La nueva lecci¨®n de P¨¦rez S¨¢nchez
Un centenar de prestigiosos autores rinde un homenaje en forma de libro al ex director del Museo del Prado
Para muchos ha sido el mejor director del Museo del Prado, cargo que ocup¨® entre 1983 y 1991. Fue destituido por firmar una carta a favor de la paz, contra la guerra del Golfo. Por entonces, el ministro de Cultura era Jorge Sempr¨²n y el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez. Alfonso E. P¨¦rez S¨¢nchez (Cartagena, Murcia, 1935) es el protagonista de In sapientia libertas, un homenaje en forma de libro en el que en 842 p¨¢ginas se recogen un centenar de ensayos firmados por autores de tres generaciones procedentes de siete pa¨ªses. Considerado uno de los m¨¢s relevantes estudiosos de la pintura de naturaleza muerta espa?ola, P¨¦rez S¨¢nchez desarroll¨® tambi¨¦n una importante labor como maestro apasionado de la historia del arte, en particular del barroco. El libro ha sido editado conjuntamente por la Fundaci¨®n Focus-Abengoa y el Museo del Prado.
"Hizo que el mundo reconociera el prestigio del Prado", dijo el director del MOMA, Philippe de Montebello
Phillippe de Montebello, el director del MOMA, se referi¨® a ¨¦l como un director ins¨®lito para un museo ins¨®lito. "Hizo que el mundo reconociera el prestigio del museo".
El primero en reconocer la aportaci¨®n P¨¦rez S¨¢nchez al Prado y al mundo de la cultura espa?ola es Javier Solana, el ministro socialista que le contrat¨®. Cuenta Solana que el curr¨ªculo del candidato para dirigir el museo era tan apabullante que no tuvo dudas. El profesor es la m¨¢xima autoridad mundial del barroco, pero su conocimiento de la pintura antigua le hace distinguir un aut¨¦ntico de un falso a metros de distancia. El primer Gobierno socialista quer¨ªa dar a conocer al mundo la imagen de una Espa?a moderna y culta y el Prado pod¨ªa ser el soporte m¨¢s adecuado. Cree Solana en su ensayo que no se equivoc¨® en el nombramiento porque P¨¦rez S¨¢nchez puso el Prado en el lugar internacional que le correspond¨ªa. Para ello utiliz¨® un c¨®ctel infalible: pasi¨®n y erudici¨®n. Las exposiciones masivas llegaron con ¨¦l de la mano de Zurbar¨¢n (1988) y Vel¨¢zquez (1990). Y tambi¨¦n las pol¨¦micas, como la decisi¨®n de encargar a un experto ingl¨¦s la restauraci¨®n de Las Meninas.
Sobre su salida del museo, Solana recuerda que "como intelectual independiente que era se sum¨® a la oposici¨®n a la guerra del Golfo que defend¨ªa un gobierno del que yo formaba parte. Comprend¨ª que sent¨ªa como un deber denunciar lo que ¨¦l consideraba como un error del poder, aunque ello determinara el fin de su relaci¨®n con el museo, que era su mayor pasi¨®n. Con los a?os, sus palabras, que iban en el sentido m¨¢s profundo de la paz y de la uni¨®n de los pueblos, tienen indudablemente un sitio en la Historia".
Para Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, fue un maestro en el sentido m¨¢s riguroso del t¨¦rmino, pero un maestro extra?amente pr¨®ximo. Asegura que sus clases eran verdaderos festines para el conocimiento y recuerda que todo empez¨® un buen d¨ªa en el que, sin saber c¨®mo, se encontr¨® junto a otros compa?eros y amigos en su casa de Alberto Aguilera. En su biblioteca pasaron muchas horas de los viernes y s¨¢bados escuchando m¨²sica, charlando de cine o pol¨ªtica, arte, literatura..., hablando acerca de la vida, en suma. All¨ª escuch¨® por primera vez a Chavela Vargas, ley¨® Rayuela, de Cort¨¢zar, por recomendaci¨®n suya, recorri¨® en autoestop la ruta del rom¨¢nico franc¨¦s contagiado por su entusiasmo.
El escritor Francisco Brines aporta la visi¨®n del compa?ero y amigo. Ambos se conocieron durante su ¨²ltimo a?o de bachillerato en Valencia y en la redacci¨®n de la revista La Ca?a Gris. "Ser amigo de Alfonso ha sido tambi¨¦n ser testigo de una ejemplar honradez profesional y haber asistido de continuo al magisterio llano de su conversaci¨®n siempre sabia y estimulante. Muchas de las mejores horas vividas por m¨ª en museos y exposiciones han sido las compartidas con ¨¦l".
El cineasta Basilio Mart¨ªn Patino descubre en su ensayo una de las facetas menos conocidas de P¨¦rez S¨¢nchez: su pasado como cineasta. Coincidieron en el peculiar Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematogr¨¢ficas creado por Victoriano L¨®pez en la Escuela de Ingenieros Industriales. Los dos formaron parte de la primera oleada de los llamados "nuevos realizadores", en la que se encontraban nombres de gran futuro como Jos¨¦ Luis Borau, Paco Regueiro, Fern¨¢ndez-Santos, Carlos Saura, Mario Camus, Julio Diamante... Entre todos ellos, P¨¦rez S¨¢nchez cultiv¨® un aura de joven poeta intimista, generoso y sincero. Un d¨ªa desapareci¨® de la peculiar pandilla. Mart¨ªn Patino no sabe si abandon¨® para proseguir los estudios de Filosof¨ªa o para viajar a Alemania para proseguir con su especializaci¨®n en Historia del Arte. Lo cierto es que su presencia en el cine s¨®lo se ha perpetuado como cin¨¦filo. Su entorno m¨¢s ¨ªntimo de amigos asegura que el cine y la m¨²sica son hoy su entretenimiento m¨¢s ansiado.
En el libro se suceden los recuerdos de quienes han compartido experiencias en el mundo cient¨ªfico, muse¨ªstico y personal. No muchos pueden presumir de una lista tan nutrida de amigos de los m¨¢s diferentes ¨¢mbitos. El libro que ahora se publica sirve para apuntalar su biograf¨ªa a golpe de ensayo. Aunque, sin duda, nadie mejor que el propio P¨¦rez S¨¢nchez para hablar de su vida y de su gran pasi¨®n, el Museo del Prado.
La noche en la que se present¨® este libro, en el auditorio creado bajo el cubo de Rafael Moneo, con muchos de los autores presentes, un emocionado P¨¦rez S¨¢nchez, sentado en silla de ruedas, oy¨® la lectura de sus propias palabras de recuerdos y agradecimientos, todo un mensaje en el que se autodefine como persona y cient¨ªfico y cuyo comienzo fue ¨¦ste: "Agradezco a las personas que me han acompa?ado durante tantos a?os, y que han estado a mi lado en los momentos m¨¢s dif¨ªciles, y que ahora siguen estando ah¨ª en mi enfermedad que me priva de la voz con la que tanto dije y expres¨¦ en absoluta libertad y convicci¨®n de mis ideas. Soy una persona transparente, fiel a mis principios, inculcados por mi familia de firmes convicciones republicanas, y por el magisterio de don Diego Angulo, a quien debo una forma de entender la historia del arte".
In sapientia libertas. Escritos en homenaje al profesor Alfonso E. P¨¦rez S¨¢nchez. Varios autores. Museo del Prado / Fundaci¨®n Focus-Abengoa. 848 p¨¢ginas. 100 euros
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