Himmler busc¨® la raza aria en Espa?a
Nazis y arque¨®logos franquistas colaboraron para justificar sus abominables teor¨ªas
"Nazis. Odio a los nazis", dec¨ªa nuestro arque¨®logo favorito, Indiana Jones, que se enfrent¨® a los encargados por Hitler para excavar en busca de tesoros. La frase de Jones, ay, dif¨ªcilmente la suscribir¨ªa la arqueolog¨ªa espa?ola oficial de la posguerra. M¨¢s bien al contrario: esa rama de la ciencia abri¨® con entusiasmo los brazos (los puso en alto, cabr¨ªa decir) a la arqueolog¨ªa nazi, representada especialmente por la siniestra organizaci¨®n de las SS Deutsches Ahnenerbe (Herencia Ancestral Alemana), que, entre otras labores, investigaba y excavaba por todo el mundo tratando de probar y justificar las abominables teor¨ªas raciales del credo hitleriano como la supremac¨ªa aria. Un historiador catal¨¢n, Francisco Gracia, de la Universidad de Barcelona, ha puesto al descubierto por primera vez las estrechas y profundas relaciones entre la arqueolog¨ªa espa?ola y la Ahnenerbe, un tema del que nada se sab¨ªa y que pone los pelos de punta. Hay que recordar que la actividad de Das Ahnenerbe, adem¨¢s de la insensata expedici¨®n al T¨ªbet de Ernst Sch?fer, y la b¨²squeda majareta de objetos legendarios como el martillo de Thor o el Grial, condujo a pragm¨¢ticos saqueos de museos y colecciones y al fr¨ªo asesinato de jud¨ªos y prisioneros de guerra para estudiar sus esqueletos. La organizaci¨®n -v¨¦ase una muy amena historia en El plan maestro, de Heather Pringle (Debate, 2007)- fue condenada en los juicios de N¨²remberg y su director, el standartenf¨¹hrer Wolfram Sievers (todos en la Ahnenerbe ten¨ªan rangos de las SS), ahorcado. Con esos angelitos, y tambi¨¦n con otros schwarmgeister (so?adores fan¨¢ticos) como los arque¨®logos de la m¨¢s reducida Amt Rosenberg, del ide¨®logo nazi Alfred Rosenberg (colgado asimismo en N¨²remberg), y vinculada a la Sociedad Thule, estuvo la arqueolog¨ªa espa?ola a partir un pi?¨®n y abierta a colaborar. El ministro secretario del partido, Jos¨¦ Luis Arrese, expres¨® incluso a Himmler su inter¨¦s por crear en Espa?a una organizaci¨®n similar a la Ahnenerbe nazi y dependiente exclusivamente de Falange, para controlar las bases ideol¨®gicas de la prehistoria y la arqueolog¨ªa espa?olas. En 1941, el arque¨®logo Julio Mart¨ªnez Santa Olalla, comisario general de Excavaciones, que trab¨® amistad y se carteaba con Himmler, patrono de la Ahnenerbe, solicit¨® al reichsf¨¹hrer ?que le enviara una foto dedicada! La apasionante y pormenorizada investigaci¨®n de Francisco Gracia forma parte del libro que prepara sobre la arqueolog¨ªa espa?ola entre 1939 y 1956 y que aparecer¨¢ a final de a?o.
El arque¨®logo Santa Olalla solicit¨® a Himmler una foto dedicada
Las SS quer¨ªan excavar en Canarias restos de los arios ancestrales
Ajuares visigodos fueron llevados a la sede de la Ahnenerbe nazi
Buen amigo de Sievers, el camisa vieja Santa Olalla (Burgos, 1905-Madrid-1972), explica Gracia, es el hombre clave en la relaci¨®n con la arqueolog¨ªa nazi. Su idea de la "arianizaci¨®n de Espa?a" por los celtas y su ninguneo de los ¨ªberos era desde luego digna de la Ahnenerbe. Profesor en la Universidad de Bonn entre 1927 y 1931, german¨®filo e hijo de un general amigo de Franco, en marzo de 1939 fue nombrado comisario general de Excavaciones. A partir de ese a?o, intensific¨® los contactos con las instituciones arqueol¨®gicas de la Alemania nazi.
