"Mayo del 68 sigue siendo un 'electroshock"
En mayo de 1968 Edgar Morin (Par¨ªs, 1921) se hab¨ªa comprometido a sustituir a un profesor y a dar unas clases en la Universidad de Nanterre, entonces un lugar inh¨®spito de la periferia parisiense, en medio de un paisaje industrial y vecina de un poblado de chabolas. Poco pod¨ªa imaginarse, cuando lleg¨®, que ya hab¨ªa saltado la chispa. "Cuando llegu¨¦ hab¨ªa un caos absoluto; los coches de polic¨ªa hac¨ªan sonar las sirenas y un joven pelirrojo gesticulaba sobre las tarimas: era Daniel Cohn-Bendit", explica. Morin se dispuso a dar su clase. "Era un anfiteatro que no ten¨ªa ventanas", recuerda, "y unos cuantos estudiantes se acercaron a m¨ª gritando: '?Huelga, huelga!'. Les dije que si quer¨ªan hacer huelga ten¨ªan que someterlo a votaci¨®n. Se vot¨® y la mayor¨ªa opt¨® por dar la clase, as¨ª que empec¨¦. Entonces unos cuantos alumnos se pusieron a gritar: '?Morin, flic (polic¨ªa)!', cortaron la electricidad, el micr¨®fono y la luz. Y no pude dar la clase".
"Hubo una cierta liberalizaci¨®n de las costumbres y ¨¦ste es uno de los aspectos m¨¢s interesantes del 68"
"Los comunistas nunca estuvieron presentes en el 68. Fue el principio del declive de la influencia comunista"
PREGUNTA. ?No se lo esperaba? ?Qu¨¦ estaba pasando?
RESPUESTA. Creo que fue en febrero o en marzo de aquel a?o cuando di una conferencia en Italia, en Mil¨¢n, sobre la internacionalidad de las revueltas estudiantiles, porque el Mayo del 68 franc¨¦s no fue la primera, sino todo lo contrario, fue m¨¢s bien la culminaci¨®n. La cuesti¨®n era la siguiente: ?c¨®mo es que en toda una serie de pa¨ªses con sistemas sociales y reg¨ªmenes pol¨ªticos completamente diferentes se estaban produciendo revueltas de estudiantes al mismo tiempo? Las hab¨ªa en el mundo occidental, pero tambi¨¦n en Egipto, en Polonia, en Checoslovaquia... Por supuesto, el denominador com¨²n era una revuelta contra la autoridad que ten¨ªa caracter¨ªsticas diferentes. En Europa del Este era contra la dictadura del partido; en los pa¨ªses occidentales era, a la vez, la de la familia, es decir, la autoridad paternal, la de los catedr¨¢ticos de la Universidad y la del Estado.
P. ?Y la represi¨®n sexual?
R. Se puede decir que fue un elemento desencadenante de Mayo del 68, ya que en Nanterre la chispa parti¨® de la prohibici¨®n de que los chicos entraran en los dormitorios de las chicas. Pero hay que decir que no hubo reivindicaciones sexuales. Las grandes reivindicaciones relacionadas con el sexo, el movimiento de liberaci¨®n de la mujer o el movimiento de autonomizaci¨®n de los homosexuales, aparecieron despu¨¦s de Mayo del 68, como consecuencia. El Mayo del 68 franc¨¦s tiene su origen en el movimiento del 20 de marzo en Nanterre, que era un movimiento de ra¨ªces libertarias. Hay que ponerlo en relaci¨®n con lo que pasaba en California desde hac¨ªa algunos a?os, donde la juventud del pa¨ªs m¨¢s rico del mundo, los hijos de familias extremadamente pr¨®speras abandonaban la casa paterna para llevar una vida comunitaria, pero con una aspiraci¨®n a la vez a lo comunitario y a la libertad. En fin, dos aspiraciones que parecen antag¨®nicas pero que eran vividas conjuntamente. En aquellos a?os yo ya hab¨ªa estudiado los fen¨®menos relacionados con la adolescencia, y descubierto que los j¨®venes, a trav¨¦s del rock, a trav¨¦s de toda una serie de cosas, manifestaban una voluntad de autonom¨ªa en la sociedad a trav¨¦s de una cultura propia. Con esta revuelta, la adolescencia, que se encuentra entre la burbuja de la infancia y la integraci¨®n, v¨¦ase la domesticaci¨®n en el mundo adulto, expresaba una aspiraci¨®n profunda en evidente contradicci¨®n con el proceso de integraci¨®n en la sociedad que se les propon¨ªa, consistente en la especializaci¨®n, el oficio, la cronometr¨ªa, etc¨¦tera.
