"Mi beb¨¦ est¨¢ en el retrete"
M¨®nica Ruiz, de 35 a?os, vecina de San Fernando de Henares y embarazada de 26 semanas, acudi¨® el pasado 8 de abril al servicio de urgencias del nuevo hospital del Henares por unos problemas estomacales. Poco despu¨¦s le informaron de que el feto hab¨ªa muerto y que ten¨ªan que provocarle el parto. Empezaron as¨ª siete horas de dolores y angustia en los que la mujer se sinti¨® "abandonada en una habitaci¨®n de un hospital en el que nadie mostr¨® inter¨¦s por mi caso". Todo acab¨® en un ba?o del hospital, en el que expuls¨® a su "beb¨¦" en el retrete, acompa?ada de su marido y viviendo "la peor pesadilla imaginable".
M¨®nica se ha decidido a escribir una carta de denuncia, cuyo contenido recoge hoy este diario. F¨ªsicamente se encuentra bien, aunque admite que psicol¨®gicamente est¨¢ "muy tocada". Ha denunciado el caso ante la polic¨ªa, el Defensor del Paciente, el propio hospital y la Oficina Municipal de Informaci¨®n al Consumidor (OMIC) de San Fernando, sin ninguna respuesta por ahora.
"Pas¨¦ seis horas de soledad, angustia y dolor. A mis avisos no acude nadie"
"Por lo menos lo has tenido en el v¨¢ter de un hospital", le dijo una ginec¨®loga
Un portavoz del centro defiende la actuaci¨®n del hospital y afirma que la mujer recibi¨® en todo momento la atenci¨®n precisa. Lamenta que se sintiera mal atendida, aunque a?ade que "en ning¨²n hospital los m¨¦dicos est¨¢n las 24 horas junto al paciente".
El pasado 8 de abril me empec¨¦ a encontrar mal. Llevaba dos d¨ªas con una descomposici¨®n y como estaba embarazada, decid¨ª acudir a las urgencias del nuevo hospital del Henares. Llegu¨¦ sobre las seis y media de la tarde y, tras una primera exploraci¨®n, me diagnosticaron una gastroenteritis. Debido a mi estado, tambi¨¦n me hicieron una ecograf¨ªa. El resultado fue malo, pero la forma de hac¨¦rmelo saber peor: sin ning¨²n tipo de consideraci¨®n, me informan secamente de que mi beb¨¦ ha muerto y que tienen que provocarme el parto.
Una hora m¨¢s tarde, me suben a una habitaci¨®n y me ponen un ¨®vulo para dilatar. Ah¨ª empez¨® mi calvario. Durante mi dilataci¨®n, estuve totalmente desatendida y abandonada. En la ¨²nica ocasi¨®n que apareci¨® el personal m¨¦dico, me pusieron paracetamol y se marcharon sin m¨¢s.
Pas¨¦ seis horas de soledad, angustia y dolor. Sobre la 1.30, harta, vuelvo a llamar al personal m¨¦dico. Lo intento varias veces, pero como no acude nadie es mi marido el que sale a buscarles. Vuelve acompa?ado de la enfermera que me hab¨ªa puesto el paracetamol y, cuando pedimos ver a un ginec¨®logo o a una matrona, nos dice que est¨¢n en un parto y que no puede atendernos.
La enfermera decide pincharme un nolotil y en ese momento siento una necesidad imperiosa de ir al ba?o. Entre mi marido y la enfermera me ayudan a llegar y entonces siento que sale el beb¨¦. Suplico a la enfermera que avise al m¨¦dico. Ella me dice que eso es imposible, que es muy pronto. ?C¨®mo pod¨ªa saberlo si nadie me hab¨ªa explorado desde hac¨ªa horas? Cuando al fin se percata de la situaci¨®n y observa que el beb¨¦ est¨¢ empezando a asomar, sale corriendo. Segundos despu¨¦s, sin que yo pudiera evitarlo de ninguna de las maneras pese a intentarlo con todas mis fuerzas, di a luz a mi beb¨¦.
