Emery desnuda al Sevilla
El Almer¨ªa exhibe su juego de conjunto con una goleada ante los de Jim¨¦nez
Sali¨® el Sevilla como sol¨ªa. O no. Llov¨ªa como si no lo hubiera hecho nunca y los anfitriones arrancaron con cinco oportunidades de gol en apenas un cuarto de hora. Todos ellos remates de cabeza, en su gran mayor¨ªa creados por Capel. Luis Fabiano, Keita, y Kanout¨¦, que desperdiciaron los afilados pases de Capel y otros de Alves a saque de falta o como consecuencia de los mismos. Nadie preve¨ªa entonces que el Sevilla acabar¨ªa desperdiciando la oportunidad de acercarse a los puestos de Liga de Campeones que le brindaba la victoria del Betis en el Calder¨®n.
El Almer¨ªa sobrevivi¨® a la estampida inicial sevillista e incluso le dio tiempo de mostrar lo que se curra los partidos su entrenador, Unai Emery. A los cinco minutos, Juanma Ortiz no lleg¨® por poco a uno de los centros diagonales al ¨¢rea prescritos por Emery y, otros tantos minutos despu¨¦s, el mismo jugador estrell¨® en la cruceta de la porter¨ªa de Palop su cabezazo en el primer palo de un saque desde la esquina. Hasta que uno de esos balones dise?ados al ¨¢rea sevillista que hab¨ªa dibujado Emery en su pizarra acab¨® en la red. Un golazo de cabeza. Lo imprevisto fue que el rematador fuera Alves. Y hasta dej¨® de llover.
SEVILLA 1 - ALMER?A 1
Sevilla: Palop; Alves, Mosquera (Kon¨¦, m. 57), David Prieto, Adriano; Navas, Poulsen (Renato, m. 46), Keita, Capel 8Duda, m. 66); Kanout¨¦ y Luis Fabiano. No utilizados: De Sanctis; Crespo, Fazio y De Mul.
Almer¨ªa: Diego Alves; Bruno, Carlos Garc¨ªa, Pulido, Cisma; Soriano (Iriney, m. 66), Melo; Corona (Jos¨¦ Ortiz, m. 71), Juanma Ortiz, Man¨¦ (Uche, m. 76); y Negredo. No utilizados:Alcalde; Acasiete y Guilherme.
Goles: 0-1. M. 23. Alves, de cabeza en propia meta. 0-2. M. 47. Negredo. 0-3. M. 61. Juanma Ortiz. 0-4. M. 65. Negredo. 1-4. M. 72. Kanout¨¦.
?rbitro: Clos G¨®mez. Expuls¨® a Adriano (m. 64), con roja directa. Amonest¨® a Soriano, Poulsen, Juanma Ortiz, Alves, Pulido, Keita
Unos 25.000 espectadores en el S¨¢nchez Pizju¨¢n.
Ese gol cambi¨® el partido radicalmente, tanto lo que se preve¨ªa que pod¨ªa suceder como lo que ya se hab¨ªa presenciado. La salida sevillista dej¨® de parecer tan arrolladora y el hecho de que sus oportunidades fueran remates de cabeza se empez¨® a interpretar como fruto del buen trabajo de presi¨®n y concepci¨®n del espacio del cuadro de Almer¨ªa. En sus peores momentos, los de Emery consiguieron impedir que los sevillistas trenzaran su juego. Lo ¨²nico con lo que no hab¨ªan podido hab¨ªa sido con Capel, al que Bruno pate¨®, zarande¨® y abronc¨® sin descanso. Otro logr¨® t¨¢ctico de los visitantes fue que a Alves se le saliera la cadena. El gol era algo impepinable. Y l¨®gico.
A partir del gol, el Almer¨ªa aprovech¨® la tregua que dio el chaparr¨®n para desplegar un f¨²tbol din¨¢mico, trabajado, generoso. Algo que el Sevilla de la actualidad no puede contener. De hecho, antes del descanso, el Almer¨ªa fall¨® un penalti y vio como el ¨¢rbitro le anulaba un gol en una jugada de estrategia. Se pit¨® fuera de juego, pero la jugada la hac¨ªa legal Mosquera, que romp¨ªa -para mal, obviamente- la l¨ªnea de la defensa. El fichaje del colombiano ha supuesto una de las mayores crisis del Sevilla en este agitado curso. El entrenador ha llegado a variar su manera de defender para intentar minimizar sus habituales pifias y la directiva ha defendido por todos los medios, de los chabacanos a los matoniles, su pertinencia y acierto hasta el punto de acercar al cisma a la afici¨®n. Esta situaci¨®n inexplicable quiz¨¢ sea una de las explicaciones de la delirante actualidad de este equipo ayer campe¨®n y hoy pelele martirizado ayer por el Almer¨ªa que le meti¨® otro par de goles y encaj¨® otro, casi por misericordia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.