanzado en diciembre de 1998 por la Conferencia Episcopal con el Ministerio de Educaci¨®n, liderado entonces por Mariano Rajoy. Entre otras ventajas, consiguieron que sus docentes de moral cat¨®lica tuvieran los mismos salarios que el resto de los profesores interinos. Se reservaban, adem¨¢s, el derecho a seguir seleccionando a esos docentes para cada curso, como si fuesen catequistas.

No pensaron entonces que el acuerdo iba a ocasionarles tantos disgustos. Cada a?o, los obispos prescinden de profesores sin explicaci¨®n alguna o por razones rechazadas casi siempre por los tribunales, y la riada de sentencias e indemnizaciones que paga la Administraci¨®n oblig¨® al Gobierno socialista a legislar sobre la materia hace dos a?os.

Nuevo conflicto

Acaba de surgir un nuevo motivo de conflicto. Se libra en torno a la formaci¨®n profesional de esos empleados. Hasta ahora, su puesto de trabajo estaba vinculado a la propuesta previa del obispo, que pod¨ªa decidir hasta el destino. Es decir, los prelados no s¨®lo los seleccionaban para que el Estado contratase y pagase, sino que impon¨ªan el lugar y las circunstancias de su trabajo.

El Gobierno ha decretado, en cambio, que esos docentes acceder¨¢n "al destino de conformidad con criterios objetivos de valoraci¨®n por parte de la Administraci¨®n". Y fija, entre otros, "la experiencia docente", preferentemente "en centros p¨²blicos y en el mismo nivel educativo de la plaza a la que se opta", y las "titulaciones acad¨¦micas, de modo preferente las m¨¢s afines, por su contenido, a la ense?anza de religi¨®n". "Se respetar¨¢, en todo caso, los principios de igualdad, m¨¦rito, capacidad y publicidad", a?ade el Ejecutivo.