?Cumplir¨¢ Israel cien a?os?
Ha llegado el 60? aniversario de la fundaci¨®n del Estado de Israel. Un hecho importante para la historia. Pero el mundo de entonces ya no es el de hoy. Ha cambiado mucho, y los enemigos de Israel se han fortalecido porque al derrotado, sea quien sea, siempre le asiste el tiempo, su ¨²nico patrimonio.
Qu¨¦ raz¨®n ten¨ªa David Grossman cuando dijo en su art¨ªculo El miedo de Israel a desaparecer del mapa (EL PA?S, 17-2-08) que Israel es hoy un pa¨ªs turbio que ha perdido la compasi¨®n, que se ve atrapado por la mara?a urdida por sus propios errores e incapacidades, y que ha sido derrotado por el terrorismo, porque es el terror lo que gu¨ªa ahora en Israel cada idea, cada acci¨®n, cada perspectiva de futuro. Y sin embargo, m¨¢s que nunca, tal vez, Israel tiene el futuro en sus manos, aunque parezca lo contrario. M¨¢s que nunca, despu¨¦s de a?os ejerciendo una pol¨ªtica dura, depende de ¨¦l dar un paso definitivo y radical para salir de esta espiral en la que est¨¢ ahog¨¢ndose.
Israel necesita con urgencia una amputaci¨®n porque arriesga perder todo el cuerpo
Israel necesita a alguien de la talla de Gandhi, Churchill o Rabin
Pero esto s¨®lo suceder¨¢ si Israel, en tanto naci¨®n y en tanto sociedad, asume que necesita urgentemente una amputaci¨®n o, por el contrario, perder¨¢ todo el cuerpo. O corta su brazo hasta bien entrada la parte sana, o se pudrir¨¢ todo el resto irremisiblemente. La gangrena, desde hace casi 20 a?os, avanza y avanza a buen ritmo. Ham¨¢s es un movimiento terrorista implacable, e Ir¨¢n un enemigo hipertrofiado que ha logrado mantener un pulso de t¨² a t¨² con, entre otros, Israel mismo. En ese juego est¨¢ el equ¨ªvoco: Israel no puede rebajarse a ser como Ir¨¢n, su rival, pero ha de convivir con ¨¦l. Porque se da la circunstancia parad¨®jica, previsible para los inteligentes, de que Israel puede verse mucho m¨¢s limitado, hasta hipotecar del todo su futuro, en la actual guerra de desgaste a que la facci¨®n terrorista e isl¨¢mica de los palestinos lo est¨¢ sometiendo.
Ham¨¢s y sus aliados han decidido sentarse a esperar, poniendo a su poblaci¨®n civil como munici¨®n. Es su precio a pagar, y lo llaman bodas f¨²nebres. Y est¨¢ sentado esperando que pase la historia. Y la historia arrollar¨¢ a Israel como no haga algo radicalmente opuesto a su actual estrategia. Hoy, toda acci¨®n de Israel, concebida s¨®lo como acci¨®n militar y represora, es una derrota, por mucho que le encuentre una justificaci¨®n leg¨ªtima (que la tiene, aunque carece de cr¨¦dito). Pero ?qu¨¦ hacer? Tal vez haya llegado la hora de asumir doloros¨ªsimas concesiones, y no temer al otro enemigo, el interior, las capas ultras de la sociedad israel¨ª. Porque, como ense?a la vida, hay que reconvertirse para subsistir. Y una reconversi¨®n pol¨ªtica a tiempo es fundamental.
Lo primero y b¨¢sico: es necesario un nuevo tipo de pol¨ªticoen Israel, un nuevo liderazgo que no se vea motivado por el rencor ni la venganza, que parta del dolor m¨¢s intenso, pero dejado en casa, en la privacidad, y salga a la calle con un mensaje realista hasta el extremo y constructivo hasta el olvido. Una figura cercana a lo que supusieron, en su momento dado, Gandhi, Churchill y Rabin. ?ste es el c¨®ctel que hay que buscar, y probar. Una figura mesi¨¢nica en el sentido m¨¢s exacto del t¨¦rmino.
