Marihuana con receta para vivir mejor
El uso m¨¦dico se afianza, pero los enfermos tienen que recurrir a 'camellos' - Los cr¨ªticos temen que esto aliente su consumo l¨²dico
El cannabis es la sustancia ilegal que m¨¢s se consume en todo el mundo. Hay quien lo hace porque le ayuda a sobrellevar mejor una enfermedad. ?Es esto argumento suficiente para afirmar que la marihuana es un f¨¢rmaco m¨¢s? ?O hay que mantener sobre todo la prevenci¨®n de que se trata de una droga ilegal y que, por tanto, su uso debe ser proscrito? En este caso, como ocurre en la actualidad, los enfermos no tienen m¨¢s salida que recurrir al camello de turno.
Los dolores de Tatiana Enr¨ªquez, m¨¦dica cubana de 39 a?os, eran insoportables. Su hemat¨®logo le sugiri¨®: "F¨²mate un peta de mar¨ªa". Ella lo tom¨® a broma. Pero cuando, tras la segunda sesi¨®n de quimioterapia a la que se someti¨® vio que las n¨¢useas no cesaban, el m¨¦dico insisti¨®. Durante las 10 sesiones restantes, Tatiana decidi¨® consumir marihuana. "Era un momento de mi vida que hab¨ªa que pasar o mor¨ªa, as¨ª que opt¨¦ por sufrir lo menos posible", cuenta ahora, cuatro a?os despu¨¦s, con el c¨¢ncer pr¨¢cticamente superado.
En Espa?a existen medio centenar de clubes de consumo controlado
Un ciclo normal de quimioterapia precisa cinco gramos (22,5 euros)
Sativex, el f¨¢rmaco con extracto de cannabis, se usa de forma restringida
Varios jueces han absuelto a quienes aliviaban el dolor con esta droga
Tatiana fue afortunada. El equipo m¨¦dico que la trataba, en un hospital p¨²blico de Madrid cuyo nombre prefiere obviar, le permit¨ªa fumar la marihuana en las instalaciones. "Si alguien te dice algo, que vengan a m¨ª, que te he autorizado", recuerda que le dijo.
El cannabis hay que analizarlo dentro del contexto sociol¨®gico en el que se mueve. Unos 162 millones de personas lo consumen en todo el mundo. Es la droga ilegal con m¨¢s adeptos. Existe un n¨²cleo de poblaci¨®n, sobre todo gente joven, que no ve en el consumo de marihuana efectos perniciosos. Seg¨²n la ¨²ltima Encuesta sobre Drogas y Alcohol del Ministerio de Sanidad, en Espa?a un 28,6% de la poblaci¨®n ha consumido alguna vez cannabis, y un 8,7% lo hace todos los meses. En los ¨²ltimos 10 a?os, adem¨¢s, se ha multiplicado por tres el n¨²mero de personas que lo consumen a diario.
El C¨®digo Penal proh¨ªbe la venta de cannabis, as¨ª como su posesi¨®n y consumo en lugares p¨²blicos. La venta de semillas est¨¢ permitida desde hace a?os. La ley no distingue, sin embargo, entre uso terap¨¦utico o l¨²dico. Aunque s¨ª los tribunales. Dos precedentes fueron sonados: en 1999 un ciudadano austriaco con c¨¢ncer fue absuelto por un juzgado de lo penal de Barcelona del delito de tr¨¢fico de estupefacientes pese a su detenci¨®n con dos kilos de hach¨ªs en el aeropuerto de Barcelona. El acusado argument¨® que consum¨ªa la droga con fines terap¨¦uticos.
M¨¢s recientemente, en 2006, un juez de Alicante absolvi¨® a un psicoterapeuta que cultiv¨® 258 plantas de marihuana, que pesaban 3,5 kilos, al considerar probado que el acusado "vio que le iban bien para las migra?as, por lo que hizo una investigaci¨®n para estudiar las variedades". Tampoco fue condenada la asociaci¨®n de consumidores Pannagh, tres de cuyos miembros fueron detenidos en 2005 con 150 kilos brutos de marihuana. La Audiencia de Vizcaya entendi¨® que la plantaci¨®n cumpl¨ªa con los requisitos para ser "uso compartido".
Fuera de Espa?a, m¨¢s de una decena de estados de EE UU han regulado el uso terap¨¦utico de la marihuana. El ¨²ltimo de ellos, California, aunque siempre se ha producido el mismo debate: si el consumo por enfermos no incitaba al resto.
El l¨ªmite entre el uso l¨²dico y el medicinal es difuso. Joseba Pineda, profesor de Farmacolog¨ªa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, opina: "Hay que desligar la utilizaci¨®n de la marihuana como f¨¢rmaco de su uso recreativo; hay muchos enfermos que se podr¨ªan beneficiar de los principios de los cannabinoides si se separan ambos debates".
