"Los expertos son un peligro"
A Publio L¨®pez Mond¨¦jar (Casasimarro, Cuenca, 1946) se debe que Espa?a haya podido recomponer su expoliada historia de la fotograf¨ªa. A esa tarea casi heroica ha dedicado 30 a?os de su vida. Para este minucioso y apasionado trabajador, la fotograf¨ªa es una forma personal de mirar lo que ocurre a nuestro alrededor, en t¨¦rminos equivalentes a los de memoria. Est¨¢ convencido de que la fotograf¨ªa muestra lo rescatado de la devastaci¨®n del tiempo. Lo que no ha sido retratado, se ha perdido para siempre en el v¨¦rtigo del olvido.
Autor de una docena de libros sobre la historia de la fotograf¨ªa espa?ola, L¨®pez Mond¨¦jar ser¨¢ a partir del pr¨®ximo domingo acad¨¦mico de Bellas Artes. Propuesto por Jos¨¦ Luis S¨¢nchez, Julio L¨®pez Hern¨¢ndez y Alberto Schommer, ocupar¨¢ el sill¨®n dejado vacante por Juli¨¢n Mar¨ªas. El nuevo acad¨¦mico leer¨¢ un discurso titulado La fotograf¨ªa como fuente de la memoria, en el que repasa la historia de este arte en Espa?a, carga sin piedad contra los mercaderes de la llamada "fotograf¨ªa art¨ªstica" y reclama atenci¨®n a los poderes p¨²blicos para una forma de expresi¨®n unida a la memoria.
"La divisi¨®n entre belleza y verdad obedece a los m¨¢s rastreros intereses"
"Se desprecia el trabajo artesanal, hecho con talento y honestidad"
"No tengo ni idea de lo que voy a poder aportar a la Academia", reconoce en las v¨ªsperas de la ceremonia de entrada. "Ir¨¦, ver¨¦ la situaci¨®n y har¨¦ lo que se tenga por costumbre. Pero de entrada tengo claro que quiero que la gente conozca los tesoros de la Academia de Bellas Artes. Est¨¢ en pleno centro de Madrid y tiene poqu¨ªsimos visitantes".
Publio L¨®pez empez¨® a amar la fotograf¨ªa durante su no muy dilatada carrera como periodista. Trabaj¨® en el semanario S¨¢bado Gr¨¢fico y en los diarios Pueblo, Informaciones y Madrid. "All¨ª descubr¨ª que en la fotograf¨ªa, al igual que en la novela, cabe todo". Habla de experimentaci¨®n, de sue?o, de documento y de puro placer contemplativo. Pero sobre todo habla de historia reconstruida con im¨¢genes.
Al hilo de este discurso, no extra?a que rechace de plano la divisi¨®n entre fotograf¨ªa art¨ªstica y period¨ªstica. Cree que ambos conceptos, belleza y verdad, van unidos. La divisi¨®n, a?ade, obedece a "los m¨¢s rastreros intereses del mercado". "Se habla de fotograf¨ªa art¨ªstica o pictorialista y alimentaria o period¨ªstica. Es una divisi¨®n que me pone enfermo. Se tiende a despreciar el trabajo artesanal, hecho con honestidad y con talento".
A ¨¦l, sin duda, le interesa la fotograf¨ªa-documento, que nace de la realidad y es producto de una mirada personal. "Los que quieran ser artistas, que dejen las c¨¢maras, porque estamos hablando de otra cosa". Ejemplos: no le interesan las incursiones de la fotograf¨ªa en la pintura (Ouka Leele) o de la pintura en la fotograf¨ªa (Carmen Calvo). No excluye la mirada po¨¦tica sobre la realidad, campo en el que s¨®lo reconoce a un fot¨®grafo, Chema Madoz, el ¨²nico "capaz de crear un universo propio, sin que las c¨¢maras adulteren la mirada".
La relaci¨®n entre vanguardia y fotograf¨ªa es otro tema que le enciende. Cree que los coqueteos con el mercado del arte han resultado un completo desastre. El predominio de la fotograf¨ªa sobre otras formas de expresi¨®n en bienales y ferias de arte contempor¨¢neo rozan para ¨¦l lo escandaloso. "Porque son los galeristas, agentes, comisarios y similares", dice, "los que marcan las l¨ªneas a seguir de lo que se vende. Pero la fotograf¨ªa nace con una condici¨®n muy democr¨¢tica y que va contra ese mercado, la posibilidad de hacer copias infinitas. Por eso colorean, a?aden, distorsionan. No me interesa. Y lo peor son los grandes analistas que se inventan mundos de lo m¨¢s pomposo para explicar lo que retrata una fotograf¨ªa. Le dan un envoltorio in¨²til y falso. Los llamados fotoartistas son gentes reclutadas en varias orillas del arte que han sido convocados por los llamados entendidos al olor del dinero. De verdad, creo que los expertos son un peligro para la fotograf¨ªa y para el arte en general".
Todo este tinglado, en resumen, afecta a la nueva fotograf¨ªa espa?ola porque sus integrantes est¨¢n sometidos a los "dictados" del mundo anglosaj¨®n y a los directores de ferias. Y de nuevo, salva a alguien, Cristina Garc¨ªa Rodero, por esas im¨¢genes sin trampa, al margen de las modas.
Recuerda Publio L¨®pez que en la d¨¦cada de los ochenta, los llamados poderes p¨²blicos consideraban que la fotograf¨ªa aut¨¦ntica y hecha sin trucos no era representativa de la Espa?a que interesaba vender en el exterior. "Siento tener que decir que, por ejemplo, Tierno Galv¨¢n prefiri¨® promocionar esa fotograf¨ªa falsa y coloreada frente a las im¨¢genes documentales y aut¨¦nticas".
Despu¨¦s de tres d¨¦cadas dedicado en cuerpo y alma a recuperar la memoria de la fotograf¨ªa espa?ola, considera que ha llegado el momento de exigir a los poderes p¨²blicos un Centro Nacional de la Fotograf¨ªa como el que existe en otros pa¨ªses, desde el que poder coordinar exposiciones, talleres y publicaciones. "En este momento esas decisiones est¨¢n en manos de bancos y fundaciones. No deciden los museos ni los profesionales. Manda el dinero de una manera casi imp¨²dica. El reto est¨¢ en cambiar y organizar las cosas con sentido com¨²n de una vez por todas".
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