Inflaci¨®n y crisis: elegir el veneno
Hace un par de semanas, los dirigentes econ¨®micos mundiales llegaron a Washington para la reuni¨®n de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) dispuestos a discutir la crisis crediticia y el sombr¨ªo panorama econ¨®mico mundial. Cuando se fueron de la capital estadounidense, su preocupaci¨®n hab¨ªa aumentado... por la inflaci¨®n. Parece que, de repente, se miraron todos a los ojos y se dieron cuenta de que la inflaci¨®n se les est¨¢ escapando de las manos. Parafraseando la lengua de Shakespeare, es una situaci¨®n de "elegir el veneno con el que quieres morir": los riesgos a la baja para el crecimiento, derivados de la crisis crediticia, son importantes, pero, a su vez, los riesgos al alza de la inflaci¨®n se est¨¢n haciendo cada vez m¨¢s patentes.
El objetivo de inflaci¨®n de los bancos centrales es ahora poco cre¨ªble
La obsesi¨®n por las energ¨ªas alternativas impulsa los precios
Es preferible un paquete de ayudas fiscales que elevar los salarios
Las protestas por falta de alimentos en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo se multiplican, la confianza de los consumidores se colapsa -y no s¨®lo en el Tercer Mundo; en Jap¨®n, la ca¨ªda en picado de la confianza se ha debido al r¨¢pido aumento del precio de m¨²ltiples productos de primera necesidad, tras muchos a?os de precios estables- y el objetivo de inflaci¨®n de los bancos centrales -en general, centrado en torno al 2%- deviene cada vez menos cre¨ªble.
Este aumento de la inflaci¨®n alimentaria est¨¢ poniendo en peligro la integridad vital de millones de personas en el Tercer Mundo, pero, adem¨¢s, est¨¢ deteriorando el panorama econ¨®mico de muchos pa¨ªses emergentes. Los mercados financieros se est¨¢n empezando a dar cuenta de que estos pa¨ªses van a tener que aumentar su d¨¦ficit fiscal para financiar los subsidios alimentarios necesarios para evitar la hambruna, y, por tanto, los spreads de la deuda de estos pa¨ªses est¨¢n aumentando. Varios pa¨ªses han suspendido las exportaciones de alimentos y el concepto de autosuficiencia alimenticia est¨¢ retornando. Ser¨ªa triste que se echaran al traste muchos a?os de lucha contra la pobreza y el proteccionismo y que, adem¨¢s, la necesidad alimenticia generara una recesi¨®n econ¨®mica.
La soluci¨®n no es sencilla, ya que esta crisis es el resultado de una multiplicidad de factores. Las fuertes rebajas de tipos pueden ser una causa pr¨®xima del r¨¢pido aumento de los precios de las materias primas, de ah¨ª la incompatibilidad de las dos crisis. El incremento del atractivo de las materias primas como instrumento de inversi¨®n y el aumento del consumo de prote¨ªnas en los pa¨ªses emergentes tambi¨¦n contribuyen a este fen¨®meno. Pero una causa remota, muy importante, de esta espiral inflacionista es la obsesi¨®n con las energ¨ªas alternativas. La decisi¨®n, hace un par de a?os, de aumentar radicalmente la producci¨®n de etanol a base de ma¨ªz ha generado un efecto domin¨® cuyo resultado se est¨¢ viendo s¨®lo ahora. Cientos de miles de hect¨¢reas se est¨¢n dedicando ahora al cultivo de ma¨ªz, reduciendo la extensi¨®n disponible para otras cosechas. Y, lo peor de todo, es que no es una soluci¨®n eficiente: el a?o pasado se destin¨® el 25% de la cosecha americana de ma¨ªz para generar energ¨ªa equivalente a tan s¨®lo el 3% del consumo anual de gasolina.
La falta de oferta, tanto de materias primas energ¨¦ticas como alimenticias, es sustancial. Los pa¨ªses productores de petr¨®leo no conf¨ªan en que los precios se mantengan altos -entre otras cosas, porque los organismos oficiales est¨¢n constantemente alertando de los riesgos a la baja del crecimiento- y, por tanto, no aumentan la inversi¨®n en capacidad. Ir¨®nicamente, cuanto m¨¢s dure la incertidumbre econ¨®mica, m¨¢s tardar¨¢ en responder la oferta y, por tanto, m¨¢s tardar¨¢n en corregirse los precios de las materias primas.
?Qu¨¦ hacer ante esta disyuntiva? Aumentar los salarios ser¨ªa un error, ya que generar¨ªa una espiral inflacionista estilo a?os 1970. Es preferible un paquete de ayudas fiscales a los m¨¢s necesitados, combinadas con una pol¨ªtica monetaria firme que contenga las expectativas de inflaci¨®n. La crisis financiera aumentar¨¢ el coste del capital y los bancos centrales, por desgracia, no podr¨¢n compensarlo completamente. La historia decidir¨¢ si mereci¨® la pena crecer menos a cambio de producir m¨¢s etanol. -
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