'Olay' Spain
Los brit¨¢nicos se han quedado sin sus equipos nacionales -Inglaterra, Escocia, Gales o Irlanda del Norte- en la Eurocopa 2008 de f¨²tbol. Pero la cadena de televisi¨®n por sat¨¦lite y cable Sky Sports pretende que los hinchas -muchos de los cuales llegan a la categor¨ªa de hooligans- no se desenganchen de esta competici¨®n. Y para ello les ha pedido que conviertan a Espa?a en su "nuevo equipo nacional". Es f¨¢cil, dice la cadena en su anuncio simpl¨®n, pues basta con gritar "olay", pron¨²nciese "ol¨¦", y "gol". Y, adem¨¢s, pueden seguir el himno nacional con facilidad, pues carece de letra, a diferencia del God save the Queen.
Desde luego, la campa?a es original. Han elegido a Espa?a, pues deportivamente, y en otros muchos ¨¢mbitos, se llevan mal con Francia, a pesar de la visita de Estado de Nicolas Sarkozy a Londres, y del encanto de su esposa, Carla Bruni. Por lo que se ve, ni todo el encanto de la esposa de Sarkozy puede apagar el resquemor que pervive en los corazones brit¨¢nicos desde la invasi¨®n normanda. Aunque en el f¨²tbol casi todo es posible; si los tuyos no est¨¢n, siempre habr¨¢ un equipo con el que se pueda simpatizar. El objetivo esencial de Sky Sports es recuperar los derechos que pag¨® para la retransmisi¨®n del campeonato.
El f¨²tbol, y en general el deporte, tiene un ingrediente nacionalista mucho m¨¢s elevado que otras actividades p¨²blicas, m¨¢s incluso que la pol¨ªtica. El seguimiento del fen¨®meno Alonso es explicable por la nacionalidad del piloto, como ocurre en las carreras de motos, o los campeonatos de tenis. Para disfrutar, el televidente necesita identificarse, aunque en algunos casos globales supere el estrecho nacionalismo. As¨ª, el Real Madrid o el Bar?a, que se han convertido en fen¨®menos que rebasan con mucho las fronteras mentales de Espa?a. Justamente, el baloncesto de la NBA americana contrat¨® hace unos a?os a un gigante asi¨¢tico para intentar atraer a la mayor audiencia del mundo.
M¨¢s dif¨ªcil es provocar un s¨²bito inter¨¦s por un equipo nacional, y no de marca, de un pa¨ªs ajeno, como intenta ahora la cadena de televisi¨®n. Aunque s¨®lo haya que silbar el himno. Podr¨ªa incluso atraer la pasi¨®n de los llanitos de Gibraltar.
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