Nos queda la palabra
La presidenta se disculpa. Nunca llega tarde a una cita. En esta ocasi¨®n, hay un motivo justificado: la han llamado de una emisora de Elche, el pueblo alicantino donde naci¨® hace 47 a?os, para felicitarla por su flamante puesto. Es el primer d¨ªa de trabajo en este viejo hospital del siglo XVI sede del Parlamento de Andaluc¨ªa que Fuensanta Coves presidir¨¢ los pr¨®ximos cuatro a?os.
La libreta de notas registra estos adjetivos: espartana, alumna aplicada, responsable, moderada, discreta. Y una afirmaci¨®n suya: "No me importa estar en un segundo plano".
- Presidenta, con tanto huir de los focos, ?no corre el riesgo de pasar inadvertida, de que su presidencia sea una presidencia gris?
"Me encanta la pasi¨®n. Utilicemos la iron¨ªa, la sutileza, pero no el insulto"
"Se buscar¨¢ el consenso, pero sin subvertir la voluntad popular"
Sus habitualmente serenos ojos azulverdosos chispean. Es una mujer de suaves maneras, pero que en los momentos precisos sabe ser firme:
-Esta es mi quinta entrevista del d¨ªa. Pero yo no necesito estar de permanente actualidad para sentirme bien. Eso incluso ser¨ªa malo. Pienso hacer muchas cosas en el Parlamento, pero sostengo que mi papel en los plenos tiene que ser secundario.
Sali¨® de Elche en busca de su destino. Primera parada, en Murcia. Pero Granada estaba m¨¢s lejos y all¨ª recal¨® para estudiar Farmacia. Era la ¨²ltima de cuatro hermanos, "y no me gustaba que me protegieran demasiado". En su macuto virtual cargaba el ejemplo de su padre, combatiente "en el bando rojo". Viv¨ªa la pol¨ªtica. Fuensanta lo recuerda as¨ª cuando se le pregunta en qu¨¦ partido militaba su padre: "A veces no hay que estar afiliado, ni entrar directamente en la pol¨ªtica. Antes se es pol¨ªtica, despu¨¦s se practica la pol¨ªtica".
As¨ª fue como ella lleg¨® al puesto que ocupa hoy. Fue pol¨ªtica, hizo pol¨ªtica. Primero, en la Universidad de Almer¨ªa, en donde ha sido profesora titular en el Area de Did¨¢ctica de las Ciencias Experimentales durante diez a?os. Adquiri¨® experiencia en dirigir equipos como directora del Secretariado de Investigaci¨®n de la Universidad. Se cas¨®. Se divorci¨®. Y en paralelo, se enamor¨® del Cabo de Gata.
All¨ª lleg¨® la llamada de Manuel Chaves para que formara parte de su Gobierno en el a?o 2000. Fue su primera sorpresa. Se hizo cargo de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente. Su arranque fue espectacular: paraliz¨® el mastod¨®ntico complejo hotelero que se pensaba construir en Punta Umbr¨ªa. Se ha ido de la Consejer¨ªa, ocho a?os despu¨¦s, sin haber resuelto otro problema hotelero: el Algarrobico. Sus ojos vuelven a chispear cuando afirma tajante:
-?Frustrada? No, porque estoy convencida de que m¨¢s pronto que tarde, el Algarrobico se derribar¨¢.
Cuando lleg¨® a Sevilla, tuvo la fortuna de encontrar a un excelente compa?ero de gabinete, que se convertir¨ªa en uno de sus mejores amigos: Alfonso Perales, el fallecido dirigente socialista gaditano, entonces consejero de Gobernaci¨®n.
Algunos comentaristas bromearon con las citas literarias que Coves introdujo en el discurso que pronunci¨® el jueves en la sesi¨®n constitutiva del Parlamento. La primera de ellas, del escritor hungaro S¨¢ndor M¨¢rai, quien escribi¨® de su padre que "conoc¨ªa el gran secreto de la cortes¨ªa". La cita no era en vano.
-Fue un gui?o a Alfonso Perales, aunque algunos no lo entendieran. Me regal¨® libros de M¨¢rai, Confesiones de un burgu¨¦s, Divorcio en Buda... Para m¨ª, fue una persona entra?able.
Como tambi¨¦n lo fueron otras colegas de gabinete, Carmeli Hermos¨ªn, Magdalena ?lvarez... Pero, en efecto, Perales era especial. Era educado y cort¨¦s.
-Habla mucho de debates limpios, de la palabra como arma pol¨ªtica, de la educaci¨®n, la cortes¨ªa... ?No se corre el riesgo de caer en lo que algunos modernos llaman "el buenismo"? Porque en un Parlamento tambi¨¦n caben los debates encendidos. ?D¨®nde queda la pasi¨®n, donde deja la pasi¨®n por la pol¨ªtica?
Sus ojos vuelven a chispear.
-Me encanta la pasi¨®n. Pero tambi¨¦n la iron¨ªa, que no est¨¢ re?ida con la cortes¨ªa. Pero s¨ª con la mala educaci¨®n, con los insultos. O utilizemos la sutileza... Hay muchos recursos ling¨¹¨ªsticos que pueden dar buenos resultados en el debate pol¨ªtico.
Hubo otras citas en el discurso de Coves. De John Lennon, de Miguel Hern¨¢ndez, de S¨¦neca. "Cuanto m¨¢s poder se tenga, con m¨¢s delicadeza debe utilizarse", escribi¨® el fil¨®sofo cordob¨¦s. La cuesti¨®n es si cuando un partido pol¨ªtico que tiene mayor¨ªa en una c¨¢mara, saca adelante sus propuestas con sus votos, est¨¢ o no ejerciendo el poder con delicadeza o como rodillo apisonador. Coves cree que ese poder no es m¨¢s que "la interpretaci¨®n del respeto de la voluntad popular".
M¨¢s palabras hermosas: consenso, pactos, acuerdos. Pero, si todo se pacta, ?para que sirven los partidos, para qu¨¦ se hacen elecciones? Dice Coves: "Se negociar¨¢ hasta la extenuaci¨®n, se buscar¨¢ el consenso, pero no podemos subvertir la voluntad popular: que un partido determinado tenga la mayor¨ªa".
Eso s¨ª, enumera una serie de temas que ameritan un amplio consenso: el desarrollo del Estatuto de Autonom¨ªa, los nuevos derechos sociales, el agua, el modelo de financiaci¨®n.
-?Se puede mejorar una ley que env¨ªa el Gobierno al Parlamento?-se pregunta la presidenta-. Seguro que s¨ª. Seguro que puede haber aportaciones del PP o de IU que ayudan a que la ley se ajuste m¨¢s a la realidad.
Cita de Miguel Hernandez, su paisano alicantino: "Los vientos del pueblo me llevan". Coves quiere que entren por los amplios ventanales del parlamento. Aire fresco, nuevas ideas. M¨¢s cercan¨ªa con el ciudadano. Hombres relevantes que acudan a impartir sabidur¨ªa. Recomponer la imagen que se tiene de los pol¨ªticos, inaccesibles y en permanente disputa. Y algunos, adem¨¢s, corruptos.
Esas son las intenciones de Fuensanta Coves en el inicio de su mandato. De momento, la ya militante socialista, desde 2004, ha conquistado a los 109 diputados, que la eligieron por unanimidad. Las buenas maneras, la cortes¨ªa, reinan por ahora en el Hospital de las Cinco Llagas, a donde ha llegado en el momento justo: cuando todo parece indicar que el di¨¢logo y el consenso presidir¨¢n esta legislatura. A esa cita, Fuensanta Coves no lleg¨® con retraso.
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