P. ?C¨®mo se vivi¨® esta dial¨¦ctica entre lo libertario y lo comunitarista?
R. Hay una aspiraci¨®n que de hecho recorre toda la historia humana, que se ha expresado en la idea tanto libertaria como comunista o socialista. Las primeras semanas de Mayo del 68 son de car¨¢cter verdaderamente espont¨¢neo, porque la ocupaci¨®n de Censier, de Nanterre y finalmente de La Sorbona, fue una explosi¨®n a la vez estudiosa y exaltada, que ten¨ªa un componente muy, muy po¨¦tico. Pero hay que decir que progresivamente los peque?os grupos pol¨ªticos trotskistas, mao¨ªstas y otros, no solamente quisieron adue?arse del movimiento, sino que lo parasitaron.
P. En una entrevista de 1976, en el Magazine Litt¨¦raire, usted utiliza la expresi¨®n: "Los insectos necr¨®fagos han devorado el cad¨¢ver".
R. Si, de hecho, les dec¨ªan a los estudiantes: seremos nosotros los que realizaremos vuestras aspiraciones por medio de la revoluci¨®n proletaria. Lo parasitaban y pensaban responder a estas aspiraciones por medio del comunismo. En mi opini¨®n, el Mayo del 68 en Francia tuvo dos fases: un primer momento de espontaneidad, un impulso, que toda la poblaci¨®n parisiense vio con simpat¨ªa. Hay que decir, tambi¨¦n, que la total inhibici¨®n del poder del Estado liber¨® a mucha gente de sus enfermedades psicosom¨¢ticas, de sus neurosis. Los gabinetes de los psicoanalistas y los psiquiatras se vaciaron. Pero luego, cuando empez¨® a faltar la gasolina y llegaron los problemas de abastecimiento, apareci¨® la angustia entre la poblaci¨®n y r¨¢pidamente la gente le volvi¨® la espalda al movimiento estudiantil.
P. ?Qu¨¦ efectos inmediatos tuvo Mayo del 68?
R. Despu¨¦s de Mayo, los grup¨²sculos, especialmente los mao¨ªstas, creyeron que se trataba del ensayo general de la revoluci¨®n. El movimiento tuvo varios efectos inmediatos; por un lado, un relanzamiento del marxismo como la explicaci¨®n general de todo; por otro, un cierto movimiento de gente joven que se marchaba al campo para cambiar radicalmente de vida. Pero este segundo movimiento se disolvi¨® r¨¢pidamente porque en 1973 estall¨® una crisis econ¨®mica. Hasta aquel momento los j¨®venes pod¨ªan marcharse pero sab¨ªan que si volv¨ªan encontrar¨ªan de nuevo un trabajo. A partir de 1973 ya no fue as¨ª.
