El 14 de abril y el patriotismo del recuerdo
Setenta y siete a?os despu¨¦s de la proclamaci¨®n de la Segunda Rep¨²blica en la tarde soleada del 14 de abril de 1931, aquel r¨¦gimen sigue siendo objeto de controversias. Es sorprendente, para empezar, que se sigan produciendo burdas desfiguraciones de lo que pas¨® en aquellos a?os, a pesar de que la historiograf¨ªa solvente ha puesto las cosas en su sitio, desmintiendo las falsificaciones prodigadas durante cuarenta a?os por la dictadura franquista. Citemos algunas de las tergiversaciones m¨¢s gruesas: que la quema de conventos de mayo de 1931 se realiz¨® con el benepl¨¢cito del Gobierno republicano; que la "Revoluci¨®n de Asturias", de octubre de 1934, fue un alzamiento contra el resultado de las elecciones de oto?o de 1933; que los comicios que dieron el triunfo al Frente Popular, en febrero de 1936, fueron trucados, o que el asesinato de Calvo-Sotelo decidi¨® a los militares a dar el golpe de Estado.
No hay patriotismo constitucional si se niega o tergiversa la historia espa?ola
Esas falsificaciones las han reavivado estos ¨²ltimos a?os algunos autores de nulo prestigio pero cuyos libros han tenido ¨¦xito de ventas. Y perviven en ciertos grup¨²sculos, como se puso de manifiesto a comienzos del pasado enero cuando un coronel del Ej¨¦rcito, comandante militar de La Coru?a y Lugo, cargos de los que fue fulminantemente destituido, firm¨® un escrito en el que, entre descalificaciones de la entonces reci¨¦n aprobada Ley de Memoria Hist¨®rica, sosten¨ªa que "la Segunda Rep¨²blica no fue otra cosa que un golpe de Estado civil". Tama?a barbaridad, y otras semejantes, han rebrotado al calor de las resistencias suscitadas por las iniciativas de la sociedad civil para rescatar de fosas comunes a familiares y amigos asesinados en la Guerra Civil y por la iniciativa del Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero que culmin¨® con la aprobaci¨®n por el Parlamento de la Ley de Memoria Hist¨®rica.
A pesar de las d¨¦cadas transcurridas desde la Segunda Rep¨²blica y la Guerra Civil, la reacci¨®n destemplada y visceral de significados sectores de la actual derecha social, pol¨ªtica y eclesi¨¢stica contra la Ley de Memoria Hist¨®rica, pone de manifiesto que la verdad de lo ocurrido en aquellos a?os cruciales de la historia de nuestro pa¨ªs no es todav¨ªa aceptada ni digerida por un sector de la sociedad espa?ola. ?ste sigue aferrado a las versiones de la propaganda franquista.
Frente a los intentos de seguir denigrando un periodo que alumbr¨® una de las mayores esperanzas colectivas vividas por el pueblo espa?ol, se impone un esfuerzo adicional para que las generaciones j¨®venes sepan lo que verdaderamente pas¨®. La Segunda Rep¨²blica fue un serio intento de modernizar y democratizar Espa?a. Recibida con alborozo por la poblaci¨®n en un ambiente de orden y fiesta, revolucion¨® la ense?anza y combati¨® eficazmente el analfabetismo, dando un in¨¦dito protagonismo a maestros y docentes; llev¨® el saber a los rincones m¨¢s escondidos de la Espa?a rural a trav¨¦s de las Misiones Pedag¨®gicas; favoreci¨® el que la vida cultural del pa¨ªs alcanzara niveles de vanguardia; hizo una ambiciosa pol¨ªtica de obras p¨²blicas; intent¨® una reforma agraria que terminara con el hambre y las flagrantes injusticias de las zonas latifundistas; llev¨® a cabo una necesaria reforma militar, e implant¨® el laicismo, tal vez de manera demasiado radical dadas las circunstancias.
Con el recuerdo de la Rep¨²blica, combatida desde sus inicios por los sectores reaccionarios del pa¨ªs y liquidada por una feroz guerra civil alentada por Hitler y Mussolini, no se trata de abrir viejas heridas, sino, al contrario, de cerrarlas, pero no en falso, y de asumir el pasado para seguir construyendo un futuro bien cimentado y acorde con el esp¨ªritu de nuestra Constituci¨®n
En 1999, durante una pol¨¦mica suscitada en Alemania por una exposici¨®n sobre Los cr¨ªmenes de la Wermacht, el entonces ministro de Exteriores Joschka Fischer afirm¨®: "Todas las democracias tienen una base, un hecho fundador, un Boden. En Francia es 1789. En Estados Unidos, la Declaraci¨®n de Independencia. En Espa?a es la guerra civil. Y en Alemania es Auschwitz. Es el recuerdo de Auschwitz, el nunca m¨¢s Auschwitz, el fundamento de la actual rep¨²blica alemana". Y prosegu¨ªa Fischer: "Es bueno hablar de patriotismo constitucional, pero hay que saber en qu¨¦ se basa la Constituci¨®n. Si Auschwitz no es el cimiento, la ra¨ªz, el radical de la Constituci¨®n, no hay Constituci¨®n que valga ni patriotismo constitucional posible. S¨®lo se puede ser patriota de la Constituci¨®n alemana si ese patriotismo es tambi¨¦n, indisolublemente, un patriotismo del recuerdo de Auschwitz".
Creo que los espa?oles debemos aplicarnos tambi¨¦n esas consideraciones de Joschka Fischer. El nunca m¨¢s a las dos Espa?as enfrentadas, el nunca m¨¢s a una guerra civil, fundamenta nuestra Constituci¨®n. Es lo que determin¨® el c¨¦lebre consenso. De ah¨ª que fomentar el patriotismo del recuerdo sea tan necesario. Y que sea oportuno hacerlo en esta fecha, el 14 de abril, que conmemora la implantaci¨®n de la Segunda Rep¨²blica.
La memoria hist¨®rica no es un entretenimiento o una ocurrencia, como lo calific¨®, con desd¨¦n, el l¨ªder conservador Mariano Rajoy en el primer debate televisivo con Rodr¨ªguez Zapatero d¨ªas antes de las elecciones del 9 de marzo. Es una necesidad ineludible conocer y recordar sin falsificaciones un pasado que, guste o no guste, sigue proyectando sus luces y sus sombras sobre el presente y sobre el porvenir.
F¨¦lix Santos, periodista, es autor del libro Marcado por la Rep¨²blica. Guerra y exilio de Francisco Carvajal.
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