Un roce, una guerra
Imagino al lector informado del conflicto abierto dentro del Consejo Audiovisual Andaluz (CAA) y entre el CAA y Canal Sur a prop¨®sito de la decisi¨®n del primero en la que "insta a la RTVA al cumplimiento de la funci¨®n de servicio p¨²blico" que tiene encomendada. He le¨ªdo la documentaci¨®n disponible y, por el momento, quiero se?alar dos cosas, ambas puestas de relieve en la explicaci¨®n de voto que a?ade a la decisi¨®n del CAA su presidente, V¨¢zquez Medel, que deshizo el empate entre los consejeros del PSOE y los de IU, PP y PA y ahora se ve acusado de "actuar irregularmente" por los primeros, los mismos que lo propusieron para el puesto.
La primera cuesti¨®n se refiere a la descripci¨®n del ambiente en el que se tom¨® la decisi¨®n, que V¨¢zquez Medel define como "una polarizaci¨®n extrema de los miembros del Consejo" y "un contexto de m¨¢xima sensibilidad pol¨ªtica"; ambas cosas, dice el presidente, pod¨ªan "desvirtuar la interpretaci¨®n de la decisi¨®n" y por eso se abstuvo en la primera votaci¨®n, esperando que un periodo de reflexi¨®n calmara los ¨¢nimos. No ha sido as¨ª; antes bien, los votos particulares contrarios al sentido de la decisi¨®n y la respuesta de Canal Sur confirman todo lo contrario. Y ¨¦sta es la cuesti¨®n: tenemos sobre la mesa un conflicto institucional enunciado en t¨¦rminos jur¨ªdicos pero de naturaleza pol¨ªtica, que pone en entredicho la viabilidad del mismo CAA y que el paso del tiempo no har¨¢ m¨¢s que agravar. En v¨ªsperas de la renovaci¨®n de la c¨²pula de la RTVA, no cabe peor presagio.
La segunda cuesti¨®n me parece m¨¢s grave a¨²n. Dice V¨¢zquez Medel que "la medida adoptada no supone, en ning¨²n caso, restricci¨®n de derechos del operador afectado, habida cuenta de que del contenido de la decisi¨®n adoptada no se sigue una medida limitativa de sus derechos". O sea: s¨®lo se ha rozado la presunta legitimidad moral de Canal Sur de la manera m¨¢s inocente e inocua que cabe pensar, pues lo decidido ("instar") no llega a la amonestaci¨®n, pero lo hecho vale por una declaraci¨®n de guerra. La virulencia de la reacci¨®n de Canal Sur indica que, a pesar de esa carencia de efectos de la decisi¨®n del CAA, la cuesti¨®n de la legitimidad pol¨ªtica le importa m¨¢s de lo que parece, porque siendo como es la televisi¨®n de una mayor¨ªa absoluta (o sea: indiferente, intolerante e impermeable ante toda cr¨ªtica), necesita una cobertura que el CAA le ha negado esta vez. El CAA no tiene que cumplir esa funci¨®n de cobertura, pero da toda la impresi¨®n de que alguien se ha sorprendido de que no lo haya hecho.
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