El r¨¦gimen
Tiene motivos Javier Arenas para reaccionar contra Esperanza Aguirre. El desaf¨ªo que ha planteado la presidenta de la comunidad de Madrid ha puesto en peligro el principal patrimonio que tiene el PP como es el de su estabilidad, producto, hasta ahora, de un f¨¦rreo control por parte de su direcci¨®n. Una especie de paz de interna que denotaba una carencia total de debate en el seno de este partido y que, sin embargo, ha estallado en mil pedazos. Y aunque la madrile?a camufla su pulso con tintes supuestamente ideol¨®gicos a favor de un trasnochado liberalismo de dif¨ªcil definici¨®n, a lo que asistimos, en realidad, es a una lucha pura y dura por el poder en una formaci¨®n que ha estado teledirigida por otros desde fuera. Ese tard¨ªo intento de romper tal dependencia por parte de Rajoy amenaza con convertirse en su verdadero de quebradero de cabeza antes que la tarea de articular una nueva estrategia de oposici¨®n al Gobierno de Zapatero o Chaves.
Los populares andaluces han cerrado filas en torno a Arenas frente a los ataques que est¨¢ recibiendo del PP de Madrid, en donde exhiben su continuo ¨¦xito electoral en contraposici¨®n al permanente fracaso que cosechan en Andaluc¨ªa. "Parece que est¨¢n c¨®modos en la oposici¨®n", espetaban a sus colegas del PP andaluz. De un plumazo se ve¨ªan retratados ante todo el pa¨ªs, de ah¨ª que la reacci¨®n de rechazo aqu¨ª haya sido inmediata reclamando una declaraci¨®n de respeto a la trayectoria de este partido en Andaluc¨ªa. Lo cierto es que se ha arrojado la primera piedra al estanque y lo que est¨¢ por ver es el grado de cohesi¨®n que pueda existir en un partido que hasta ahora no ha evidenciado fractura alguna. O s¨ª.
Es, por ejemplo, lo que comienza a percibirse en Granada con un ex alcalde, Gabriel D¨ªaz Berbel, fuera de todo control, arremetiendo contra el presidente provincial, Sebasti¨¢n P¨¦rez, y lanzando serias dudas sobre el origen de los fondos con los que se ha financiado la pasada campa?a. Un terreno resbaladizo, el de los dineros, en una familia como la del PP granadino que ya ha conocido, con anterioridad, fuertes encontronazos entre diversas facciones.
Pero, igualmente, est¨¢ por determinar si Arenas, en ese af¨¢n de marcar distancias con los que vienen fijando la l¨ªnea a seguir, est¨¢ dispuesto, como Rajoy, a arremeter contra ese verdadero r¨¦gimen medi¨¢tico que les jalea seg¨²n les convenga, siempre y cuando se limiten a hacer los que ellos les dicen. En la medida en que se distancie y rompa con este n¨²cleo duro se comprobar¨¢ la sinceridad del giro al centro que dice haber iniciado por en¨¦sima vez.
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