Francisco Gracia recalca que el terreno ya estaba abonado merced al inter¨¦s de la Ahnenerbe por Espa?a, que se centraba especialmente en el arte rupestre, los visigodos y sobre todo la cultura antigua de las Canarias, donde los nazis confiaban encontrar testimonios de una ancestral raza aria pura de la que ser¨ªan miembros los primitivos canarios. El prehistoriador de la organizaci¨®n, Hermann Wirth, que buscaba la Atl¨¢ntida, consideraba que las islas eran restos meridionales del gran continente sumergido, patria de origen de los arios. La expedici¨®n deb¨ªa realizarla en 1939 Otto Huth, otro de los investigadores de la Ahnenerbe, especialista en antiguas creencias espirituales arias, que proyectaba rastrear las viejas pr¨¢cticas religiosas de los isle?os y estaba entusiasmado con los rumores de momias guanches de trenzas rubias. Excavar¨ªan y har¨ªan mediciones craneales de los canarios. La expedici¨®n, sin embargo, qued¨® pospuesta indefinidamente a causa de la II Guerra Mundial, aunque Santa Olalla proporcion¨® mucho material documental a la Ahnenerbe.
En 1934 y 1936, una misi¨®n del Frobenius Institute estudiaba el arte rupestre del norte y noreste de la Pen¨ªnsula con un equipo en el que figuraban personajes que destacar¨ªan en la Ahnenerbe, como Franz Altheim y la atractiva Erika Trautmann (muy querida por Goering). Posteriormente, como pareja sentimental y miembros ambos de las SS, hicieron investigaci¨®n racial por Europa y Oriente Pr¨®ximo -en un ambiente digno de Indiana Jones y la ¨²ltima cruzada-, y de paso espionaje militar para la SD.
En octubre de 1940, cuando Himmler realiz¨® su c¨¦lebre visita a Espa?a, Santa Olalla fue asignado a su s¨¦quito y le acompa?¨® a El Escorial, el alc¨¢zar de Toledo, al Museo de Prado y al Arqueol¨®gico Nacional. El reichsf¨¹hrer qued¨® contento y el arque¨®logo falangista recibi¨® una invitaci¨®n personal de Himmler para desplazarse a Alemania y estudiar con los jefes de la Ahnenerbe planes de colaboraci¨®n. El comisario general de Excavaciones fue recibido en el aeropuerto de Tempelhof por el propio Sievers y el standartenf¨¹hrer (coronel de las SS), Von Uslar. Nuestro arque¨®logo concret¨® varios acuerdos en la sede de la organizaci¨®n nazi, como la realizaci¨®n de un ciclo de conferencias del propio Santa Olalla en diversas ciudades alemanas, la publicaci¨®n a cargo de la Ahnenerbe de un trabajo suyo sobre los godos en Espa?a y el intercambio de expertos para participar en diversas intervenciones arqueol¨®gicas. Los alemanes estaban encantados de haber encontrado un interlocutor como Santa Olalla y por orden del propio Himmler se empez¨® a suministrar a la comisar¨ªa general de excavaciones material t¨¦cnico imposible de encontrar en Espa?a como pel¨ªcula, placas AGFA y papel de revelado de alta calidad. Se ayud¨® a los colegas espa?oles tambi¨¦n en la fotograf¨ªa a¨¦rea de yacimientos desde el Ministerio del Aire del Reich: no en balde los alemanes conoc¨ªan bien los cielos de Espa?a. Santa Olalla tambi¨¦n acept¨® invitaciones de la Amt Rosemberg para dar conferencias en Alemania.
