El estado de la ciencia

Una de las prioridades de los Gobiernos de Espa?a y de Galicia es la investigaci¨®n, el desarrollo y la innovaci¨®n (I+D+i). La prestigiosa revista Nature a finales de febrero se preguntaba si en Espa?a se estaba en una era de plata de la investigaci¨®n debido al esfuerzo econ¨®mico realizado en los ¨²ltimos a?os. El presidente de la Xunta de Galicia, Emilio P¨¦rez Touri?o, en m¨²ltiples ocasiones ha resaltado la necesidad de dar un salto en I+D+i, convencido de que Galicia no puede competir en mano de obra barata con los pa¨ªses de Europa del Este y de Asia, y que s¨®lo poniendo valor a?adido a nuestros productos, mediante investigaci¨®n e innovaci¨®n, Galicia podr¨¢ afrontar su futuro.

Este convencimiento se est¨¢ plasmando en los Presupuestos de la Xunta, que registran aumentos considerables y con pol¨ªticas plasmadas en el plan gallego de I+D+i, as¨ª como en un aprovechamiento de las pol¨ªticas de distribuci¨®n territorial de la investigaci¨®n dise?adas por el Gobierno central, que van a permitir la implantaci¨®n de varios centros de referencia en Galicia.

Uno de los problemas de la investigaci¨®n en Galicia es el escaso peso del sector privado

Uno de los problemas de la investigaci¨®n en Galicia es el escaso peso del sector privado, que se sit¨²a por debajo del ya escaso peso espa?ol y europeo. Las universidades gallegas desde la d¨¦cada de los ochenta han hecho esfuerzos encomiables tendentes a potenciar las relaciones con empresas, pero, a pesar de esto, la implicaci¨®n empresarial es peque?a. Por eso, uno de los objetivos de cualquier pol¨ªtica sensata debe ser el aumento del sector empresarial, potenciando y facilitando todas las posibles relaciones entre centros de investigaci¨®n en el sector empresarial y priorizando las l¨ªneas de investigaci¨®n que tienen relaci¨®n directa con el sector productivo gallego.

Sin embargo, algunas veces se puede hacer el siguiente razonamiento: dado que los esfuerzos deben dirigirse a los sectores productivos, no pongamos ¨¦nfasis en la ciencia b¨¢sica, que ya ha alcanzado un nivel aceptable. Este razonamiento se contrapone con la realidad, que muestra que hist¨®ricamente no existen sociedades en las que desarrollo econ¨®mico y ciencia puedan existir aisladas, prescindiendo una de otra. Por esa raz¨®n, es conveniente preguntarse si Galicia puede ser una excepci¨®n y tener una buena ciencia a pesar de la debilidad del sector innovador empresarial.

La pregunta se debe contestar con datos contrastables y fiables, y no con apreciaciones en las que los deseos y las autocomplacencias pueden enmascarar la realidad. El Informe Thomson, realizado por un reconocido instituto bibliogr¨¢fico americano, analizaba el impacto de las publicaciones cient¨ªfico-t¨¦cnicas de la Universidad de Santiago de Compostela, medidas en el n¨²mero de veces que eran citadas en comparaci¨®n con la media mundial y con los correspondientes ¨ªndices de Espa?a y de otros pa¨ªses europeos: Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), Consejo franc¨¦s de Investigaci¨®n Cient¨ªfica (CNRS) y los institutos Max Planck de Alemania.

Los resultados del estudio no incluyen ¨¢reas de investigaci¨®n que cuentan con un n¨²mero peque?o de datos para ser significativas en el an¨¢lisis. Y tampoco incluyen las actividades de las universidades de A Coru?a y Vigo, aunque no es de esperar que tuviesen resultados mejores en muchas ¨¢reas. Los datos del informe revelan que s¨®lo un ¨¢rea est¨¢ por encima de la media mundial y otra, por encima de la espa?ola y europea.

Los datos del estudio est¨¢n referidos a 2003 y desde entonces no hay duda de que la situaci¨®n de la investigaci¨®n ha mejorado. Pero, en cualquier caso, Galicia, que aport¨® poco al progreso del conocimiento cient¨ªfico del mundo en el pasado siglo XX, no debe resignarse a que la situaci¨®n contin¨²e en el siglo XXI. Competir en el ¨¢mbito cient¨ªfico no es m¨¢s f¨¢cil que competir empresarialmente. El apoyo a la Ciencia con ideas claras es fundamental para el progreso econ¨®mico y cultural de Galicia.