Miro abajo y mi beb¨¦ est¨¢ en el retrete. Mi marido y yo no sabemos qu¨¦ hacer. Pasan los segundos y mi beb¨¦ sigue ah¨ª. Estamos angustiados y no paramos de llorar. Me vuelve a llevar a la cama. Minutos m¨¢s tarde, llega la enfermera con una se?ora con bata verde. La enfermera le informa de que el beb¨¦ est¨¢ en el v¨¢ter. Al minuto llega la ginec¨®loga y, al comunicarle la enfermera lo ocurrido, en una m¨¢s que contundente falta de humanidad, nos pregunta si no hemos "tirado de la cadena". Aunque la respuesta es m¨¢s que evidente, es la enfermera la que le dice que no, que mi beb¨¦ se encontraba a¨²n all¨ª. Las tres entran en el ba?o y se llevan a mi beb¨¦ para hacerle la autopsia.
A la ma?ana siguiente, tras poner una reclamaci¨®n, viene a visitarme una ginec¨®loga acompa?ada del jefe de planta, que se queda unos pasos m¨¢s atr¨¢s. La ginec¨®loga empieza a interrogarme y cuando me desahogo diciendo lo solos y desamparados que nos sentimos, ella me contesta: "Bueno, mujer, por lo menos lo has tenido en el v¨¢ter de un hospital". A¨²n no s¨¦ qu¨¦ quiso decir con eso. Estoy recuperada f¨ªsicamente, pero he quedado muy tocada psicol¨®gicamente y fue esa respuesta lo que m¨¢s nos duele. Porque cuando vas a un hospital, lo m¨ªnimo que esperas es ser atendido. Sabemos, por mucho que cueste admitirlo, que el beb¨¦ ya estaba muerto y que no se pod¨ªa hacer nada por ¨¦l. Pero una parte de m¨ª se niega a aceptarlo.
Al rato de irse la ginec¨®loga, regres¨® el jefe de planta y me pidi¨® que le contara todo lo que hab¨ªa ocurrido. Al d¨ªa siguiente vino otra ginec¨®loga -"?d¨®nde estaban todos la noche del 8 al 9 de abril?"-, me hizo un nuevo reconocimiento y me dio el alta. Ped¨ª que me hiciera antes una ecograf¨ªa y aunque la ginec¨®loga no lo cre¨ªa necesario, insist¨ª y accedi¨®. Durante esas horas, un trabajador del hospital, al que prefiero no identificar, me cont¨® que no pod¨ªa creerse todo lo ocurrido y me dio su nombre por si necesitaba un testigo. Horas m¨¢s tarde, tras ver que todo estaba bien, me dieron el alta.
Mi denuncia no va contra el personal m¨¦dico, escaso y con poco tacto, sino contra los responsables de que se haya abierto un hospital con escasos medios humanos y materiales, como ya se ha dicho muchas veces en el poco tiempo que lleva abierto. Sin olvidarnos de aquellos cuyo ¨²nico inter¨¦s ha sido salir en la foto, sin pensar en las personas que van al hospital cuando est¨¢n enfermos o necesitan ayuda m¨¦dica.
A todos aquellos a los que la vida de estas personas queda en un segundo plano, les deseo que sientan, aunque s¨®lo sea un minuto, el dolor, mi dolor. No el f¨ªsico, que ese se cura, sino el atroz miedo y desconcierto ante el abandono que sentimos mi marido y yo en una de las peores experiencias que uno puede sufrir. Con un solo minuto, entender¨¢n qu¨¦ es lo importante.
M¨®nica entr¨® en urgencias embarazada de seis meses. Siete horas despu¨¦s expuls¨® un feto muerto en los lavabos del hospital del Henares, acompa?ada s¨®lo por su marido
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