La cuadratura de la monta?a

Adem¨¢s de un imperio inmobiliario (Nozar) y de una reconocida bodega (Enate), la familia Nozaleda posee en el Pirineo aragon¨¦s un macrocomplejo tur¨ªstico enormemente significativo en la larga historia del termalismo. Alfonso XIII, Ortega y Gasset, Ram¨®n y Cajal, C¨¢novas y el pintor Rosales fueron hu¨¦spedes ilustres del antiguo balneario de Panticosa, cuyo emplazamiento al fondo de un circo de monta?as les aseguraba soledad, aire puro y aguas salut¨ªferas de caracter¨ªsticas oligomet¨¢licas.

Su reconstrucci¨®n ha sido confiada a dos figuras de la arquitectura mundial: ?lvaro Siza, a punto de concluir el hotel para deportistas del Centro de Alto Rendimiento, y Rafael Moneo, que inaugur¨® hace un par de a?os el cl¨¢sico Gran Hotel y firma ahora el nuevo hotel Continental, formado por dos edificios independientes conectados a trav¨¦s de una pasarela de vidrio con vistas al bosque circundante.

Remata el complejo un edificio encargado a la hija del Pritzker espa?ol, Bel¨¦n Moneo, capaz de sorprender por su ambivalencia en el tratamiento colorista de la fachada y la po¨¦tica austeridad interior del hormig¨®n, precursora de un nuevo lenguaje arquitect¨®nico para el turismo balneario en Espa?a.

Pero volvamos a la entrada del hotel Continental, diagrama preciso de inspiraci¨®n n¨®rdica en madera de cedro y cristal, pese a no ser el mejor trabajo de un Moneo que ya dio el do de pecho en el Grand Hyatt berlin¨¦s. Aqu¨ª, la doble caja de cuadrantes habilita un acceso porticado que confunde al reci¨¦n llegado. Algo en el aire flota fuera de escala. En el interior, el flujo del vest¨ªbulo conduce a un fondo acristalado sin salida. El acceso al spa, igualmente alambicado, franquea sin l¨®gica el restaurante, sensual en el tamiz lum¨ªnico que provee su lucernario, pero trabado en la disposici¨®n de las mesas y las sillas, m¨¢s propias de una sala de banquetes que de un comedor gastron¨®mico.

Al menos, la secuencia de pavimentos en la distribuci¨®n de las habitaciones crea una atm¨®sfera serena y confortable. Otra se?a del mejor Moneo es la cuadratura transversal de los corredores, aunque esto hurte espacio a las alcobas, y m¨¢s a¨²n a los cuartos de ba?o, con una ba?era resbaladiza y un mando de ducha poco generoso, de temperatura oscilante.

Pese a estos inconvenientes, la estancia augura una experiencia para los sentidos si se programa un circuito balneario asistido por el equipo humano de Blanca Galindo, la directora del hotel, cuerpo y alma de la tradicional hospitalidad aragonesa.