La primera gran colaboraci¨®n entre la Comisar¨ªa General de Excavaciones y la Ahnenerbe, explica Francisco Gracia, deb¨ªa ser la intervenci¨®n en la necr¨®polis visigoda de Castiltierra (Segovia), para la que el ministro Jos¨¦ Luis Arrese curs¨® en julio de 1941 una invitaci¨®n especial a Himmler y a Sievers, "para demostrar la camarader¨ªa de falangistas y nacionalsocialistas en el terreno cient¨ªfico, y de manera especial en el estudio de nuestros comunes problemas culturales y raciales". Iba a ser la primera gran excavaci¨®n (arqueol¨®gica: fosas se hab¨ªan cavado ya muchas) patrocinada por Falange y quer¨ªan contar con las SS. Santa Olalla se mostraba predispuesto a participar luego, en gentil intercambio, con otros miembros de Falange en la excavaci¨®n de una necr¨®polis goda en la Ucrania ocupada por el Ej¨¦rcito alem¨¢n. Francisco Gracia apunta que el espa?ol ten¨ªa inter¨¦s en sumarse al saqueo de los yacimientos prehist¨®ricos ucranios al que estaban entregados los colegas nazis. Es dif¨ªcil saber si Santa Olalla imaginaba qu¨¦ ambiente se respiraba realmente por all¨ª, donde la ciencia de las SS y los einsatztgruppen que asesinaban en masa iban de la mano. De hecho, exist¨ªa el proyecto de enviar un sonderkommando de la Ahnenerbe al C¨¢ucaso para dilucidar la judeidad de grupos ¨¦tnicos de las monta?as, con la finalidad imaginable. Por suerte para el alma de Santa Olalla (y quiz¨¢ para su cuello), los nazis no ten¨ªan mucho inter¨¦s en que fueran extranjeros por all¨ª, ni siquiera los muy amigos.
En cuanto a la participaci¨®n de las SS en la excavaci¨®n de Segovia, hab¨ªa mucho trabajo que hacer en el Este ("Encargos de car¨¢cter m¨¢s urgente en el marco de la guerra total", se?ala Sievers a Santa Olalla) y Himmler escribi¨® a Arrese agradeciendo la invitaci¨®n y prometiendo ayuda para cuando terminaran en Rusia "las operaciones militares en curso". El especialista de la Ahnenerbe que deb¨ªa trabajar en Castiltierra era nada menos que el sturmbannf¨¹hrer Herbert Jankuhn, jefe de arqueolog¨ªa de la organizaci¨®n, responsable del saqueo de los museos del sur de Rusia y enviado al C¨¢ucaso con la SS Panzer Division Viking a buscar el legendario oro de los godos. No obstante, hubo visitas de las SS al yacimiento, entre ellas la del obersturmf¨¹hrer Sch?fer, el h¨¦roe de la Ahnenerbe en el T¨ªbet. Tras las excavaciones, adem¨¢s, las piezas principales de los ajuares de Castiltierra, especialmente los bronces, fueron llevadas a Berl¨ªn, para que la Ahnenerbe se ocupara de su restauraci¨®n ante la dificultad de hacerlo en Espa?a. Luego cost¨® una barbaridad que las devolviesen. Santa Olalla, entretanto, iba cayendo en desgracia por el distanciamiento de Franco de los alemanes y por su mala relaci¨®n con el marqu¨¦s de Lozoya, director general de Bellas Artes, as¨ª como con otros arque¨®logos espa?oles. Parece que incluso se utilizaron los rumores de que era homosexual.
Los arque¨®logos espa?oles no parecen haberse involucrado directamente en nada siniestro, aunque Gracia tiene constancia de un misterioso env¨ªo en 1943 de Santa Olalla a la sede de la Ahnenerbe de restos ¨®seos humanos, de los que se desconoce su origen, para su estudio antropol¨®gico...
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