Vadear los vados
La Escuela Barcelona, en el distrito de Les Corts de la capital catalana, tiene un vado, porque le hace falta, pero se respeta poco, seg¨²n cuenta un grupo de vecinos. Se?alan los vecinos que all¨ª aparca quien quiere, incluidos unos veh¨ªculos con un cartoncillo en el que pone que est¨¢n autorizados por el centro escolar. La direcci¨®n del colegio explica los motivos: el primero, que el centro carece de coche. Cuando se necesita uno, se echa mano del de alg¨²n profesor y se le permite aparcar all¨ª. Pero hay m¨¢s: a veces se instala all¨ª un coche para evitar que se instale otro cuyo propietario puede resultar de dif¨ªcil localizaci¨®n. Si el veh¨ªculo es del personal, resulta m¨¢s f¨¢cil de retirar.
El segundo motivo es m¨¢s llamativo: utilizan el vado, sobre todo, dice la direcci¨®n del centro, una empresa de alquiler de veh¨ªculos situada justo enfrente y otra de mensajer¨ªa. La de mensajer¨ªa neg¨® de plano los hechos. La de alquiler de veh¨ªculos explic¨® que, a veces, un cliente puede dejar el coche tras el cierre del local y aparcarlo en el vado antes de echar la llave en el buz¨®n correspondiente. "No podemos controlar lo que hagan los clientes. Por la ma?ana los quitamos de inmediato".
Pero lo llamativo de verdad es lo que explica el portavoz del distrito: "La Guardia Urbana act¨²a en los vados ¨²nicamente a requerimiento de los concesionarios". Es decir, que hay barra libre para aparcar en un vado. Basta con estar ojo avizor y sacar el coche en cuanto aparezca un ciudadano con pinta de cabreo suficiente como para llamar a la Guardia Urbana y la paciencia para esperar el tiempo que haga falta a que aparezca.
El resultado de esta actitud es fomentar la indisciplina. La Guardia Urbana no interviene y los vecinos (en este caso el colegio) acaban por reinventar la aplicaci¨®n de la ley. Todo de forma muy civilizada, pero a veces puede acabar peor. La responsabilidad primera, claro, recae en quien incumple la norma, pero no es de echar en saco roto la responsabilidad de quien tiene la obligaci¨®n de hacer cumplir la ley y se inhibe por completo del asunto. O sea: lo que de verdad no funciona es el Ayuntamiento.
Para quejas sobre las administraciones y empresas p¨²blicas pueden dirigirse a catalunya@elpais.es a la atenci¨®n de Francesc Arroyo.
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