El otro aspecto, a mi parecer, es que la civilizaci¨®n occidental o burguesa estaba muy segura de s¨ª misma hasta 1968. La tesis sociol¨®gico-hist¨®rica era que la sociedad industrial desarrollada iba a disminuir al m¨¢ximo las desigualdades, resolver el problema de la pobreza y consiguientemente generalizar la buena vida. Era la menos mala o la mejor sociedad posible. Evidentemente, en la Europa del Este se dec¨ªa que era el sistema comunista el que iba a crear el futuro m¨¢s radiante. Hab¨ªa dos visiones radiantes del mundo, aunque en lo que concierne al Este muy poca gente cre¨ªa ya en ello. Pero en Occidente tambi¨¦n empez¨® a ser evidente que all¨ª donde reinaba el bienestar, tambi¨¦n hab¨ªa una insatisfacci¨®n profunda. Yo lo hab¨ªa comprobado en California. Me marc¨® mucho la pel¨ªcula No down payment (M¨¢s fuerte que la vida, 1957), de Martin Ritt, que mostraba la profunda infelicidad generada por la prosperidad econ¨®mica.
P. ?Mayo del 68 marca el fin del sue?o de la felicidad?
R. S¨ª. El mundo maravilloso de las estrellas de Hollywood, que deb¨ªan ser felices, tampoco era tal, como pudimos ver despu¨¦s del suicidio de Marilyn Monroe y otros. La mitolog¨ªa de la felicidad de esta sociedad se hund¨ªa. Hice una encuesta sobre la evoluci¨®n de la prensa femenina despu¨¦s del 68 y descubr¨ª que las mismas revistas que hasta entonces les dec¨ªan a las mujeres que siendo bellas y cocinando bien pod¨ªan ser felices y conservar a sus mariditos cambiaron el mensaje para recordarles que envejec¨ªan, que sus hijos se marchaban de casa y sus maridos las enga?aban. Resistid, era el mensaje. Era evidente que no se pod¨ªa vender felicidad. Mi tesis es que los adolescentes, en tanto que la malla m¨¢s d¨¦bil de la sociedad a¨²n no integrada, sienten de forma m¨¢s intensa las tragedias y las carencias de la sociedad. Mayo del 68 fue una revuelta que iba m¨¢s all¨¢ de la simple protesta. Malraux la llam¨®, acertadamente, crisis de civilizaci¨®n.
P. ?Hay un antes y un despu¨¦s del 68?
R. Creo que despu¨¦s del 68 el prestigio del modelo de la sociedad industrial desarrollada baja, y a¨²n m¨¢s en cuanto que, por primera vez, aparece una crisis que pone en duda su viabilidad, la crisis del petr¨®leo de 1973 que supone que el desempleo se instale de forma permanente en nuestras sociedades. Por no hablar de las contaminaciones de todo tipo, el estr¨¦s de las grandes ciudades, la presi¨®n de la productividad, de la cronometrizaci¨®n y el deterioro de las condiciones de trabajo.
P. ?Y los cambios en las costumbres y en la moral social?
R. ?Qu¨¦ es lo que cambi¨® en las costumbres? Las relaciones en el interior de las familias. Hubo una evoluci¨®n, a trav¨¦s del movimiento feminista, que estaba en vanguardia. No es por azar que, poco despu¨¦s, incluso bajo un Gobierno de derechas, Simone Veil consiguiera sacar adelante la ley sobre la interrupci¨®n del embarazo, una ley cl¨¢sica de la reivindicaci¨®n feminista. Hubo tambi¨¦n la aceptaci¨®n de la diversidad, de las diferentes minor¨ªas, sexuales, por ejemplo. Es cierto que hubo una cierta liberalizaci¨®n de las costumbres y ¨¦ste es uno de los aspectos m¨¢s interesantes de Mayo del 68. Por esta raz¨®n le llamamos la brecha, como una v¨ªa de agua en la l¨ªnea de flotaci¨®n del gran nav¨ªo. Yo dir¨ªa, adem¨¢s, que era lo que se?alaba la v¨ªa de las revoluciones futuras, porque no pens¨¦ en ning¨²n momento que ni los trotskistas ni los mao¨ªstas podr¨ªan tomar las riendas; al contrario, los ten¨ªa por regresivos.
