Ondulaci¨®n
Sin dejarse ver, pero observando a trav¨¦s de la tronera la nada que pasa. La mirada perdida por el horizonte infinito de una arena ondulada, cada uno de cuyos surcos son trabajo del viento, el tiempo. El escrutador es un vig¨ªa y un descifrador de las sombras. Aunque ah¨ª est¨¢ el desierto, no hay ni rastro de los t¨¢rtaros. Esta obstinaci¨®n por la contemplaci¨®n sin otro fruto que ella misma, entrecortada alguna vez por un suspiro, un susurro o un grito, invocaci¨®n del muec¨ªn desde una torre de loza m¨¢s que de marfil, es el oficio de los poetas. As¨ª se me presenta el perfil de Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n (Villarino de los Aires, Salamanca, 1944), al que no pierdo de vista. Leo y releo Ondulaciones. Poes¨ªa reunida (1968-2007) (Galaxia Gutenberg-C¨ªrculo de Lectores), compendio de mil y pico p¨¢ginas, en el que se desgranan casi cuarenta a?os de escritura, donde manos y ojos porf¨ªan por dar lustre a una realidad, de puro ilusoria, casi t¨¢rtara. ?Cu¨¢l ser¨¢ el misterio? Miguel Casado, prologuista de esta edici¨®n, cree interpretarlo a trav¨¦s de un verso del poemario Preludios, dedicado al pintor Jos¨¦ Manuel Broto, donde Ull¨¢n dice: "Varios pintan en ti, pero el dolor es uno"; o sea: que la concentraci¨®n en la unidad es propiciada por el dolor. Una contracci¨®n.
Amigo ¨ªntimo de artistas, como s¨®lo puede serlo quien lo es, una parte importante de la obra po¨¦tica de Ull¨¢n ha surgido de este encuentro. No s¨®lo en las dos versiones sucesivas de manchas nombradas, la primera que re¨²ne lo escrito en 1976 y 1977, y la segunda, entre 1985 y 1992, sino espigado por toda su trayectoria po¨¦tica. Luego est¨¢n las caligraf¨ªas, pictograf¨ªas, tachaduras, recortes y ensamblajes de quien ha hecho del poema, con una u otra intenci¨®n, un objeto visual. Ull¨¢n nunca ha sido indiferente a las esquinas y entresijos mudos que genera el poema, que es asimismo el silencioso mapa donde tundir las palabras, esas ahogadas voces que se escapan por los sumideros blancos del papel no sin dejar huellas.
?Cu¨¢ntos pintan, por tanto, a trav¨¦s de Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n y qu¨¦ es lo que pintan? Son varios y, sin duda, se concentran unitariamente por el dolor, ese proceso testimonial de la existencia como recuento implacable de p¨¦rdidas. Pero Ull¨¢n rebusca entre los pliegues de lo real ese inescrutable secreto a voces, ese ulular callado de las dunas, esa geograf¨ªa curva que regula el ondulante mar de arena. Es esta apremiada vivencia de lo infinito la que encierra todas las im¨¢genes, todas las palabras, todos los gestos y todas las melod¨ªas en ese solitario minarete donde se resguarda el poeta para fraguar su imprecante invocaci¨®n. De esta manera, Ull¨¢n reclama, en su decimosegundo y ¨²ltimo canto de 'Pasiones', "La porf¨ªa a favor de lo m¨²ltiple. Y, ante la nada giratoria, en / blanco. / Hasta as¨ª desplobar el emblema, la alameda, el deber. / Para que todo lo tenido en prenda, cantable, vuelva a entreabrirse a su sabor primero". Uno y m¨²ltiple, he aqu¨ª a lo que conduce el replegarse para desplegar lo real. La ra¨ªz dolorosa de la belleza, su luminoso surco.
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