La carrera armament¨ªstica se reanuda
El respaldo de la OTAN al escudo abre la puerta a grandes inversiones militares
"Durante los ¨²ltimos 10 a?os ha habido un gran debate sobre si hay una amenaza real de misiles bal¨ªsticos. El debate se acab¨®". Stephen J. Hadley, consejero sobre asuntos de seguridad de la Casa Blanca, retrat¨® as¨ª en la cumbre de la OTAN en Bucarest el respaldo brindado por los aliados al proyecto estadounidense de un escudo antimisiles con instalaciones en Europa. Tras a?os de fricciones, el debate se cerraba. Y, sin duda, se abr¨ªa la puerta a una cadena de reacciones de gran alcance estrat¨¦gico. Primera entre ellas, la perspectiva de un impulso a una carrera armament¨ªstica como respuesta al nuevo despliegue occidental.
El escudo es -para la OTAN- una defensa ante la amenaza de misiles bal¨ªsticos, ante el riesgo de que alg¨²n Estado irresponsable o grupo terrorista dispare sin temor a represalias. Seg¨²n la Agencia de Defensa Antimisiles de EE UU, hay actualmente una treintena de pa¨ªses con cohetes bal¨ªsticos. Pero, como se?alan muchos analistas, el escudo no es s¨®lo una defensa. Es un elemento que provocar¨¢ reacciones.
"Hist¨®ricamente, el desarrollo de un nuevo sistema por parte de una potencia ha acarreado respuestas de las otras", observa Gustav Lindstrom, analista del Centro de Pol¨ªtica de Seguridad de Ginebra. Las caracter¨ªsticas del escudo sugieren que el esquema se repetir¨¢, mediante una proliferaci¨®n de nuevas armas o una reorientaci¨®n del gasto militar.
"El escudo es un paraguas limitado. El proyecto prev¨¦ la instalaci¨®n de 10 misiles interceptores en Polonia", argumenta Lindstrom. "Incluso si funcionaran perfectamente -y hay dudas de que la tecnolog¨ªa est¨¦ ya tan avanzada- ser¨ªa suficiente tener m¨¢s de 10 misiles para eludir el sistema". ?se es el list¨®n a superar para quienes quieran amenazar a Occidente por ese flanco.
En el otro flanco, el Pac¨ªfico, EE UU ya dispone de 24 interceptores desplegados en sendas bases en California y Alaska. El objetivo estadounidense es elevar a 44 el n¨²mero: quien quiera amenazar desde el otro lado del Pac¨ªfico, tiene otra cifra de referencia.
"La proliferaci¨®n es una posible consecuencia del escudo, un riesgo. Pero yo creo m¨¢s bien que la respuesta ser¨¢ una reorientaci¨®n estrat¨¦gica del gasto militar", comenta Jean-Yves Haine, investigador del Instituto de Investigaci¨®n para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI).
"Tomemos Rusia, uno de los pa¨ªses cuya reacci¨®n es m¨¢s temible. El escudo es un paraguas insignificante frente a un arsenal como el ruso. Mosc¨² no necesitar¨ªa aumentarlo", prosigue Haine. "Otro gran actor en el escenario, China, no est¨¢ afectado directamente por las instalaciones europeas, y no creo que responda con el rearme. Creo que podr¨ªa m¨¢s bien responder al mensaje de la OTAN desarrollando un sistema defensivo parecido. El escudo cambia las reglas del juego, rompe el equilibrio basado s¨®lo en el poder inhibidor de la represalia". Los jugadores se adecuar¨¢n a las nuevas condiciones. China ha aumentado para este a?o su presupuesto militar en un 18%, y reconoce haber disparado un misil contra un sat¨¦lite en 2007, en un ensayo militar muy elocuente. EE UU contest¨® el pasado febrero al hacer pedazos otro sat¨¦lite.
Las inversiones ya son de tama?o considerable. La Administraci¨®n de Bush consagra unos 6.350 millones de euros anuales al sector de la defensa antimisiles, el triple que la Administraci¨®n de Clinton. Las instalaciones europeas (radar e interceptores) tienen un coste estimado de 2.565 millones hasta 2013, seg¨²n un estudio del Servicio de Investigaci¨®n del Congreso de EE UU.
Se trata de cifras limitadas en el enorme presupuesto del Pent¨¢gono (371.000 millones de euros para 2008: equivalente a un 40% del PIB de Espa?a). Pero es veros¨ªmil que la partida crezca, visto el impulso pol¨ªtico que ha recibido en la cumbre de Bucarest y la necesidad de afinar una tecnolog¨ªa que todav¨ªa despierta dudas.
Las fechas clave
- 1972. EE UU y Rusia firman el Tratado ABM, que limita
el despliegue de sistemas antimisiles bal¨ªsticos.
- 1983. Ronald Reagan presenta en un c¨¦lebre discurso su visi¨®n de un escudo espacial.
- 2001. La Administraci¨®n de Bush anuncia su voluntad de retirarse del Tratado ABM, para desarrollar sin v¨ªnculos el nuevo sistema.
- 2007. Rusia suspende la aplicaci¨®n del Tratado sobre Fuerzas Convencionales.
- 2008. La OTAN respalda el proyecto estadounidense de instalar en Europa del Este un radar e interceptadores para un escudo de defensa antimisiles bal¨ªsticos.
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