P. ?Qu¨¦ lectura pol¨ªtica hace ahora?
R. Desde un punto de vista pol¨ªtico, se produjo un fen¨®meno muy interesante; pese a que los grup¨²sculos presentes eran marxistas, hubo una disminuci¨®n de la influencia del partido comunista sobre la poblaci¨®n y especialmente sobre los j¨®venes. Los comunistas nunca estuvieron presentes en el movimiento del 68 e incluso lo condenaron. El propio George Marchais
[secretario general del PCF] conden¨® expl¨ªcitamente a Cohn-Bendit, del que dijo que era "un jud¨ªo alem¨¢n". Condenaron el aspecto libertario y tambi¨¦n, por supuesto, el hecho de que se declararan trotskistas y mao¨ªstas. Fue el principio del declive de la influencia comunista.
P. Desde el presente, ?cu¨¢l fue el impacto de Mayo del 68?
R. Mayo del 68 debe ser relativizado hasta cierto punto, pero sigue siendo un electroshock. De entrada, porque fue una sorpresa gigantesca, y adem¨¢s porque convirti¨® a Francia en el ¨²nico pa¨ªs en el que un movimiento estudiantil pudo desencadenar una gigantesca huelga obrera. Ciertamente, hubo un gran malentendido. En realidad, el movimiento estudiantil estaba apropi¨¢ndose del papel revolucionario que se le atribu¨ªa a la clase obrera, pero fue la clase obrera la que se aprovech¨® de la situaci¨®n para conseguir una serie de importantes aumentos de salario y derechos sindicales.
P. Y despu¨¦s la derecha gan¨® las elecciones.
R. Voila. La saturaci¨®n de Mayo del 68, el miedo
P. ?Qu¨¦ queda de Mayo del 68?
R. Para empezar, el acontecimiento fue totalmente olvidado, escondido, por varias generaciones. Es ahora, con esta enorme conmemoraci¨®n medi¨¢tica, cuando la historia resurge. No s¨¦ lo que piensa la juventud de lo que pas¨® entonces, pero hay un fen¨®meno franc¨¦s muy particular que los pol¨ªticos no acaban de entender. La juventud pasa de fases estudiosas, aparentemente despolitizadas, en las que se dir¨ªa que se ocupan exclusivamente de s¨ª mismos, de sus estudios, a despertar bruscamente con una explosi¨®n, a menudo provocada por un proyecto de reformas, de hecho, de minirreformas secundarias y est¨²pidas, que sirve de detonador a una revuelta estudiantil. Lo que es interesante es que una vez que ha comenzado la revuelta proporciona un placer maravilloso a sus protagonistas, porque les permite desafiar a la autoridad, a la polic¨ªa. Entonces las autoridades les hacen caso, les reciben en los palacios, y cuando el ministro cede y les dice: de acuerdo, vamos a satisfacer vuestras reivindicaciones, entonces contestan: no, no. Queremos m¨¢s. Y toman la calle y desaf¨ªan al mundo adulto y se emborrachan de felicidad. Luego la revuelta se descompone porque, por un lado, un cierto n¨²mero de elementos activistas intentan controlar el movimiento y se pelean entre ellos, y el tiempo pasa y el movimiento se deshace. Pero lo importante es que cada uno de estos episodios consigue que los j¨®venes se politicen, entren en la polis, en la sociedad pol¨ªtica, en el juego de la cosa p¨²blica. Un proceso muy saludable para la sociedad francesa.
P. El presidente Nicolas Sarkozy quiere acabar con la herencia de Mayo del 68 pero se apropia de tesis como la que usted enunci¨® sobre la pol¨ªtica de civilizaci¨®n.
R. No, en realidad s¨®lo se apropi¨® del t¨¦rmino. S¨®lo dijo aquello de que hay que cambiar la hegemon¨ªa de lo cuantitativo por la de lo cualitativo. Pero no ha abandonado la idea de que hay que mantener el crecimiento econ¨®mico por encima de todo, con lo que se aleja mucho de mis tesis. Por otra parte, hay una crisis de esta idea universalista en favor de los particularismos. Yo soy uno de los ¨²ltimos dinosaurios, en este sentido. -
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