20 testigos y tres peritos declaran en el juicio contra el cura Benigno Moure

El sacerdote Benigno Moure, presidente de la Fundaci¨®n San Rosendo, dedicada a la asistencia a la tercera edad, declar¨® ayer ante el tribunal en el juicio por supuestos delitos de apropiaci¨®n indebida de las cuentas de una anciana ingresada en uno de sus geri¨¢tricos, de falsedad en documento p¨²blico y privado, y de estafa continuada a la misma residente, ya fallecida, Mar¨ªa V¨¢zquez Covela. Los hechos ocurrieron entre 1999 y 2001. Moure, que se neg¨® a contestar a las preguntas de la acusaci¨®n particular, proclam¨® ante el juez su inocencia.

Durante la declaraci¨®n, Moure contest¨® a casi todas las preguntas del fiscal, que pide para ¨¦l una pena de 14 a?os, con continuos "no s¨¦" o "no recuerdo". Pero a preguntas de su abogado, reconoci¨® que los pisos, las fincas y el dinero de las cuentas de la anciana hab¨ªan sido traspasadas a la fundaci¨®n que ¨¦l preside. "Pero yo no me qued¨¦ con nada", precis¨®. Seg¨²n dijo, la anciana Mar¨ªa V¨¢zquez Covela firm¨® un documento por el que le hab¨ªa hecho "due?o y titular de sus cuentas", en las que la residente ten¨ªa m¨¢s de 600.000 euros, que pasaron as¨ª a engrosar el presupuesto de la Fundaci¨®n San Rosendo.

En el momento de esta donaci¨®n, la anciana llevaba un a?o declarada legalmente incapacitada por un juez, diagnosticada con "demencia senil incipiente", seg¨²n se puso de manifiesto en el juicio inicado ayer en Ourense y que continuar¨¢ hoy. Est¨¢n citados a declarar 20 testigos y tres peritos.

En contra de lo que consta en el documento bancario que firm¨® para traspasar a la fundaci¨®n las cuentas de la anciana, Moure insisti¨® en que ¨¦l no estaba autorizado para disponer del dinero, sino que era el "due?o y titular" de las mismas y que la palabra "autorizado" se incluy¨® despu¨¦s de que ¨¦l firmase. Declar¨® tambi¨¦n que Mar¨ªa V¨¢zquez segu¨ªa figurando en las cuentas "para poder sacar el dinero que necesitara".

El presidente de la fundaci¨®n sostuvo que fue el director de la sucursal de Banesto en O Carballi?o, Jos¨¦ Luis Iglesia Santos, quien lo llam¨® y le present¨® en el geri¨¢trico Os Gozos, en el que resid¨ªa V¨¢zquez Covela, los documentos bancarios para que los firmase. Respecto a un piso de la mujer en O Carballi?o, que inicialmente iba a destinar "a se?oras maltratadas" pero que acab¨® vendiendo y a otras fincas que tambi¨¦n vendi¨®, Moure se?al¨® que el dinero obtenido se lo entreg¨® a la due?a, "pero ella dijo que era todo para la fundaci¨®n".

Los testigos que declararon ayer, compradores todos ellos de fincas y viviendas de V¨¢zquez Covela, reconocieron como vendedor de las propiedades a Benigno Moure quien, seg¨²n se?alaron, cerraba las operaciones acompa?ado de otro cura del que ayer s¨®lo se despej¨® su nombre: Antonio. "S¨¦ que era cura porque llevaba alzacuellos", especific¨® uno de los testigos, y varios aseguraron que al cerrar la operaci¨®n el "cura Antonio contaba el dinero". A ninguno se le ocurri¨® mirar en el registro mercantil la titularidad de las adquisiciones. "Era muy barato", justificaron. Agust¨ªn L¨®pez Pe?a reconoci¨® que pag¨® 2.700 euros por un lote de 50 fincas y Francisco P¨¦rez Nogueira ratific¨® la ganga al detallar que compr¨® dos fincas por 600 euros.

M¨¢s caro le result¨® a Antonio Obiols el piso que adquiri¨®, por 45.000 euros, a la Fundaci¨®n San Rosendo a trav¨¦s de una agencia inmobiliaria. El comprador declar¨® que la operaci¨®n se hizo ante notario "y lo que hace un notario va a misa".

El notario, tambi¨¦n acusado, es Alejo Calatayud. En su declaraci¨®n se?al¨® que dio fe de la venta del piso de O Carballi?o porque la anciana, que sufr¨ªa Parkinson y estaba en silla de ruedas, "asent¨ªa a mis preguntas de si estaba de acuerdo moviendo la cabeza". Calatayud, que dijo desconocer que la anciana estaba diagnosticada de demencia senil, se convenci¨® de su comprensi¨®n, aunque su estado f¨ªsico le impidi¨® firmar, por lo que lo hicieron por ella dos testigos, empleados de la fundaci¨®n. El comprador firm¨® en otro momento en la oficina del notario. ?ste reconoci¨® lo excepcional de ese hecho, pero no le pareci¨® necesario hacerlo constar en la escritura. "Doy fe de lo que me cuentan, no de la veracidad de lo que me cuentan", dijo.