Heathrow, ?caso terminal?
Heathrow, el aeropuerto de mayor tr¨¢fico de Europa, y uno de los m¨¢s ajetreados del mundo, est¨¢ experimentando unos dolores de parto de su terminal 5, en la que opera exclusivamente British Airways. Se inaugur¨® el jueves pasado, y las autoridades est¨¢n que ya no saben ad¨®nde mirar. Cientos de vuelos cancelados, miles de pasajeros de acampada en sus hasta ahora espaciosas salas, 15.000 equipajes varados o en paradero desconocido.
David Frost, director general de las C¨¢maras de Comercio brit¨¢nicas, lo ha calificado de "desastre de relaciones p¨²blicas", a lo que a?adi¨® que afectar¨ªa a la confianza de la comunidad internacional de negocios en el Reino Unido. Heathrow est¨¢ operado por BAA, propiedad de la espa?ola Ferrovial, lo que esperemos que no d¨¦ lugar a un arranque de chovinismo -jingoismo dicen los brit¨¢nicos- que busque el escarmiento en cabeza ajena.
Caos, por otra parte, del que no andamos desinformados en Espa?a, con aeropuertos que en fechas no lejanas andaban en azares parecidos. Bienvenidos al club, aunque en el caso de las islas, quiz¨¢ habr¨ªa que pensar en la categor¨ªa de socio de honor, porque en los ¨²ltimos a?os han sido las comunicaciones ferroviarias, la red hospitalaria, y ahora las comunicaciones a¨¦reas, las que han mostrado tan terrible querencia a la cat¨¢strofe.
En tiempos del extinto Imperio Brit¨¢nico sol¨ªa decirse que el comercio segu¨ªa a la bandera, mientras que ahora es la factura la que sigue al rid¨ªculo. British Airways tiene que hacer frente a indemnizaciones a los pasajeros, y la Autoridad de Aviaci¨®n Civil brit¨¢nica ha debido recordar a la compa?¨ªa que ha de facilitar alojamiento y manutenci¨®n a los afectados al margen de lo que cueste, y no ofrecer tan s¨®lo 100 libras diarias (126 euros) por persona para todo, lo que a los precios de Londres apenas da para la caseta del perro.
Ese fiasco es m¨¢s grave porque en estas fechas se discute un acuerdo de cielos abiertos, que permitir¨ªa a las aerol¨ªneas europeas acceso a cualquier destino en Estados Unidos y viceversa, con la probable reducci¨®n de tarifas, ya que ser¨ªa mayor la competencia en el mercado.
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