La prehistoria de los juguetes
Una exposici¨®n recoge el trabajo de dos lucenses que llevan nueve a?os recogiendo datos sobre los objetos y los modos de juego de los peque?os
Mu?ecas de espigas de ma¨ªz, pelotas de trapo, carrilanas de madera, escopetas elaboradas a partir del mango de una escoba, nabos convertidos en potas o barcos de lata. Estos son algunos de los juguetes con los que disfrutaron los ni?os gallegos y que estos d¨ªas se pueden ver reproducidos o en su versi¨®n original en la exposici¨®n Xoguetes para hoxe, en la facultad de Veterinaria de Lugo. La etnograf¨ªa y la antropolog¨ªa se funden en el juguete como medio de expresi¨®n cultural y costumbrista.
Recuperar los juguetes y revivir el modo de divertirse de los m¨¢s peque?os desde tiempos inmemoriales como el siglo XVI fue lo que llev¨® a 2 vecinos de Lourenz¨¢ (Lugo), Xos¨¦ L¨®pez Gonz¨¢lez y Xos¨¦ Manuel Garc¨ªa, a realizar un aut¨¦ntico trabajo investigador por toda la zona norte de la provincia de Lugo, el sur de Pontevedra e incluso el occidente de Asturias.
No falta la parte b¨¦lica, con mangos de escoba mudados en escopetas
Hace 9 a?os que comenzaron a impulsar el estudio y la reproducci¨®n de piezas y, desde entonces, han logrado reproducir unos 250 juguetes y completar dos publicaciones de t¨ªtulo Os xoguetes esquecidos. Pero el trabajo contin¨²a y ya tienen material para, seg¨²n Xos¨¦ L¨®pez, "por lo menos, otros dos vol¨²menes". L¨®pez lleva m¨¢s directamente el trabajo de campo, en tanto que Manuel, "un verdadero artista y artesano", se dedica a las reproducciones.
"Queremos demostrar c¨®mo la naturaleza que nos rodea, los ¨¢rboles, las plantas, los materiales de deshecho y todo aquello que muchas veces no valoramos, nos ofrece puertas abiertas a la posibilidad de divertirnos, dejando fluir la imaginaci¨®n en un mundo en el que priman los valores consumistas", relataron los autores del trabajo con motivo de otra reciente exposici¨®n en la Deputaci¨®n de Lugo.
Como en todos los proyectos, el principio de la recopilaci¨®n de datos no fue f¨¢cil. "Cuando le pregunt¨¢bamos a los mayores por algo en concreto siempre dec¨ªan de que eso eran trapalladas, hasta que empezaron a ver los resultados. Ahora ya nos llaman para facilitarnos informaci¨®n e incluso surge la emoci¨®n cuando los ven expuestos".
En la exposici¨®n de Veterinaria se puede contemplar, entre 150 juguetes, una carrilana original que Manolo recuper¨® en Castropol (Asturias), hecha con madera de pino y casta?o. Pero tampoco falta la parte b¨¦lica, con mangos de escoba convertidos en escopetas. Calcetines y medias se enrollan hasta hacerse una esf¨¦rica pelota de trapo o las c¨¢scaras de nuez dan vida a objetos variados.
Abunda la madera, aunque Xos¨¦ afirma que el ma¨ªz oculta "todo un mundo de posibilidades, porque es muy vers¨¢til". Sus espigas permiten elaborar mu?ecas, barcos u otros utensilios que hicieron las delicias de muchos j¨®venes de ¨¦pocas tan pret¨¦ritas como los siglos XVI, XVII o XVIII, de los que lograron recopilar documentaci¨®n. Los carretes de hilo de madera, que ya no se fabrican, tambi¨¦n constituyeron un campo de posibilidades para reproducir el cl¨¢sico yoy¨® o el no menos tradicional di¨¢bolo, que ya conoc¨ªa el mism¨ªsimo Marco Polo. Tambi¨¦n los paraguas sirvieron para emular las aventuras de Robin Hood, al transformar las partes met¨¢licas que soportan la loneta en precisos arcos con flechas.
Xos¨¦ y Manolo est¨¢n "satisfechos" de que lo que empez¨® siendo una inquietud personal se haya transformado en un tema de an¨¢lisis y estudio que ha suscitado el inter¨¦s del Museo Pedag¨®xico Galego, del que recibieron el encargo de elaborar 40 piezas para exponer permanentemente.
Xos¨¦ tiene claro que esta experiencia supone un aprendizaje continuo. Tal vez lo m¨¢s sorprendente es que est¨¢ convencido de que los ni?os, e incluso los adolescentes, de hoy en d¨ªa, tan aficionados al m¨®vil o a los videojuegos, tambi¨¦n se interesan por este tipo de juguetes. Lo pudo comprobar en los talleres que han organizado y la explicaci¨®n resulta sencilla: "Empiezas a jugar en el mismo momento en el que comienzas la elaboraci¨®n del juguete y por eso quedan alucinados".
Los dos etn¨®grafos continuar¨¢n con su trabajo, pero les har¨ªa ilusi¨®n que las piezas de las que disponen pudieran situarse en "un entorno natural" de Lourenz¨¢ y convertirse en algo "did¨¢ctico y activo" de forma permanente.
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