John Banville es John Banville
Recuerda John Banville en las p¨¢ginas iniciales de esta bell¨ªsima miscel¨¢nea sobre Praga que la naturaleza del arte es inventar la realidad. Por supuesto, no pretende ser el primero en afirmarlo. Lo dijo Nabokov al hablar de la Am¨¦rica inventada en Lolita y lo escribi¨® Henry James al advertir a H. G. Wells en una carta de que "el arte hace la vida, hace el inter¨¦s, hace la importancia". Antes de su primera visita a la ciudad a principios de los ochenta, Banville ya hab¨ªa escrito acerca de ella en una novela. Ten¨ªa curiosidad por comprobar c¨®mo de exacta hab¨ªa sido su intuici¨®n, y, aunque le sorprendi¨® su acierto, no sinti¨® alegr¨ªa. ?Por qu¨¦? "En parte porque all¨ª, mientras contemplaba mi obra, pens¨¦ una vez m¨¢s en el profundo car¨¢cter fraudulento de la ficci¨®n". Ese car¨¢cter fraudulento no es sino la constataci¨®n de que cualquier representaci¨®n de una realidad no es nunca la realidad misma. Parecido problema tienen el historiador o el ensayista. Por mucho que queramos mostrar, no puede contarse todo. Incluso si evocamos una experiencia personal, "la memoria es un mural inmenso, animado, en que el tiempo ha causado estragos".
Im¨¢genes de Praga
John Banville
Traducci¨®n de Fabi¨¢n Chueca
Herce. Madrid, 2008
227 p¨¢ginas. 18,50 euros
La Praga que describe Banville en estas Im¨¢genes de Praga es, como no pod¨ªa ser de otro modo, una Praga parcial. La parcialidad, sin embargo, se halla en el material de que se nutre no en el cuadro que al final resulta. Su Praga son instant¨¢neas adheridas azarosamente a la memoria (unas hojas ca¨ªdas a la orilla de un camino, una madre y su hijo peque?o en un cementerio, unos capiteles entrevistos a trav¨¦s de las ramas de un ¨¢rbol...); y es tambi¨¦n el recuerdo de los amigos all¨ª hechos; la verg¨¹enza que sufri¨® en su primer viaje al comprobar el terrible sinsentido estalinista; las anticipaciones de Kafka; las fotograf¨ªas de Josef Sudek; los cuentos de Jan Neruda; el Golem de Mayrink; la furia coleccionista del emperador Rodolfo II o la rivalidad de Tycho Brahe y Kepler. Recortes arbitrarios, reunidos por la mirada clara de Banville, de una Praga inventada que consigue ser al mismo tiempo la Praga real. Como ¨¦l dice, la obra de arte se?ala "los asuntos esenciales, los momentos esenciales, en el flujo desordenado que es la vida real, vivida, aunque siempre reconociendo la basura ignorada pero vigorizante que se deja atr¨¢s".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.