Capellanes en el comit¨¦

Desde 1995 se reconoce expl¨ªcitamente que los sacerdotes pueden formar parte de los comit¨¦s de ¨¦tica de los hospitales p¨²blicos. No se trata de que los pacientes puedan recurrir al consuelo espiritual de un capell¨¢n si as¨ª lo desean, algo que forma parte de los derechos de cualquier ciudadano, sino de que representantes de la Iglesia cat¨®lica participen en discusiones que afectan a asuntos de la pr¨¢ctica m¨¦dica que, por plantear dudas ¨¦ticas, requieren una reflexi¨®n particular. Se trata de una situaci¨®n que se repite en varias comunidades aut¨®nomas de distinto signo pol¨ªtico, entre ellas la de Madrid, que preside Esperanza Aguirre, que acaba de renovar el acuerdo con el Arzobispado de la capital que en su d¨ªa firm¨® su antecesor, Alberto Ruiz-Gallard¨®n.

La presencia de capellanes en los comit¨¦s de ¨¦tica de los hospitales supone conceder un privilegio m¨¢s que discutible al clero cat¨®lico. Las relaciones de cooperaci¨®n entre la Iglesia y el Estado que recoge el art¨ªculo 16.3 de la Constituci¨®n no pueden traducirse en discriminaci¨®n para el resto de las confesiones. Y, desde luego, resultar¨ªa inaceptable que, para desactivar el privilegio de incluir un credo y excluir otros, la Comunidad de Madrid y otras convirtiesen los comit¨¦s de los hospitales en un c¨®nclave compuesto por representantes de cada una de las religiones con fieles en Espa?a.

La Iglesia no detenta el monopolio del conocimiento ni de la actuaci¨®n acorde con la ¨¦tica, seg¨²n parece desprenderse del acuerdo suscrito en Madrid. Considerada como instituci¨®n, la Iglesia no s¨®lo ha contado con sacerdotes considerados como un ejemplo de sabidur¨ªa o de rectitud, sino tambi¨¦n con otros que han perpetrado cr¨ªmenes en nombre de la fe, han bendecido ejecuciones o han cometido graves delitos como la pederastia. No es, pues, la simple pertenencia a la jerarqu¨ªa cat¨®lica, sino la dedicaci¨®n o, en su caso, la trayectoria de cada individuo, sea religioso o no, lo que puede hacerle competente para formar parte de un ¨®rgano consultivo en materia de ¨¦tica.

Los socialistas han reaccionado con esc¨¢ndalo ante el acuerdo, pese a que fue con ellos en el poder cuando se le dio cobertura legal. La alarma de algunos de sus dirigentes tendr¨ªa m¨¢s credibilidad si, en lugar de agitar el fantasma del integrismo, diera paso a decisiones claras sobre los acuerdos con la Santa Sede, el aborto y la eutanasia.