Objetos con alma
Siete creadores explican la magia de un arte que no es s¨®lo de t¨ªteres ni es s¨®lo para ni?os, y que necesita el aliento del p¨²blico para vivir. Varios festivales y ferias en Espa?a exhiben su pujanza.
Los t¨ªteres no son cosa de ni?os. Desde Von Kleist hasta Arianne Mnouchkine, pasando por Lorca y Tadeusz Kantor, centenares de autores y de directores de primera fila han cultivado de maneras diferentes el arte de insuflar vida esc¨¦nica a la materia inerte. Un mu?equito min¨²sculo, un grifo, un abecedario de gomaespuma o una mano desnuda bajo un cenital pueden despertar en el p¨²blico tanta empat¨ªa como el mejor actor. Pasen, y vean que no hablo por hablar: en este teatrillo cabe el infinito y el m¨¢s all¨¢. Con motivo de la celebraci¨®n este mes del Titirimundi segoviano, de las ferias de Lleida y de Sevilla, y de otra media docena de festivales de teatro de t¨ªteres y de objetos, siete creadores que merecen tal nombre pasan revista a la actualidad de un arte en renovaci¨®n permanente.
Duda Paiva: "Para que el mu?eco est¨¦ vivo, ha de estar pensando todo el tiempo. No puedes dejar de prestarle tu energ¨ªa"
Arnaud Vidal: "Cada vez hay m¨¢s compa?¨ªas experimentales de otras disciplinas que usan t¨ªteres"
Jean-Pierre Larroche: "Me gusta el esp¨ªritu de las barracas. Mostramos al p¨²blico rarezas y peque?as sorpresas visuales"
"Cada poco tiempo surge un festival nuevo. Entre todos, le est¨¢n dando gran impulso a nuestro trabajo", dice Hugo Su¨¢rez, mitad aut¨®ctona de la compa?¨ªa peruana Hugo e In¨¦s y director de La Santa Rodilla. "Creo que ya hay m¨¢s festivales de t¨ªteres, la mayor¨ªa peque?itos, que de teatro, sobre todo en Espa?a: cada ciudad tiene el suyo. Pero cuando se dice 't¨ªteres' la mayor parte del p¨²blico piensa en teatro para ni?os. Por eso en Alemania han pasado a llamarlo figurentheater, palabra que engloba tambi¨¦n el teatro de objetos y el de sombras, y en otros lugares se le llama teatro de animaci¨®n o de figuras animadas". En 1990, cuando Hugo empez¨® a trabajar con In¨¦s Pasic, la mayor parte de las compa?¨ªas usaban t¨ªteres de guante, marionetas de hilo o mu?ecos bocones (muppets). ?l era mimo, y ella, pianista. "Pero vimos Peque?os suicidios, un espect¨¢culo de objetos, y decidimos imitarlo. De ah¨ª pasamos a crear personajes con los dedos de las manos, y despu¨¦s pensamos: '?Por qu¨¦ no intentarlo con otras partes del cuerpo?'. Frente al espejo, In¨¦s consigui¨® componer s¨®lo con su vientre desnudo una figura humana completa, y lo mismo hizo con un pie; yo compuse una con mi rodilla y as¨ª fuimos sacando, a lo largo de seis a?os de investigaci¨®n, las catorce que aparecen en Cuentos peque?os. Como son de carne y hueso, nuestros mu?ecos tienen mayor presencia esc¨¦nica que cualquier marioneta. Ahora hay grupos que nos imitan, y otros que han desarrollado su propio estilo a partir de lo que hacemos". Hugo e In¨¦s traen sus Cuentos peque?os a los festivales de Alc¨¢zar de San Juan y de Alcal¨¢ la Real. En Manolog¨ªas, los tres int¨¦rpretes de La Santa Rodilla crean mu?ecos al instante, s¨®lo con sus manos.
Tambi¨¦n Ilka Sch?nbein y Duda Paiva llegaron a la marioneta desde otro sitio. La alemana, desde la euritmia de Rudolf Steiner, una danza que no le bastaba para expresar los estados del alma. Sus criaturas son mu?ecos que se amoldan a ella como una m¨¢scara o m¨¢scaras manipuladas como si fueran mu?ecos, seg¨²n se mire. Parecen una proyecci¨®n suya con voluntad propia. "Se puede decir que son m¨¢scaras del cuerpo o cuerpos prestados con los que puedo expresar mejor un estado interior". En los veinte a?os que lleva trabajando, el universo del t¨ªtere ha cambiado mucho. "Lo que entonces era novedoso, hoy es moneda corriente. Ahora se experimenta con todo, y todo es posible. Se han roto los l¨ªmites: es dif¨ªcil decir qu¨¦ es y qu¨¦ no es teatro de marionetas". Sch?nbein es ¨²nica: alguien podr¨¢ copiar su est¨¦tica, si as¨ª lo desea, pero no la calidad de su energ¨ªa. "He encontrado mi propia manera de trabajar. La marioneta est¨¢ a mitad de camino entre el actor y la imagen pl¨¢stica, entre la vida y la muerte: eso exige moverla muy lentamente, a la manera de la danza butoh. Hay que darle su propia atm¨®sfera". Carne de mi carne, espect¨¢culo hipn¨®tico basado en una novela autobiogr¨¢fica cruel de la artista circense Aglaja Veterany, forma parte de su trilog¨ªa Mamans fatales.
