Israel rechaza la tregua de Ham¨¢s
El reducido suministro de combustibles paraliza la vida cotidiana en Gaza
El Gobierno israel¨ª despreci¨® ayer la iniciativa de Egipto, que intercede para pactar una tregua con Ham¨¢s en Gaza. El portavoz del Ministerio de Exteriores habl¨® de "ardid" de los islamistas para disfrutar de un "periodo de calma y de rearme". No hay tal estratagema. Con o sin alto el fuego, los fundamentalistas no van a renunciar a la carta de su milicia armada. El gui¨®n est¨¢ escrito desde enero de 2006. Ham¨¢s venci¨® en las elecciones e Israel impuso un feroz bloqueo econ¨®mico para derrocar al Ejecutivo islamista. Los da?os que provoca a los civiles son tremendos. El territorio palestino vive permanentemente al borde del abismo.
La franja padece ahora una escasez de gasolina, gas y di¨¦sel sin parang¨®n
Ham¨¢s ataca los puestos fronterizos donde transitan las escasas mercanc¨ªas
Como apuntaba el mi¨¦rcoles a este peri¨®dico un ex ministro israel¨ª, "no se trat¨® con ninguna sutileza a Ham¨¢s, no se les dej¨® gobernar. El Ejecutivo de Ehud Olmert no va a pactar tregua alguna sin propinar antes un severo golpe". Alud¨ªa a una gran operaci¨®n militar. Porque el castigo indiscriminado a la poblaci¨®n civil -1,5 millones de personas- ya es demoledor. Al margen de la legalidad internacional, Israel acent¨²a el sufrimiento de los vecinos de Gaza para que se revuelva contra el Ejecutivo islamista.
Celebran hoy los jud¨ªos el final de la festividad del Pesaj (Pascua) y, como en el resto de sus d¨ªas sagrados, el Ej¨¦rcito sella la frontera de Gaza desde el jueves por la tarde hasta ma?ana. La franja padece ahora una escasez de gasolina, gas y di¨¦sel sin parang¨®n. Hay combustible depositado para que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestino en Oriente Pr¨®ximo (UNRWA, en ingl¨¦s) lo recoja en la terminal de Nahal Oz, pero los distribuidores de gasolinas y di¨¦sel no lo permiten. Tampoco los pescadores y granjeros, que no toleran ya que un abastecimiento miserable -"hay que hacer que adelgacen, pero sin matarlos de hambre", dijo un ex asesor de Olmert- otorgue apariencia de normalidad a una situaci¨®n calamitosa. La milicia de Ham¨¢s ha llegado a atacar los puestos fronterizos por donde transitan las escasas mercanc¨ªas.
En plena temporada de captura de la sardina, los pescadores est¨¢n varados. Sin combustible, sus peque?os botes no salen a faenar. Los campesinos no pueden cultivar y las verduras han multiplicado su precio por cinco. Los molinos de harina tienen dificultades crecientes para hornear el pan de pita, omnipresente en toda casa palestina. Por primera vez desde que el Ej¨¦rcito israel¨ª evacu¨® Gaza, en agosto de 2005, UNRWA y el Programa Mundial de Alimentos han detenido el reparto de alimentos a casi un mill¨®n de personas, la mayor¨ªa ni?os.
La vida cotidiana es dur¨ªsima. El absentismo en las universidades y colegios crece. No tienen c¨®mo acudir a clase. Alrededor de 300.000 personas s¨®lo disponen de energ¨ªa el¨¦ctrica entre tres y cinco horas al d¨ªa. La sanidad se hunde. La carencia de medicamentos b¨¢sicos es alarmante desde hace meses. Y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud acaba de informar de que en 2006 el Shin Bet (servicios de seguridad interior israel¨ª) deneg¨® el 10% de los permisos a pacientes de c¨¢ncer para ser tratados en Israel o en otros pa¨ªses y en 2007 el porcentaje se elev¨® al 18,5%.
Miles de personas se manifestaron ayer en las fronteras de Gaza con Egipto e Israel. El Cairo envi¨® refuerzos policiales al linde con Rafah. No est¨¢ dispuesto a que se repita lo sucedido en enero, cuando Ham¨¢s vol¨® el muro fronterizo. Es un lugar clave. El acuerdo suscrito entre el jefe de los servicios de inteligencia egipcios, Omar Suleim¨¢n, y los dirigentes de Ham¨¢s establece que si Israel no se aviene a aceptar el alto el fuego, el cruce fronterizo de Rafah, cerrado desde junio de 2007, se abrir¨¢ al paso de personas y mercanc¨ªas. Es precisamente lo que persigue el movimiento fundamentalista: la apertura al exterior sin depender del yugo israel¨ª.
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