Hoy en d¨ªa, un l¨ªder pol¨ªtico que mide sus acciones contra los palestinos en Gaza por el rasero del ojo por ojo, o que cree que mediante la masacre debilitar¨¢ la fuerza moral de los palestinos, cuando no hace sino darles mayor energ¨ªa a¨²n -pues en la muerte encuentra Ham¨¢s su savia para la resistencia-, no merece tener en sus manos el futuro de Israel. Israel ha de olvidarse de todo lo gastado hasta aqu¨ª y ha de empezar a jugar otra partida, en otro tablero y con otras reglas. S¨®lo as¨ª podr¨¢ salvarse. La clave est¨¢ en elegir, sin titubeos y con valor, por qu¨¦ se apuesta: por el futuro o por el presente. Si es por el presente, la resistencia palestina, aplicando la mentalidad de la v¨ªctima, minar¨¢ d¨ªa a d¨ªa los mejores valores de Israel. Es como si dijeran: la historia es larga y nos dar¨¢ la raz¨®n, el Estado de Israel puede no llegar a su centenario.
Pero si Israel apuesta por el futuro, su ¨²nica salida, habr¨¢ de asumir concesiones duras, como bien ha dicho David Grossman, rayanas en la pol¨ªtica-ficci¨®n. Y habr¨¢n de ser rotundas, aceptando lo en apariencia inaceptable y superando el terror que ha logrado imponer Ham¨¢s en Israel.
Un gesto de inmediato, eficaz y contundente, pasar¨ªa por la aceptaci¨®n r¨¢pida (y declarada) de crear un Estado palestino. Y esto ha de hacerse antes de que suceda algo peor para los israel¨ªes: que los palestinos no quieran un Estado, sino que decidan considerar que ya tienen uno en Israel, y que en ¨¦l han de ser tenidos por ciudadanos con todos los derechos, lo que dar¨ªa a su situaci¨®n actual una condici¨®n de apartheid de inaceptable justificaci¨®n. Ese Estado palestino hoy en d¨ªa s¨®lo puede ser negociado con la participaci¨®n de Ham¨¢s. El precio a poner sobre la mesa son dos concesiones a las que tarde o temprano Israel se ver¨¢ abocado: la cocapitalidad de Jerusal¨¦n, con un estatus especial, y la revisi¨®n de fronteras. Tal vez sea ¨¦ste el precio de su supervivencia, si pacta el contexto de los acuerdos con quien menos ser¨ªa previsible hacerlo: con Ir¨¢n.
Es decir, tal vez no sea descabellado, en un momento en que todo lo es, asumir que Ir¨¢n es una realidad inevitable, con su disuasorio potencial nuclear y su verborreica amenaza de guerra fr¨ªa, y que ser¨¢ en adelante un "grande y temible" adversario, pero desactivado como enemigo incierto si Israel se arma de paciencia y negocia con ¨¦l. S¨®lo as¨ª tendr¨¢ muchas m¨¢s posibilidades de llegar a ver cumplido su centenario.
?Es quim¨¦rico pensar que, con otro presidente/a en la Casa Blanca, y con la intervenci¨®n de la Uni¨®n Europea por medio de Angela Merkel, precisamente por ser alemana, se podr¨ªa pasar de la ficci¨®n-pol¨ªtica a la realidad, en unos deseables acuerdos israelo-iran¨ªes, ahora que el escenario de todo avance es radicalmente distinto del de hace 60 a?os? Si no, el pr¨®ximo movimiento volver¨¢ a ser un drama ya conocido: Ham¨¢s incrementar¨¢ su provocaci¨®n desde Gaza y Hezbol¨¢, desde L¨ªbano, continuar¨¢ atacando a Israel, muy debilitado por el fracaso (pol¨ªtico, militar y moral) de la ¨²ltima guerra y que se ver¨¢ abocado a un terrible paso en falso.
O Israel asume que ha perdido la partida, pero a¨²n puede salvarse con otro juego, o no ver¨¢ por d¨®nde le va a llegar el golpe mortal. ?D¨®nde est¨¢ la astucia hist¨®rica de los grandes pol¨ªticos israel¨ªes?
Adolfo Garc¨ªa Ortega es escritor.
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