Suicidio: callar s¨ª, no ignorarlo
El Consejo de Europa pide ayuda a los medios y que sea prioridad pol¨ªtica abordar el alarmante aumento de muertes de j¨®venes y adolescentes
El ¨²ltimo caso de suicidio en cadena -18 adolescentes muertos en Gales, Reino Unido- ha reabierto el debate que viven medios e instituciones sobre un tipo de muerte que va creciendo. El Consejo de Europa aprob¨® ayer por unanimidad un documento que llama a convertirlo en "prioridad pol¨ªtica".
Cada a?o se quitan la vida 3.300 personas en Espa?a, m¨¢s que homicidios
'British Medical Journal' aconseja un control de las 'webs' prosuicidio
Los expertos piden m¨¢s medios para la prevenci¨®n entre adolescentes
El suicidio es una de las cinco primeras causas de muerte en el mundo
El ¨²ltimo caso de suicidio en cadena -18 adolescentes muertos en Gales, Reino Unido- ha reabierto el debate que viven medios e instituciones sobre un tipo de muerte que va creciendo. El Consejo de Europa aprob¨® ayer por unanimidad un documento que llama a convertirlo en "prioridad pol¨ªtica". Pide una investigaci¨®n cient¨ªfica y educaci¨®n en las escuelas y en los centros de atenci¨®n m¨¦dica para evitarlo. Propone tambi¨¦n combatir su banalizaci¨®n entre adolescentes y apela a los medios de comunicaci¨®n a colaborar para prevenir. Con especial atenci¨®n a Internet.
"El suicidio de los adolescentes es un tema tab¨² pero no por eso hay que olvidarlo. Es fundamental que la sociedad se d¨¦ cuenta del problema y que sepa escuchar y entender. S¨®lo as¨ª podremos ayudar a los j¨®venes y a los ni?os para que no tomen esa decisi¨®n", asegura Bernard Marquet, autor del informe del Consejo de Europa; es un grave problema de "salud p¨²blica". Para ¨¦l, la labor de los adolescentes contando su experiencia o sus valores en la vida pueden servir para otros.
Seg¨²n los estudios de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), al a?o muere de esta forma m¨¢s de un mill¨®n de personas, situ¨¢ndose entre las cinco primeras causas de mortalidad. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) acaba de cambiar su forma de cuantificar estas muertes, despu¨¦s de comprobar que le bailaban las cifras, dependiendo de si las extra¨ªa de partes m¨¦dicos o de informes judiciales. A partir de este a?o desaparece la Estad¨ªstica de Suicidios como tal, y los datos de la inspecci¨®n m¨¦dica forense se integrar¨¢n en las tablas de Defunci¨®n por Causa de Muerte.
"Hemos comentado muchas veces en el INE que se pone el acento en temas como la violencia de g¨¦nero, con la enorme importancia que tiene, o en los accidentes de tr¨¢fico, y en cambio los suicidios parece que no existen, porque no son noticia. Pero s¨ª. Suman casi diez personas cada d¨ªa, unos 3.300 suicidios al a?o", destaca Antonio Arg¨¹eso, subdirector general de estad¨ªsticas y an¨¢lisis sociales del INE. Los homicidios son 500 al a?o.
A pesar de que la OMS ha advertido del preocupante crecimiento de suicidios (un 60% en los ¨²ltimos 45 a?os), existe un acuerdo t¨¢cito para no difundir los datos alarmantes y limitar las informaciones de conductas autodestructivas como forma de evitar un supuesto efecto contagio. Este peri¨®dico, por ejemplo, defiende y practica esta filosof¨ªa recogida en los Principios de su Libro de Estilo: "El periodista deber¨¢ ser especialmente prudente con las informaciones relativas a suicidios. En primer lugar, porque no siempre la apariencia coincide con la realidad, y tambi¨¦n porque la psicolog¨ªa ha comprobado que estas noticias incitan a quitarse la vida a personas que ya eran propensas al suicidio y que sienten en ese momento un est¨ªmulo de imitaci¨®n. Los suicidios deber¨¢n publicarse solamente cuando se trate de personas de relevancia o supongan un hecho social de inter¨¦s general".
?Es cierto que hablar del suicidio provoca m¨¢s muertes? Desde la famosa historia del joven Werther escrita por Goethe en el siglo XIX y prohibida en algunos pa¨ªses de Europa hasta los adolescentes que siguen el ejemplo de famosos autodestructivos, lo cierto es que soci¨®logos y psiquiatras no se ponen de acuerdo hoy sobre la influencia real de la prensa en este tipo de conductas ni en el car¨¢cter epid¨¦mico de las mismas.
