Tres mundos
La Espa?a plural son esencialmente tres mundos pol¨ªticos, culturales y medi¨¢ticos: Catalu?a, Euskadi y el resto de Espa?a. Es cierto que tambi¨¦n se pueden distinguir diferencias de diversa ¨ªndole en Navarra, Canarias, Baleares y Galicia, pero influyen muy poco en la pol¨ªtica general del Estado. Los casos de Catalu?a y Euskadi tienen fuerza propia y seguir¨¢n condicionando la pol¨ªtica espa?ola y siendo condicionados por ¨¦sta. Para ser m¨¢s preciso: el juego de espejos nacionalista continuar¨¢. El PSOE, adem¨¢s, se encuentra c¨®modo en este juego nada federal.
Un partido federalista y con proyecto federalista hubiera planteado un desarrollo federal del Estado auton¨®mico con propuestas concretas de reforma constitucional. Tambi¨¦n se habr¨ªa comprometido con el imprescindible desarrollo pol¨ªtico de la Uni¨®n Europea. No hubo tal cosa en una campa?a marcada por el miedo y las ofertas populistas. Gan¨® el menos malo, pero son m¨¢s los recelos que la confianza ante el inicio de la segunda legislatura bajo el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero. ?Qu¨¦ mensaje positivo de futuro conten¨ªa el espl¨¦ndido cartel electoral "si t¨² no vas, ellos vuelven"? Ninguno. Es como si los socialistas hubieran buscado antes la derrota del PP que la renovaci¨®n de la confianza del electorado en el propio Gobierno de Zapatero. Lo cierto es que no se sabe muy bien cu¨¢les ser¨¢n las pol¨ªticas p¨²blicas del nuevo Gobierno socialista. Lo importante es el poder y mantenerse en ¨¦l. Esto es lo que han aprendido mejor las nuevas generaciones de la clase pol¨ªtica.
El catalanismo tiene que asegurar dos cosas: ser independiente de Madrid y olvidarse de Euskadi
En este escenario pol¨ªtico, marcado por la l¨®gica del poder y no por un proyecto pol¨ªtico con ambici¨®n de incentivar e implicar a la ciudadan¨ªa, la ¨²nica gu¨ªa para intentar comprender qu¨¦ nos deparar¨¢ esta segunda legislatura es observar los gestos, los pactos, los nombramientos. Jos¨¦ Bono y Jos¨¦ Antonio Alonso en el Congreso de los Diputados. Todo un s¨ªntoma. Bono es la imagen de un PSOE que no est¨¢ dispuesto a continuar cediendo al PP el monopolio del patriotismo espa?ol. Alonso es la garant¨ªa de que Zapatero tendr¨¢ su ¨¢lter ego en el Congreso. Cada d¨ªa tengo m¨¢s dificultades para explicar la divisi¨®n de poderes, que los diputados son independientes y no est¨¢n sujetos por mandato imperativo. En verdad, tanto los sistemas parlamentarios como los presidencialistas son monarqu¨ªas electivas con un alto grado de concentraci¨®n de poderes. No veo adecuada la palabra democracia para referirse a estos sistemas de gobierno.
El nuevo parlamento dibuja tres mundos nacionalistas en torno a un centro pol¨ªtico y territorial que quiere representar el PSOE. En primer lugar, el nacionalismo espa?ol, que continuar¨¢ presionando contra todo autonomismo o desarrollo federal de la Constituci¨®n espa?ola. ?sta ser¨¢ una bandera que el PP no dejar¨¢, sea cual fuere la resoluci¨®n de su pr¨®ximo congreso. Y el PSOE no dar¨¢ un paso en el desarrollo de la democracia territorial que pueda ser utilizado en su contra por el PP. Asimismo, Zapatero necesita la colaboraci¨®n de los nacionalismos moderados de la periferia, especialmente el vasco y el catal¨¢n. La experiencia pasada ha sido positiva en t¨¦rminos partidistas y, adem¨¢s, los pactos con CiU o con el PNV aseguran un equilibrio parlamentario cuyo principal beneficiario es el propio PSOE. Los socialistas desean larga vida a CiU y el PNV, especialmente para obstaculizar al PP. Las dem¨¢s minor¨ªas parlamentarias quedan en condici¨®n subalterna, unas con disposici¨®n al pacto por poco que pueda vestirse (BNG o CC) y las otras, condenadas a la marginalidad. Ser¨¢ una legislatura dif¨ªcil para ERC, ICV e IU, lo que es injusto. Porque ERC tiene casi tantos votos como el PNV (296.473 y 303.246, respectivamente), pero la mitad de diputados (3 ERC y 6 el PNV), y lo de ICV e IU (tambi¨¦n UPD) ya forma parte del esc¨¢ndalo de un sistema electoral que no se modificar¨¢ porque sus m¨¢s directos beneficiarios son los partidos mayoritarios.
Frente a la composici¨®n de las Cortes Generales, Catalu?a y Euskadi constituyen dos mundos pol¨ªticos con entidad propia. S¨®lo hace falta fijarse en los medios de comunicaci¨®n. No es lo mismo vivir en un ambiente p¨²blico alimentado por Abc, El Mundo, La Raz¨®n y la Cope, por ejemplo, que hacerlo en otro con El Peri¨®dico, La Vanguardia, Avui y Catalunya R¨¤dio. EL PA?S mismo es un peri¨®dico que refleja a menudo estos dos mundos seg¨²n qu¨¦ p¨¢gina se lea. La cultura pol¨ªtica se ha hecho nacionalmente divergente, lo que se percibe cuando se comparan los ambientes pol¨ªticos de Madrid y Barcelona. Por otra parte, los sistemas de partidos de Catalu?a y Euskadi generan din¨¢micas pol¨ªticas distintas, pero que influyen en el sistema de partidos estatal. Por ah¨ª ERC e ICV pueden hacer valer su fuerza, ya que si son decisivas en Catalu?a alg¨²n papel deber¨¢n tener en el Congreso de los Diputados. Al PSC no le conviene el ninguneo del PSOE hacia unas minor¨ªas tan esenciales para la estabilidad del Gobierno de Montilla. As¨ª que se dibuja una nueva legislatura con pactos inestables, en funci¨®n de tres procesos pol¨ªticos al mismo tiempo aut¨®nomos e interdependientes, que dependen del reencuentro pol¨ªtico entre el PSOE y el PP en la pol¨ªtica espa?ola, de las vicisitudes del Gobierno de coalici¨®n en Catalu?a y de la muy complicada encrucijada de la pol¨ªtica vasca. Lo ¨²nico claro es que el catalanismo tiene que asegurar dos cosas para su propio bien: ser independiente de Madrid y olvidarse de Euskadi. ?Ser¨¢ el PSC independiente? ?Superar¨¢n los nacionalistas catalanes el complejo vasco?
Miquel Caminal es profesor de teor¨ªa pol¨ªtica de la Universidad de Barcelona.
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