Con Malevaje vuelve el tango combativo
A la chita callando, Malevaje llega a su disco n¨²mero 12. No me quieras tanto (qui¨¦reme mejor) es una obra de hermosa envoltura y recio contenido. Se trata de un trabajo de resistente, aclara su cantante, Antonio Bartrina. "En compa?¨ªa de mi manager, decidimos autoproducirnos y editarlo con el sello de la oficina. Nos hemos permitido un librito de lujo, con una imagen para cada canci¨®n, aparte de a?adir un videoclip. Quer¨ªamos darnos el capricho de una obra bien hecha, sin que nadie nos dijera si conven¨ªa quitar la canci¨®n donde critico a los obispos".
Bartrina reconoce que Malevaje representa la profesionalizaci¨®n de su pasi¨®n particular por el tango: "Cuando empezamos en 1984, ¨¦ramos una anomal¨ªa de la movida. Me acompa?aban m¨²sicos de Los Coyotes y Gabinete Caligari que sab¨ªan poco de tango. Aquello, que algunos lo llamaron tangobilly, ten¨ªa su encanto. Pero todo se aclar¨® cuando conoc¨ª a Osvaldo Larrea, maestro argentino del bandone¨®n que decidi¨® quedarse aqu¨ª. ?l nos ense?¨® las claves del tango, como m¨²sica y como actitud humana".
Madrid-Buenos Aires
Las ense?anzas fueron provechosas: Malevaje ha actuado incluso en Argentina, donde los aficionados se quedan pasmados al encontrarse con un madrile?o de Malasa?a que canta con un sabor tan porte?o. "Lo m¨¢s reconfortante es encontrarme con tangueros que se interesan por algunos temas nuestros y no pueden creerse que son originales, que se compusieron en Madrid o en Matute de la Sierra, en Soria, donde me reclu¨ª para preparar el disco".
En No me quieras tanto (qui¨¦reme mejor) hay 10 temas propios y cuatro versiones de autores inmortales: Cad¨ªcamo, Podest¨¢, Homero Exp¨®sito, C¨¢tulo Castillo. "Si tienes urgencia por contar cosas, la inspiraci¨®n no te falta. Hab¨ªa que recordar al Balmoral, bar ilustre, y al propio Osvaldo Larrea, que tambi¨¦n muri¨® hace poco. Gracias, viejo est¨¢ dedicado a Alfredo di St¨¦fano, que no s¨®lo fue un gran jugador, organiz¨® una huelga para defender a sus compa?eros. Tambi¨¦n hay una reivindicaci¨®n del car¨¢cter de los fumadores, precisamente cuando yo me he visto obligado a dejar de fumar".
Se intentaba volver a lo esencial: "Los tangos originales duraban unos tres minutos y desarrollaban una historia. Y llevaban un ritmo vivo, apto para bailar. Por eso, siempre me ha gustado grabar en directo".
Babelia
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