Sal¨®n del libro
Con la traducci¨®n de 'A esmorga' al franc¨¦s las pas¨¦ moradas por la burocracia de la Xunta
?Cu¨¢n cierto es que la vida pende de un hilo! El domingo 16 estaba yo en el Sal¨®n del Libro de Par¨ªs cuando los altavoces lanzaron una alerta de bomba. Como ustedes saben, este evento cultural estuvo dedicado esta vez, con motivo del cuadrag¨¦simo aniversario de la creaci¨®n del Estado de Israel, a la literatura hebrea; como un d¨ªa puede ser consagrado a las letras gallegas, si logramos persuadir a los franceses de su calidad. Sin duda esta decisi¨®n pol¨ªtica fue el motivo para que los antisionistas boicotearan el acto (ning¨²n pa¨ªs ¨¢rabe present¨® libros o autores) y amenazaran de atentados, como as¨ª lo hicieron.
El d¨ªa de la inauguraci¨®n se le cay¨® a Sim¨®n P¨¦rez un tabique al lado de la cabeza, y este incidente, sin duda fortuito, fue suficiente para dar credibilidad a la alerta. No obstante, el peligro para el p¨²blico no consisti¨® en la llamada an¨®nima (al alcance de cualquiera), sino en la media hora de codazos, p¨¢nico, estrujones y desmayos, el tiempo que tardaron en evacuar a los miles de visitantes. Por lo visto, algunas de las puertas de emergencia estaban aherrojadas.
Es que con los libros puede suceder cualquier cosa. El d¨ªa anterior, s¨¢bado 15, acud¨ª al Instituto Cervantes a presentar A esmorga, de Blanco Amor, traducida al franc¨¦s por Vincent Ozanne. Llevaba mi perorata muy bien perfilada: el ¨²nico idioma peninsular que posee una colecci¨®n en Francia, que aunque est¨¦ presidida por Ignacio Ramonet y por m¨ª, hombres de paja, todo el trabajo recae en le Casa de Galicia de Toulouse y en una catedr¨¢tica de su Universidad. Y he aqu¨ª que antes sale a la palestra un mesi¨¦ de no s¨¦ d¨®nde, pero con el benepl¨¢cito de los organizadores, anunciando la celebraci¨®n de actos destinados a festejar la consagraci¨®n por el Vaticano, en no s¨¦ qu¨¦ a?o, de la Catedral de Santiago y otras trangalladas. Mi sangre priscilianista se puso a cien, me olvid¨¦ de Blanco Amor y su parranda y record¨¦ a los del Centro Gallego de Par¨ªs que no se deben permitir intromisiones de ninguna secta o religi¨®n, que tanto monta, y se ha de observar una estricta laicidad, que adem¨¢s est¨¢ de moda.
Con el libro a cuestas volv¨ª el lunes al Sal¨®n y miren por donde me encuentro con Olga Nogueira y Mar¨ªa Xes¨²s P¨¦rez Escudeiro, que estaban por all¨ª negociando la presencia de Galicia el a?o pr¨®ximo en el Sal¨®n. A ellas les cant¨¦ las cuarenta, cuando en realidad no tienen nada que ver con este asunto. Pero es que con A esmorga las pas¨¦ moradas, debido en gran parte a la burocracia de la Xunta. Les ped¨ª a las dos que me ayudasen en el futuro, que no puedo pasar el tiempo implorando por tel¨¦fono a los funcionarios que cumplan con lo firmado, aceleren los pagos, y aprovechemos esta oportunidad para que la presencia literaria gallega, despu¨¦s de la feliz presentaci¨®n en La Habana, alcance Paris. Para convencer a mis nuevas amigas, que no era necesario pues bien lo comprendieron, las llev¨¦ al stand de Terre de Brume, que es quien nos edita y se pasmaron ante la belleza de los vol¨²menes expuestos. ?Qu¨¦ no se puede? No pasa nada: una oportunidad perdida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.