El sindicalista m¨¢s peligroso

Morgan Tsvangirai, de 56 a?os, es la gran esperanza de la oposici¨®n zimbabuense desde que en 1999 lanz¨® el Movimiento para el Cambio Democr¨¢tico (MDC, en ingl¨¦s), y ha puesto en graves aprietos al r¨¦gimen de Mugabe al menos dos veces: en el refer¨¦ndum de 2000, en el que los votantes rechazaron la reforma constitucional promovida por el presidente, y en 2002, cuando logr¨® oficialmente el 48% en unas elecciones que los pa¨ªses occidentales consideraron ama?adas.

Como casi todo el mundo en Zimbabue, Tsvangirai procede del oficialismo: su misi¨®n era liderar el sindicato del r¨¦gimen. Pero lo que hizo en realidad fue liberarlo y convertirlo en el embri¨®n de algo in¨¦dito en el subcontinente: una plataforma capaz de convertirse en alternativa real al movimiento de liberaci¨®n nacional que logr¨® la independencia.

El precio de tanta osad¨ªa ha sido alto: Tsvangirai es un asiduo de las c¨¢rceles del r¨¦gimen. La ¨²ltima vez que las visit¨® fue justo hace un a?o. Fue detenido cuando iba a un mitin, linchado y torturado. La fotograf¨ªa de su ropa hecha jirones y su rostro tumefacto dieron la vuelta al mundo. Sus enemigos internos le consideran autoritario y una facci¨®n importante del partido se escindi¨® el a?o pasado al considerar que su tiempo ha pasado. Muy pronto se ver¨¢ si llevaban raz¨®n.