Toda la carne en la parrilla
Burger King mantiene su apuesta por la hamburguesa en plena fiebre por la vida sana
Jos¨¦ Cil suele comer una vez a la semana en alguno de los 425 restaurantes de comida r¨¢pida Burger King que hay en Espa?a. Pide su hamburguesa estrella, el Whopper, pero exige que le quiten la cebolla y le pongan mostaza. "?se es el concepto de Burger King, que puedes comer sus productos como t¨² quieras", explica orgulloso. Es el vicepresidente en el Mediterr¨¢neo y noroeste de Europa de esta cadena hostelera norteamericana.
Cil, descendente de cubanos y nacido en Miami, supervisa la marcha de locales en lugares como Espa?a, Portugal, Chipre, Turqu¨ªa o Polonia y es un ejemplo de fidelidad a la marca que controla. No para de hablar de la calidad de sus productos, su ¨¦xito y la filosof¨ªa de la cadena de restaurantes mientras luce una insignia con forma de hamburguesa en la solapa de su chaqueta. "Es el Whopper de oro. Se lo damos a los empleados que hacen bien su trabajo", comenta.
La cadena controla 439 locales en Espa?a y Portugal, muchos con due?os espa?oles, ya que el 90% est¨¢n franquiciados
En plena lucha contra la obesidad en Espa?a y con cientos de marcas apostando por productos diet¨¦ticos, Burger King sigue poniendo toda la carne en el asador, o en la parrilla, como aseguran que cocinan todas sus hamburguesas. "Nuestra estrategia va a ser en el futuro la misma que hemos seguido hasta ahora: lo que el cliente quiera", explica Cil. Ellos tienen claro que su consumidor potencial, entre los 15 y los 30 a?os, lo que parece querer es mucha carne, salsas y una buena cantidad de patatas.
La comida de los restaurantes de Burger King no se considera en Espa?a precisamente tradicional. Sin embargo, el concepto no es nuevo en el pa¨ªs. El primer restaurante se abri¨® en 1975, en la plaza de los Cubos de Madrid. Entonces los espa?oles llamaban a su hamburguesa estrella Joper (en lugar de Whopper) y acompa?aban el men¨² con vino. "Pero pronto entendieron el concepto de la cadena, y empezaron a reclamar refrescos con las hamburguesas y las patatas".
M¨¢s de 30 a?os despu¨¦s, es dif¨ªcil encontrar en Espa?a un centro comercial o una calle c¨¦ntrica sin uno de estos locales. La marca controla 439 restaurantes en Espa?a y Portugal, que facturaron en 2007 m¨¢s de 365 millones. Muchos de ellos tienen due?os espa?oles, ya que el 90% est¨¢n franquiciados.
Su rival m¨¢s cercano, McDonald's, comenz¨® hace ya meses una campa?a de lavado de cara: sus carteles lucen productos con pocas calor¨ªas, ensaladas y han reformado sus restaurantes para que tengan un aspecto m¨¢s c¨¢lido. Incluso han comenzado una ardua batalla contra los soberanos del caf¨¦ en vaso de cart¨®n, la cadena Starbucks. McDonald's quiere robarles clientes y para eso sirven m¨¢s variedades de caf¨¦ y dulces a precios asequibles, en salones con conexi¨®n a Internet y hasta con sillones. Pero a Burger King eso parece que le da igual.
Sus carteles siguen mostrando bocadillos de varios pisos y aunque quieren incluir "algunos productos para entrehoras, como desayunos o meriendas", y tienen alguna ensalada en el men¨², su producto estrella sigue siendo la carne. Con la alimentaci¨®n de los ni?os, Cil asegura que est¨¢n concienciados. "Seguimos los c¨®digos de buena conducta y nos hemos comprometido incluso a no anunciar productos de m¨¢s de 500 calor¨ªas enfocados a ni?os", explica Cil. Lo cierto es que eso les deja poco campo de acci¨®n con los m¨¢s peque?os: el men¨² infantil completo, seg¨²n las opciones, ya tiene entre 450 y 800 calor¨ªas.
Burger King tiene preparadas sus armas hasta 2009. Nuevos bocadillos y nuevas salsas, que estudian durante meses en Espa?a para todo el Mediterr¨¢neo. En cada localizaci¨®n la casa de comida r¨¢pida suele incluir productos con toques aut¨®ctonos. En Espa?a se pueden comprar hamburguesas con alioli; en Turqu¨ªa, con d¨¢tiles y yogur para celebrar el ramad¨¢n. Sin embargo, las apuestas fuertes son mundiales y la filosof¨ªa de hamburguesas con hasta 850 calor¨ªas es universal. "Los clientes al final nos visitan para tener una experiencia global, una comida r¨¢pida internacional. Y eso pasa por tener uniformidad en el producto, en la forma de producci¨®n, los locales...", afirma Cil. En su ¨¢rea de direcci¨®n hace poco han abierto restaurantes en Egipto y Polonia. "Lo que hacemos para no tener problemas culturales es asociarnos con franquiciados de all¨ª, que conocen el pa¨ªs".
Pese a sus m¨¢s de seis lustros en Espa?a, Cil cree que tienen mucho por hacer. "S¨®lo cuatro de cada diez personas consumen aqu¨ª comida r¨¢pida. As¨ª que nos queda otro 60% de gente que nos ofrece la oportunidad de seguir creciendo".
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