"Los medios de comunicaci¨®n tienen un claro efecto sobre los suicidas potenciales. Cuando una persona que se identifica con una situaci¨®n escucha una noticia que la confirma, se pone en marcha un mecanismo de deseo mim¨¦tico. Los medios crean un conjunto de representaciones de la vida, muestran las pocas oportunidades de ¨¦xito y eso, unido a un desequilibrio emocional previo, provoca problemas mayores", dice el experto en Psicolog¨ªa Social de la Universidad de Navarra, Fernando M¨²gica. Un trabajo de la Universidad de Oxford sobre 90 estudios en todo el mundo acerca del impacto de los medios en el aumento de suicidios revela que ese aumento s¨®lo se dio en la mitad de los casos, pero en ninguno se produjo una reducci¨®n de la tasa normal de suicidios.
El jefe de Psiquiatr¨ªa de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, Jos¨¦ Luiz Gonz¨¢lez de Rivera, autor de los libros Dependencias afectivas y Crisis emocionales, se muestra m¨¢s esc¨¦ptico sobre esa supuesta influencia negativa de la prensa: "En Estados Unidos se hicieron estudios en los a?os sesenta del siglo pasado, donde se intentaba demostrar que la publicaci¨®n de noticias sobre suicidios en un determinado peri¨®dico provocaba un aumento de las muertes en la siguiente semana, en el radio de cobertura de ese medio".
Su teor¨ªa es que algunos fen¨®menos violentos, como las muertes autoinfligidas o los cr¨ªmenes masivos en institutos, tienden a concentrarse en poco tiempo, sin causa aparente. Es lo que ha sucedido en el ¨²ltimo a?o en un peque?o pueblo de Gales, Bridgend, donde fallecieron consecutivamente 18 j¨®venes de edades similares. El ¨²ltimo, el pasado d¨ªa 9. ?Pacto suicida entre adolescentes, contagio, o b¨²squeda de notoriedad? En este caso, no se sospecha s¨®lo de las informaciones aparecidas en la prensa, sino de las redes sociales virtuales donde todav¨ªa hoy los internautas siguen publicando mensajes de condolencia por una de las ¨²ltimas fallecidas, y donde otra de las suicidas escrib¨ªa recientemente sus pensamientos negativos. Los padres de uno de los j¨®venes malogrados, Nathaniel Pritchard, de 15 a?os, pidieron a los medios que dejaran de sobreinformar con todo detalle sobre el tema porque podr¨ªan servir como detonante para adolescentes que ya estuvieran plante¨¢ndose terminar con su vida.
A ra¨ªz de estas muertes, investigadores de la Universidad de Bristol en colaboraci¨®n con centros de prevenci¨®n del suicidio acaban de publicar el estudio Suicidio e Internet en la revista British Medical Journal, despu¨¦s de rastrear casi 500 webs donde se comentan, proponen e incluso explican formas de matarse. Su conclusi¨®n es que resulta muy f¨¢cil encontrar informaci¨®n pr¨¢ctica en Internet para terminar con la vida (90 p¨¢ginas sobre el tema, 43 con consejos pr¨¢cticos) no s¨®lo en webs especializadas, chats y grupos de correo, sino en sitios aparentemente inofensivos como Wikipedia. Los cient¨ªficos advierten de que ser¨ªa conveniente un sistema de control de Internet -como en Australia, donde es ilegal promover el suicidio, o Jap¨®n y Corea, donde directamente se cierran esas p¨¢ginas-, pero sin olvidar la libertad de expresi¨®n y el derecho a la intimidad.
Para los psiquiatras no hay nada peor que la especulaci¨®n de los medios sobre las posibles causas del suicidio o sus relaciones. Ni siquiera los expertos pueden determinar la cantidad de factores psicol¨®gicos, sociales, econ¨®micos, biol¨®gicos e incluso ambientales que influyen en una muerte as¨ª. Aunque parezca evidente, insisten en el peligro de describirlos como "actos rom¨¢nticos" y ofrecer minuciosos detalles sobre el m¨¦todo empleado para morir, como la cantidad de gramos de un determinado medicamento o incluso el nombre del mismo.
Sin embargo, omitir estos sucesos en la prensa como si nunca hubieran existido tampoco es la soluci¨®n, seg¨²n otros expertos. "Esta informaci¨®n debe darse para que la sociedad sepa c¨®mo afrontarlo, no podemos cerrar los ojos porque carecemos de soluciones o tenemos recursos insuficientes. Todo el que se suicida ha pensado antes en hacerlo, as¨ª que ser¨ªa importante difundir m¨¦todos de prevenci¨®n. Las familias, los amigos, los compa?eros del colegio o el trabajo deber¨ªan identificar las primeras se?ales de que algo no va bien, para evitar el conflicto a tiempo", se?ala el profesor de Psiquiatr¨ªa de la Universidad de Nueva York, Luis Rojas Marcos.