Aunque hay constancia de que se empleaba para tratar el re¨²ma y la gripe all¨¢ por el 2700 antes de Cristo, no es hasta el siglo XIX cuando el cannabis se convierte en uno de los preparados a los que la medicina recurre como anticonvulsivo, analg¨¦sico o antiem¨¦tico. La aparici¨®n de f¨¢rmacos sint¨¦ticos y la presi¨®n social y pol¨ªtica por su car¨¢cter recreativo, consiguieron aislarlo desde principios del pasado siglo. Nada que no haya ocurrido antes. Cualquier sustancia que ahora es ilegal -hero¨ªna o ¨¦xtasis- se pens¨® en un primer momento como medicamento. El caso de los opi¨¢ceos, como la morfina, es el m¨¢s parecido, seg¨²n el profesor Pineda, a lo que est¨¢ viviendo el mundo m¨¦dico hoy d¨ªa y asegura que, m¨¢s tarde o m¨¢s temprano, "todos, a distintas velocidades", acabar¨¢n aceptando el uso medicinal de los cannabinoides.
Que algo se mueve en Espa?a ha quedado demostrado desde principios de este siglo. En 2001, la asociaci¨®n catalana de ayuda a enfermas de c¨¢ncer de mama, ?gata, inici¨® una campa?a de sensibilizaci¨®n y presion¨® a las autoridades para que permitiesen el uso terap¨¦utico del cannabis. Ese mismo a?o, el Parlamento catal¨¢n aprob¨®, de forma un¨¢nime, una resoluci¨®n dirigida al Gobierno central en la que le instaba a "tomar las medidas administrativas necesarias para autorizar el uso medicinal del cannabis". Cuatro a?os m¨¢s tarde se iniciaron los primeros ensayos cl¨ªnicos, coordinados por el Instituto Catal¨¢n de Farmacolog¨ªa.
Este plan piloto no ha sido un estudio de eficacia, sino de observaci¨®n, enfocado a un grupo de 200 pacientes con esclerosis m¨²ltiple, delgadez producida por el VIH, o con n¨¢useas y v¨®mitos como consecuencia de la quimioterapia, entre otros s¨ªntomas. "Son personas que hab¨ªan recurrido a casi todos los tratamientos posibles y ninguno de ellos hab¨ªa surgido efecto", explica Marta Dur¨¢n, jefe de Farmacolog¨ªa del hospital Vall d'Hebron, uno de los centros que participan en el proyecto.
A falta de las conclusiones, que se conocer¨¢n en breve, se sabe que el 65% de los enfermos reconoce haber experimentado alg¨²n beneficio, un 10% no ha sentido mejor¨ªa alguna, y un 25% tuvo que abandonar el tratamiento. "Se ha abierto la puerta a pacientes que no ten¨ªan esperanza", explica Marta Dur¨¢n, siempre cauta en su razonamiento: "Los resultados no son espectaculares, pero no hay duda de que pueden ayudar. Hay que ver el perfil, la dolencia, el tipo de paciente, pero si ayuda, vale la pena".
En este plan piloto, el medicamento utilizado ha sido Sativex, el ¨²nico extracto del cannabis que se comercializa como f¨¢rmaco. Desarrollado por GW Pharmaceutical, se ha importado de Canad¨¢, donde est¨¢ aprobado para el alivio de dolor neurop¨¢tico con esclerosis m¨²ltiple. En Espa?a s¨®lo se puede recurrir a ¨¦l si el paciente est¨¢ incluido en un programa de medicaci¨®n extranjera o de uso compasivo.
Sativex se utiliza con nebulizador y se aplica cuatro veces al d¨ªa debajo de la lengua. Cada pulsaci¨®n del nebulizador administra una dosis fija de 2,7 miligramos de tetrahidrocannabinol (THC) y 2,5 miligramos de cannabidiol (CBD), los principales cannabinoides ex¨®genos activos.
Para los m¨¦dicos, conocer la composici¨®n del medicamento de antemano es primordial, puesto que no supone lo mismo consumir la planta, que tiene tal variabilidad de proporciones que en muchos casos puede suponer un riesgo para el paciente.
Pocos dudan de que Sativex ha marcado un antes y un despu¨¦s, pero tanto m¨¦dicos como asociaciones cann¨¢bicas reclaman que se siga ensayando con otro porcentaje de dosis m¨¢s all¨¢ del 50% THC / 50% CBD.