Duda Paiva, brasile?o, es un bailar¨ªn consumado que en 1996 entr¨® en la Galili Dance Company, de Groningen. "Un d¨ªa hicimos una coproducci¨®n con el Gertrude Theatre, de Tel Aviv, especializado en mezclar marionetas con danza, y tuve un flechazo. La danza contempor¨¢nea es introspectiva, filos¨®fica y muy bella, pero el t¨ªtere le aporta, adem¨¢s, emoci¨®n. El t¨ªtere es algo que necesita del aliento del p¨²blico para vivir". En ?ngel, espect¨¢culo programado en la feria de Lleida, Paiva baila con un mu?eco muy d¨²ctil, que representa a un ni?o de tama?o natural, al que presta su propia voz: "Se puede sentir la sangre corriendo por sus venas de gomaespuma", escribi¨® un cr¨ªtico tras una representaci¨®n en Titirimundi. A Paiva, que vive en Holanda, el t¨ªtere le permite expresar abstracciones de manera impactante. Morningstar, su segundo espect¨¢culo en solitario, habla de la propagaci¨®n del mal a trav¨¦s de un personaje que, de cintura para abajo, comparte el cuerpo del manipulador: "Es un hombre corriente que va dejando crecer el diablo dentro de s¨ª". Respecto a la manera de manipularlo, dice: "Para que el mu?eco est¨¦ vivo, ha de estar pensando todo el tiempo. No puedes dejar de prestarle tu energ¨ªa ni un solo instante".
Jordi Bertran estudio m¨²sica y se aficion¨® al teatro viendo a un grupo de calle. Pepe Otal le ense?¨® el secreto de los t¨ªteres de hilo, "que llegaron a Espa?a a trav¨¦s de Harry Vernon Tozer, maestro de Otal", dice. "Aqu¨ª ten¨ªamos los de la T¨ªa Norica, en C¨¢diz, m¨¢s rudimentarios". Preparando una versi¨®n de la Divina comedia, a Bertran se le ocurri¨® incluir a Joan Brossa entre los poetas condenados al infierno: "Pens¨¦ que se sentir¨ªa a gusto all¨ª, prepar¨¦ una escena inspirada en sus Poemas visuales, con letras de gomaespuma animadas, y al final, hice todo el espect¨¢culo en torno al poeta catal¨¢n". El otro hit de Bertran es una versi¨®n de El avaro interpretada por grifos de cocina y ba?o, manipulados prodigiosamente. En su opini¨®n, Brasil es la meca actual del t¨ªtere. "El festival internacional de referencia sigue siendo el de Charleville-M¨¦zi¨¨res, en Francia, pero all¨ª est¨¢n los de Belo Horizonte y Curitiba, y la Administraci¨®n del Estado invierte mucho dinero, de un porcentaje fijo para cultura y obra social que aportan las empresas, en llevar compa?¨ªas brasile?as e internacionales por todo el pa¨ªs. Esto ha producido un efecto inmediato: ahora aparecen t¨ªteres en los videoclips de los grupos de rock y en muchos programas de televisi¨®n".
Jean-Pierre Larroche, director de Les Ateliers du Spectacle, no se considera titiritero. "Las marionetas me encantan, pero jam¨¢s trabaj¨¦ con ellas. No tengo ese don. Yo hago teatro con dispositivos mec¨¢nicos, mezclando artesan¨ªa de hilo y tecnolog¨ªa". Larroche, arquitecto, es la reencarnaci¨®n francesa de nuestro profesor Franz de Copenhague, puesto al d¨ªa. Los escenarios de sus espect¨¢culos suelen estar llenos de cachivaches cuyo sentido se nos escapa hasta que empiezan a moverse: son mecanismos de relojer¨ªa que se disparan con efectos imprevistos. "A distance, que presentaremos en Titirimundi y en Madrid, es una sucesi¨®n de escenas donde no se cuenta historia alguna. Es como si observ¨¢ramos a alguien que estuviera en su laboratorio haciendo experimentos". O como si entr¨¢ramos en una de esas barracas decimon¨®nicas donde se exhib¨ªan maravillas y portentos. "Me gusta el esp¨ªritu de las barracas. En Les Ateliers mostramos al p¨²blico curiosidades y peque?as sorpresas visuales".
