Casi 13.000 vuelos sobre el asfalto
El VIII Medio Marat¨®n de Madrid, con 12.700 dorsales inscritos, bate su r¨¦cord
"Ayer me acost¨¦ torrado". Nadie lo dir¨ªa a juzgar por las horas, nueve de la ma?ana, y el atuendo del joven: mochila, ropa deportiva y bambas. Se dirige al medio marat¨®n. Igual que ¨¦l, miles de personas desfilan por Bravo Murillo, el punto de salida de la carrera que se celebr¨® ayer en la capital. La organizaci¨®n acredit¨® 600 dorsales para la mini, de 5 kil¨®metros, y 12.100 para la media, de 21. La meta la cruzaron s¨®lo 9.862 valientes. Las cifras fueron un r¨¦cord. Entre ellos, profesionales y amateurs.
Pedro Nimo tiene el dorsal 1. A las nueve y cuarto ya ronda el lugar. Es su primer medio marat¨®n en Madrid y est¨¢ dispuesto a todo. Aunque "con quedar tercero o cuarto" se conforma. Estima que tardar¨¢ una hora y cuarto. Este gallego de 27 a?os, esbelto y con unas piernas largu¨ªsimas, es corredor profesional. ?Las claves para ganar? "Entrenar, entrenar y entrenar".
En el otro lado est¨¢n los aficionados como Elena Moro. Con el dorsal 6.622, la periodista, de 36 a?os, espera "llegar a la meta". "Vengo a disfrutar, no a ganar", dice. Si adem¨¢s la cruza en menos de dos horas, "mejor".
A las diez en punto suena el pistoletazo y la marabunta se echa a la calle. Pedro ha partido en primera fila. Elena, desde mucho m¨¢s atr¨¢s. Entre los que compiten se ve de todo: desde el cl¨¢sico pantal¨®n corto a pa?uelos de pirata en la cabeza o corredores a pecho descubierto.
Entre las dos carreras, m¨¢s de 27 kil¨®metros de la capital son testigos de los esfuerzos de los atletas. Un trayecto en el que 370 voluntarios se preocupan de hidratar a los corredores con agua y fruta. El Samur tuvo que atender a 22 personas.
Una hora y cuatro minutos despu¨¦s, ya hay campe¨®n. Pero no es Pedro, sino el keniano Eric Kibet. El gallego cruza la meta tres minutos m¨¢s tarde, en cuarto lugar. Tiene el honor de ser el primer espa?ol. Elena, el de haber cumplido sus prop¨®sitos: acabar la carrera y hacerlo en menos de dos horas.
Amateur y profesional coinciden en que "el kil¨®metro 10 ha sido el momento cr¨ªtico". "Lo peor ha sido pensar la hora que me quedaba", explica. Pedro ha superado el agotamiento con "los ¨¢nimos del p¨²blico". Unos v¨ªtores que los corredores reciben con mofletes rojos, sudor y sin aliento. Algunos, incluso, al verse pasando la meta, lloran.
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