Otra verdad inc¨®moda
Los trastornos mentales son la causa m¨¢s importante de discapacidad en el mundo occidental. En otras palabras, y desde un punto de vista menos estad¨ªstico y m¨¢s humano, son responsables del sufrimiento de muchas personas en nuestro entorno. Sin duda la forma m¨¢s extrema en que se manifiesta este sufrimiento son las conductas suicidas. Se calcula que detr¨¢s del 90% subyace un trastorno mental. El suicidio es una tragedia por la que mueren cada a?o un mill¨®n de personas en el mundo. Esta cifra es superior a la de muertes por conflictos b¨¦licos y actos violentos. Tambi¨¦n es mayor que las muertes por otras enfermedades como el sida o el c¨¢ncer de pulm¨®n.
Recientemente, la opini¨®n p¨²blica est¨¢ siendo consciente del drama de los accidentes de tr¨¢fico. Los intentos de suicidio y las muertes por suicidio son una realidad comparable por el n¨²mero de personas afectadas. En ambas situaciones nos queda la idea de que en un instante ha cambiado nuestra existencia y la de nuestros seres queridos de forma irreversible; nos queda la sensaci¨®n de que se pod¨ªa evitar y, por qu¨¦ no, una profunda culpa. Al igual que los accidentes de tr¨¢fico, el suicidio no discrimina por sexo, ni por edad, ni por estatus socioecon¨®mico.
En este punto hay que preguntarse qu¨¦ se puede hacer para prevenir la conducta suicida. Hay dos perspectivas: la orientada hacia el paciente y la orientada hacia la sociedad. En relaci¨®n a la primera, la Uni¨®n Europea y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud incluyen la conducta suicida entre sus prioridades de salud p¨²blica y salud mental. En los pilares de esta estrategia est¨¢ la identificaci¨®n precoz y tratamiento adecuado de los trastornos mentales evitando la estigmatizaci¨®n y discriminaci¨®n. Aunque la situaci¨®n ha mejorado mucho en los ¨²ltimos a?os, en Espa?a a¨²n existe un estigma considerable asociado a estos trastornos, y es posible que el temor a ser etiquetado como enfermo mental haga que muchas familias sean reticentes a solicitar ayuda. La investigaci¨®n es otra arma imprescindible. En este sentido, la UE ha aceptado recientemente el proyecto Save Young Life in Europe (SAYLE) para la promoci¨®n de h¨¢bitos saludables y la prevenci¨®n del suicidio, dentro del 7? programa marco. En nuestro pa¨ªs, la constituci¨®n del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red (Ciber) de Salud Mental va a facilitar los esfuerzos que ya se hacen en este campo.
Con respecto a la prevenci¨®n orientada a la sociedad, quiz¨¢s el primer paso es que ¨¦sta sea consciente de la existencia del problema. Los medios, las campa?as de sensibilizaci¨®n y los programas educativos deben abordar el tema evitando sensacionalismo, estigmatizaci¨®n y el tan temible efecto Werther o imitaci¨®n. Pero con todo el cuidado y con toda la delicadeza necesarios tenemos que ser capaces de hablar de ello, silenciarlo s¨®lo sirve para perpetuar el sufrimiento que genera.
Enrique Baca Garc¨ªa es psiquiatra de la Jim¨¦nez D¨ªaz y profesor en Columbia (Nueva York).
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