Si los cannabinoides son buenos, hay que aprovecharlos. ?sa parece ser la m¨¢xima a partir de la cual quieren trabajar muchos m¨¦dicos e investigadores. ?Tienen la misma efectividad que un f¨¢rmaco convencional? Rafael Borr¨¢s, vocal del Colegio de Farmac¨¦uticos de Barcelona, es bastante claro al respecto: "Mejoran la sintomatolog¨ªa del paciente, pero no son una cura. As¨ª que hay dos opciones: cerrar los ojos y argumentar que como es una sustancia ilegal no hay nada que hacer, o seguir trabajando para ayudar a algunos enfermos".
Esta ¨²ltima premisa, y el conocimiento de que cada vez m¨¢s gente consum¨ªa marihuana con fines medicinales, hizo que Borr¨¢s y sus colegas farmac¨¦uticos elaborasen el Prospecto del Cannabis, un documento informativo que est¨¢ en Internet.
Pero dentro del mundo de la medicina hay quien no acaba de creer en las evidencias. "En general, para cualquier tratamiento es mejor emplear sustancias que extractos; cualquier iniciativa tiene que estar dentro de un marco claro; lo que hagamos tiene que aportar algo", argumenta Ram¨®n Colomer, presidente de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa. "No existe informaci¨®n cient¨ªfica suficiente; el uso terap¨¦utico tiene m¨¢s riesgos e incertidumbres que beneficios y certezas", a?ade.
Mientras contin¨²a la pol¨¦mica, miles de enfermos -algunos m¨¦dicos hablan de 50.000- siguen consumi¨¦ndolo para paliar sus dolores. Fabi¨¢n Quintela, burgal¨¦s de 43 a?os, lleva cinco en una silla de ruedas, como consecuencia de la esclerosis m¨²ltiple que padece. Como a tantos otros, su m¨¦dico le recet¨® un tratamiento a base de relajantes musculares. El ¨²nico objetivo era bajar la intensidad de los dolores, pero lo ¨²nico que consigui¨® es dejarle el est¨®mago destrozado y abrirle los esf¨ªnteres. "Ten¨ªa que controlarme para no hacerme las necesidades encima", comenta resignado. Un amigo le sugiri¨® que probase con la marihuana. El problema de Fabi¨¢n no fue tanto decidirse a consumir cannabis, sino c¨®mo conseguirlo. La opci¨®n m¨¢s sencilla fue preguntarle a su sobrino, de 19 a?os, que alguna vez le hab¨ªa confesado que fumaba porros. Al d¨ªa siguiente ten¨ªa una bolsa llena de hojas verdes encima de su mesa. Poco tiempo despu¨¦s comenz¨® a plantar distintos tipos de marihuana para ver cu¨¢l era la m¨¢s conveniente. Fabi¨¢n est¨¢ orgulloso de su decisi¨®n. "Ahora al menos puedo hacer una vida normal", asegura.
Recurrir al mercado ilegal es la ¨²nica soluci¨®n que les queda a muchos enfermos, con los inconvenientes que ello conlleva: precio desmesurado, no saber realmente qu¨¦ sustancia les est¨¢n dando... En el caso de la esclerosis m¨²ltiple, el cannabis puede mejorar la espasticidad y aliviar el dolor, pero en el mercado ilegal, la sustancia que se encuentra tiene dosis muy bajas de CBD, el principio que act¨²a sobre la espasticidad muscular.
"Se produce, adem¨¢s, una situaci¨®n absurda: a los que hay que proteger del acceso a la marihuana, que son los chavales, son los que m¨¢s f¨¢cil lo tienen", critica Mart¨ªn Barriuso, presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones Cann¨¢bicas (FAC). Barriuso es, adem¨¢s, uno de los responsables de Pannagh (cannabis en s¨¢nscrito), una asociaci¨®n vasca de 230 miembros, de los cuales un 60%, casi todos mayores de 50 a?os, lo emplea para fines medicinales. En Espa?a hay unas tres docenas de asociaciones cann¨¢bicas, y una docena de clubes como Pannagh.
Todo enfermo que quiera asociarse debe presentar un certificado m¨¦dico en el que se demuestre que padece una enfermedad que pueda estar sujeta a un tratamiento con cannabis. Adem¨¢s de una cuota de socio, cada uno paga la marihuana que consume -se cultivan hasta 12 tipos distintos-, siempre a precio de f¨¢brica, es decir, mucho m¨¢s barato que en el mercado ilegal. Por ejemplo, para un ciclo de quimioterapia normal, Barriuso calcula que son necesarios cinco gramos, lo que supondr¨ªa unos 22,5 euros al enfermo.
Parece simple, pero no lo es.Los prejuicios siguen tan arraigados que hay quien considera que, tras el tratamiento, los enfermos pueden convertirse en adictos. Tatiana, la m¨¦dica cubana, se r¨ªe: "No podr¨ªa ni soportar el olor. En su d¨ªa lo relacion¨¦ con alivio, pero ahora lo asocio a uno de los peores momentos de mi vida".
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