No todo el mundo que se siente triste en alg¨²n momento de su vida tiene ideas autodestructivas. Pero indicadores como cambios bruscos en el estado de ¨¢nimo, disminuci¨®n del apetito, apat¨ªa o ataques de ansiedad deber¨ªan ser atendidos. "Eso de pensar que por preguntarle a un chico si tiene ideas suicidas se le est¨¢ dando ideas es un error. Los psiquiatras lo hacemos como forma de evaluar el riesgo potencial. Les preguntamos a qu¨¦ se refieren con que 'la vida no merece la pena', o que 'est¨¢n cansados de vivir', y trabajamos para mostrarles que siempre hay soluci¨®n", a?ade Rojas Marcos.
Seg¨²n los datos que maneja Naciones Unidas, una caracter¨ªstica preocupante de la sociedad actual es el progresivo aumento de suicidios entre j¨®venes de 15 a 24 a?os, convirti¨¦ndose en la tercera causa de muerte en esta franja de edad. A pesar de los escalofriantes n¨²meros a nivel mundial, en Espa?a se observa un mantenimiento en las cifras absolutas y cierto descenso entre los j¨®venes. En 1996 hubo 3.320 suicidios, y de ellos 119 se debieron a personas de menos de 20 a?os (el 3,55% del total), mientras que en 2006, los suicidios totales son casi los mismos, 3.234, pero s¨®lo 55 se deben a adolescentes (el 1,7% del total). Todav¨ªa contin¨²a la enorme diferencia entre muertes consumadas entre varones (2.504 en total en 2006) y mujeres (730 en el mismo a?o), aunque ellas presentan m¨¢s intentos y autolesiones.
La Fundaci¨®n ANAR (Ayuda a Ni?os y Adolescentes en Riesgo), sin embargo, se?ala el peligro que el bullying -acoso escolar- puede tener a medio y largo plazo entre los menores. En el tel¨¦fono de la Fundaci¨®n, un equipo de profesionales est¨¢ disponible de forma confidencial y gratuita las 24 horas del d¨ªa para cualquiera que necesite ser escuchado, sea cu¨¢l sea el problema.
"En los ¨²ltimos a?os hemos visto que a trav¨¦s de la L¨ªnea del Menor est¨¢n aumentado las consultas referidas a violencia escolar. Y tambi¨¦n nos llaman los padres preocupados por ese tema. El bullying provoca inseguridad, baja autoestima, sentimiento de rechazo, soledad, depresi¨®n y los ni?os pueden llegar a somatizarlo, desembocando en ansiedad y trastornos psicol¨®gicos. Pero el acoso no es el ¨²nico motivo de depresi¨®n, otros llaman porque sufren abusos, maltrato familiar, embarazos no deseados, problemas de trastornos alimenticios...", describe Benjam¨ªn Ballesteros.
Tambi¨¦n el Tel¨¦fono de la Esperanza (www.telefonodelaesperanza.org) se ha encontrado con casos de llamadas desesperadas que precisamente por su confidencialidad no han podido evitar a tiempo la tragedia. "S¨®lo sucede de vez en cuando y son casos extremos, cuando la persona ya ha decidido matarse y s¨®lo llama porque no quiere morir sola. Es muy duro, pero aqu¨ª no podemos hacer nada porque la confidencialidad nos impide localizar la llamada, as¨ª que tampoco podemos mandar a la polic¨ªa o a una ambulancia. S¨®lo les hablamos y escuchamos, mientras se nota c¨®mo la voz va embot¨¢ndose por la sobredosis de pastillas, por ejemplo, hasta que deja de hablar", comenta Fernando Alberca, trabajador del Tel¨¦fono.
Desde el a?o 2000 han recibido 237.412 llamadas, de las cuales un 5,5% fueron realizadas por personas que ten¨ªan ideas autol¨ªticas o un suicidio en curso. Sin embargo, la gran mayor¨ªa de las consultas encuentran el apoyo suficiente para salir de la crisis e incluso disponen de servicios complementarios que se ofrecen en las sedes de esta ONG.
Contactos de inter¨¦s: Tel¨¦fono de la Esperanza: http://www.telefonodelaesperanza.org/. Fundaci¨®n ANAR: 900 20 20 10 (Atenci¨®n gratuita 24 horas). Plan de Prevenci¨®n del Suicidio (Eixample Dreta, Barcelona): www.suicidioprevencion.com. Con informaci¨®n de Walter Oppenheimer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.