Del Pulcinella de Salvatore Gatto se puede decir aquello de: "?ste es el hacha de mi abuelo. Mi padre le cambi¨® la hoja, yo le cambi¨¦ el mango". El grand¨ªsimo artista napolitano lo tiene en repertorio desde hace treinta a?os: "Pero jam¨¢s hice la misma funci¨®n dos veces. Lo ¨²nico que permanece constante son las danzas del pr¨®logo y del ep¨ªlogo. El resto puede parecer lo mismo, pero no lo es: cambia seg¨²n la situaci¨®n y seg¨²n el p¨²blico que tengamos". Efectivamente, por la velocidad y por la precisi¨®n con que Gatto mueve sus mu?ecos, en las peleas especialmente, parece que su Pulcinella estuviera pautado al mil¨ªmetro. "Lo he cambiado todo, di¨¢logos y personajes, pero s¨®lo me pertenece el veinte por ciento del espect¨¢culo. El setenta por ciento es herencia y tradici¨®n, y el diez por ciento restante, lo que el p¨²blico pone a diario: hay que saber escucharle". Estos t¨ªteres de cachiporra salvaje ya aparecen citados en la literatura del Cinquecento. "Aprend¨ª a manejarlos hace treinta a?os, pero jam¨¢s memoric¨¦ el texto, para no mecanizarlo".
Como el sino del titiritero es la trashumancia, alguno lleva su propio teatro a cuestas. El de Les Chiffoni¨¨res y Le Cin¨¦rama es una caravana enorme hecha a mano, a la manera de las de los feriantes que atravesaban Europa durante el siglo XIX. El a?o pasado se les descolg¨®, camino de Madrid, y se despanzurr¨® contra la cuneta. La han reconstruido con paciencia infinita. "El teatro est¨¢ dividido en parcelas, redes y camarillas", dice Arnaud Vidal, primus inter pares de esta compa?¨ªa doble. "Pero a nosotros nos gusta actuar en cualquier sitio: nuestra roulotte escenario se puede instalar en plena calle y dentro de un gran teatro. Hoy trabajamos con marionetas, ayer fuimos cine ambulante y pasado ma?ana puede que s¨®lo utilicemos actores. Lo pr¨®ximo que haremos es teatro de t¨ªteres en una carpa circense. Nos gusta cocinar temas de nuestro tiempo, y servirlos con est¨¦tica a?eja, de teatro de feria". Respecto a la salud del g¨¦nero, Vidal cree que es mejor que buena: "Cada vez hay m¨¢s compa?¨ªas experimentales de otras disciplinas que usan t¨ªteres. El Th¨¦?tre du Soleil, por ejemplo, hizo de sus actores marionetas humanas en Tambours sur la digue". En ese espect¨¢culo, cada int¨¦rprete, enmascarado y sin un mil¨ªmetro de piel a la vista, era movido y llevado en volandas por dos compa?eros vestidos de negro y encapuchados, como los manipuladores japoneses: Arianne Mnouchkine convirti¨® su troupe en esa compa?¨ªa de supermarionetas con la que, en su d¨ªa, so?ara Gordon Craig.
Fira de Teatre de Titelles de Lleida. Hasta el 4 de mayo. www.firatitelles.com Festival de T¨ªteres de Albacete. Hasta el 13 de mayo. Festival Internacional de T¨ªteres de Alc¨¢zar de San Juan (Ciudad Real). Del 5 al 11 de mayo. www.festivaldealcazar.com Titirimundi. Segovia. Del 8 al 15 de mayo. Con extensiones en todas las capitales de Castilla y Le¨®n y en la Comunidad de Madrid. www.titirimundi.com Feria Internacional del T¨ªtere de Sevilla. Del 9 al 18 de mayo. http://icas-sevilla.org Titereal. Alcal¨¢ la Real (Ja¨¦n). Del 9 al 11 de mayo. Festival de T¨ªteres y Marionetas. Berasarain (Navarra). Del 17 al 24 de mayo. Festival de T¨ªteres de Redondela (Pontevedra). Del 26 de mayo al 1 de junio. Festival de Teatro con T¨ªteres, Objetos y Visual. Granada. Del 27 de mayo al 1 de junio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.