Ecos del Clamores en Segovia
Un paseo de primavera por una de las dos vegas fluviales de la ciudad
Dos r¨ªos tiene Segovia: / el Eresma y el Clamores, / con sus huertos que compiten / en holganzas y en primores". As¨ª describ¨ªa un romance antiguo las dos vegas de Segovia. En primavera, la del Clamores despierta del letargo invernal y se transforma en un vergel que florece a los pies de la ciudad. A diferencia del Eresma, que corre chapoteador, cantar¨ªn y titilante, el Clamores, que recibi¨® su nombre precisamente por lo ruidoso y arrollador que bajaba de la sierra, ni se ve ni se oye. La raz¨®n de esta paradoja estriba en que el r¨ªo, usado como colector de aguas desde la Edad Media, sobre todo por los dos arrabales m¨¢s poblados de Segovia, San Mill¨¢n y Santa Eulalia, fue soterrado a mediados del siglo XX. Ahora, aunque no se vea ni se oiga, podemos pasear tranquilamente sobre sus aguas.
1 San Mill¨¢n
El paseo comienza con una visita a la iglesia rom¨¢nica de San Mill¨¢n, que tiene una doble galer¨ªa, pilares hermosamente tallados, y es la parroquia del llamado barrio de las Brujas. A los pies de este esbelto templo pasaba el r¨ªo, muy cerca de la Casa del Crimen, donde tuvo su estudio el pintor Ignacio Zuloaga -hoy convertido en el palaciego hotel Ayala-Berganza-, quien, por cierto, retrat¨® en un cuadro a las supuestas brujas de este arrabal.
Bajando desde la iglesia por la calle de Santo Domingo llegamos al pretil del antiguo puente de Sancti Spiritu, bien se?alado por dos bolas herrerianas. Desde este punto, si giramos la vista a la izquierda veremos una rotonda con la estatua del famoso C¨¢ndido, el mesonero que difundi¨® la t¨¦cnica de trinchar el lech¨®n asado con un plato de loza. En direcci¨®n contraria, si miramos hacia la ciudad, pegada al talud del paseo del Sal¨®n se encuentra una hermosa fuente clasicista dise?ada por el arquitecto Pedro de Brizuela. El blas¨®n que luce, con el acueducto romano, es el de Segovia.
2 El convento de Sancti Spiritu y la casa de Lolete
Donde termina el poyo del puente comienza una vereda que discurre junto al antiguo convento de Sancti Spiritu, que hoy es la Delegaci¨®n del Ministerio de Defensa, y que conduce tambi¨¦n a la casa de Lolete, quien fue el ¨²ltimo hortelano profesional de la vega del Clamores. Hasta su jubilaci¨®n suministr¨® verduras y hortalizas a los mejores restaurantes de Segovia. La casa no llama la atenci¨®n. Es una muestra de esa arquitectura popular que no tiene estilo porque es intemporal, y que perdura pese a las obsesiones del dise?o. Se distingue sin problemas gracias a un azulejo con la correspondiente leyenda, pero a falta de azulejo bastar¨ªa con buscar la parra que da sombra a su puerta, orientada al sur, para localizarla.
3 La catedral y el Cedro de Castellarnau
Entre los edificios que se distinguen desde este punto destaca la f¨¢brica de la ¨²ltima catedral g¨®tica que se levant¨® en Espa?a, ya en el siglo XVI. Su torre llama la atenci¨®n por el templete clasicista que la remata en lo alto. Originalmente fue un chapitel en forma de aguja, del que todav¨ªa quedan en las cuatro esquinas otros tantos pin¨¢culos. La explicaci¨®n para esta curiosa mezcla de c¨²pula sobre tambor con linterna, por un lado, y pin¨¢culos g¨®ticos, por otro, est¨¢ en la tormenta del 18 de septiembre de 1614. Un rayo cay¨® sobre el chapitel prendiendo la estructura de madera, y todo el remate de la torre se vino abajo. El cabildo encarg¨® la reconstrucci¨®n a Pedro de Brizuela, el mismo arquitecto de la fuente del Sancti Spiritu que vimos antes, y ¨¦ste dio la soluci¨®n que hoy observamos.
Otro hito en la ciudad amurallada que vemos desde aqu¨ª es un gran cedro del L¨ªbano. Siendo un ¨¢rbol notable por su edad, por su porte y por su ubicaci¨®n en pleno casco urbano, tiene nombre y apellido: es el Cedro de Castellarnau. Lo plant¨® en el jard¨ªn de la que fue su casa segoviana el ingeniero Joaqu¨ªn Mar¨ªa Castellarnau y Lleopart (1848-1943), un ecologista avant la lettre que hizo mucho por el patrimonio forestal de la sierra de Guadarrama.
4 El cementerio jud¨ªo
Avanzando camino abajo, a mano izquierda se encuentran las escaleras que suben por la ladera y nos llevan, despu¨¦s de atravesar el pasadizo bajo la cuesta de los Hoyos, hasta el Pinarillo. Entre los pinos se reparten precisamente los hoyos, es decir, los enterramientos antropomorfos, las fosas y las c¨¢maras subterr¨¢neas donde se sepultaron, durante los tres siglos de historia que tuvo la pujante juder¨ªa segoviana, los hijos de Israel. Si por un momento volvemos la vista hacia la ladera de enfrente, bajo la catedral veremos las casas de lo que fue la aljama, donde se conserva, y se puede visitar, la del financiero y rab¨ª Abraham Seneor, que se hizo notorio por su conversi¨®n. En el d¨ªa de su bautismo, que tuvo lugar el 15 de junio de 1492 en el monasterio de Guadalupe, ejercieron de padrinos "el rey e la reyna nuestros se?ores [los Reyes Cat¨®licos] y el cardenal despa?a". Adopt¨® el nombre de Fern¨¢n P¨¦rez Coronel, y entre otros honores obtuvo una ejecutoria de nobleza y lleg¨® a ser regidor de Segovia.
5 El paseo
De nuevo en la hondonada del valle, el camino serpentea dejando a la derecha los huertos de ocio de la ciudad. Esta iniciativa del Ayuntamiento consisti¨® en compartimentar la antigua huerta de Lolete en peque?os lotes para que los segovianos interesados las cultivasen por un tiempo, y as¨ª est¨¢n de verdes, cuidadas y feraces: coles, cebolletas, alcachofas, berenjenas... Los muros y los bancales que se observan por encima de la huerta corresponden a lo que en otros tiempos, cuando Segovia viv¨ªa de la industria de los pa?os y los curtidos, fueron las tener¨ªas de la ciudad. Desde aqu¨ª, el camino se angosta, y el valle se convierte en una hoz que avanza entre chopos y casta?os, fresnos y tilos.
Al final, el paseo nos regala una vista del alc¨¢zar que, no por conocida y reconocible, deja de admirar: galer¨ªas de almenas que se superponen, murallas de piedra sonrosada, torreones con picudos tejados de pizarra. Algo m¨¢s adelante, bajo un puente de madera fluye el Eresma y se adivinan sus arboledas, pero ¨¦sas son otras aguas y aqu¨¦lla es ya otra vega.
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n
- Oficina de turismo de Segovia (921 46 60 70; www.segoviaturismo.es).
- Turismo de Castilla-La Mancha (www.turismocastillalamancha.com). - Alc¨¢zar de Segovia (921 46 07 59; www.alcazardesegovia.com). De abril a septiembre abre de 10.00 a 19.00. Precio de la entrada: 4 euros.
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