El crimen escrito de Kerouac y Burroughs
El asesinato cometido por su amigo Lucien Carr inspir¨® una novela in¨¦dita redactada al alim¨®n por los dos autores
Tres amigos, una v¨ªctima y un cuchillo de boy scout. ?sta es una historia real protagonizada por dos iconos de la generaci¨®n beat, William Burroughs y Jack Kerouac, y un homicida, su amigo Lucien Carr, que mat¨® a David Kammerer, un monitor de boy scouts homosexual que estaba obsesionado con ¨¦l.
Ninguno de los protagonistas de la obra aparece con su nombre
El homicidio fue el brusco despertar de unos j¨®venes juerguistas
"Lucien era el aglutinante del grupo", dijo de ¨¦l Ginsberg
El tr¨¢gico suceso, que dinamit¨® aquel grupo de j¨®venes alocados llamado a revolucionar el panorama literario norteamericano, fue la base sobre la que Burroughs y Kerouac escribieron una novela de ficci¨®n. De eso hace ya 63 a?os. Se edita el pr¨®ximo 6 de noviembre, ahora que ya han pasado a mejor vida los protagonistas de la historia, y una vez desbloqueadas las trifulcas en torno al legado de Kerouac.
El asesinato de Kammerer supuso un brusco despertar al mundo real de un grupo de veintea?eros aficionados a las juergas y al alcohol, entre los que tambi¨¦n se encontraba el tercer miembro de la sant¨ªsima trinidad beat, Allen Ginsberg, con el que Carr compart¨ªa piso. La espontaneidad, actuar sin pensar demasiado, vivir el momento, s¨ª, todo eso estaba en el esp¨ªritu del grupo. Pero aquella fat¨ªdica noche de agosto de 1944, las cosas se les fueron de las manos y Carr, Kerouac y Burroughs acabaron dando con sus huesos en chirona. Aunque por poco tiempo.
Carr era un chico muy guapo. "Lleno de energ¨ªa, parlanch¨ªn, entusiasta", cuenta por tel¨¦fono desde Nueva York Regina Weinreich, experta en la generaci¨®n beat. Carr era un polo de atracci¨®n para todos, incluido el propio Kerouac. M¨¢s que fascinado estaba tambi¨¦n Kammerer, que entonces ten¨ªa 35 a?os. Dej¨® su Saint Louis natal para estar cerca de aquel chaval tan guapo de 17 a?os y se ados¨® al grupo de aquellos j¨®venes inquietos y hedonistas a los que les gustaba salir por Times Square para mezclarse con los personajes del underground neoyorquino. Pero se convirti¨® en una presencia inc¨®moda.
Aquella fat¨ªdica noche neoyorquina de agosto de 1944, sentado en un banco de Riverside Park, Kammerer se aproxim¨® m¨¢s que nunca a Carr: "Si no puedes quererme, m¨¢tame". Es la frase que en los c¨ªrculos de la Universidad de Columbia se atribuy¨® a Kammerer en su desesperado intento por conquistar al guapo adolescente.
Lo cuenta Joyce Johnson, de 75 a?os, ex pareja de Kerouac, que est¨¢ preparando una biograf¨ªa (que se publicar¨¢ en 2010) sobre el m¨ªtico autor de En el camino. "Ese incidente dinamit¨® el grupo", dice Johnson por tel¨¦fono desde Nueva York. "Fue una cat¨¢strofe, cada uno se fue por su lado a ra¨ªz del episodio Kammerer".
En la novela basada en aquel hecho, ninguno de los protagonistas del incidente aparece con su nombre real. Es una ficci¨®n escrita a dos manos en 1945, de 18 cap¨ªtulos. Nueve est¨¢n firmados por un tipo que en aquel entonces firm¨® como William Lee; otros nueve, por otro que estamp¨® la firma de John -en vez de Jack- Kerouac.
Por aquel entonces ninguno de los dos hab¨ªa escrito nada relevante y ninguna editorial se la compr¨®. Penguin Classics, que la publicar¨¢ en ingl¨¦s en el Reino Unido, tampoco quiere revelar demasiados detalles. Se sabe el t¨ªtulo: And the hippos were boiled in their tanks (Y los hipop¨®tamos hirvieron en sus tanques), en alusi¨®n a una noticia que ambos autores escucharon en la radio sobre un incendio en un zoo de Saint Louis.
Adam Freudenheim, responsable de Penguin Classics, reconoce que, probablemente, es la primera persona que ha le¨ªdo la novela en el Reino Unido. Fue hace apenas tres meses y est¨¢ deseando que llegue el momento de su publicaci¨®n: "Lo m¨¢s interesante es el aspecto autobiogr¨¢fico, comprobar c¨®mo escribieron sobre aquel crimen", cuenta por tel¨¦fono desde Londres.
Aquella tr¨¢gica noche, tras asesinar a Kammerer con su cuchillo de boy scout, Carr llen¨® de piedras los bolsillos del cad¨¢ver y lo hundi¨® en el r¨ªo Hudson. Desorientado, acudi¨® a ver a sus dos amigos para buscar consejo, involucr¨¢ndoles sin darse cuenta en el homicidio. Burroughs le sugiri¨® que se entregase a la polic¨ªa, aunque no inform¨® a las autoridades. Kerouac pas¨® todo el d¨ªa siguiente con Carr. "Incluso se fueron juntos al MOMA [Museo de Arte de Moderno de Nueva York]
", cuenta Joyce Johnson. Se deshicieron del cuchillo, lo tiraron por una alcantarilla. Ya por la tarde, acudieron juntos para que Lucien se entregara. Los encerraron en chirona a los dos. A Kerouac, por encubridor.
En la novela, Burroughs escribe los cap¨ªtulos impares, en los que el narrador es Will Dennison, un camarero sumido en el submundo criminal de Nueva York. Kerouac firma los pares, narrando como Mike Ryko, un marino mercante bebedor.
Freudenheim env¨ªa, a petici¨®n de EL PA?S, las primeras l¨ªneas de esta novela: "Los bares cierran a las tres de la madrugada los s¨¢bados por la noche, as¨ª que llegu¨¦ a casa sobre las 3.45 despu¨¦s de desayunar en el Riker's, en la esquina de Christopher Street con la S¨¦ptima Avenida. Dej¨¦ el News y el Mirror sobre el sof¨¢ y me despoj¨¦ de mi chaqueta mil rayas y la tir¨¦ encima. Me iba directo a la cama" [fragmento remitido por Penguin Classics, traducido en EL PA?S y reproducido por cortes¨ªa de los herederos de Burroughs y Kerouac].
Fuentes de Anagrama, principal editorial de la obra de Kerouac en Espa?a, confiesan que est¨¢n en negociaciones con el agente Andrew Wylie para publicar la novela en espa?ol. Desde las oficinas londinenses de Wylie confirman la existencia de esas negociaciones, pero no revelan si hay m¨¢s candidatos en liza.
"La publicaci¨®n de la novela deval¨²a la obra de Kerouac en su conjunto". Lo dice desde su casa en Corte Madera, California, Gerald Nicosia, autor de una de las m¨¢s importantes biograf¨ªas de Kerouac, Memory babe. "?Descubriremos que era un gran autor a los 22 a?os? Lo dudo. Esa novela deber¨ªa ser depositada en una biblioteca". Nicosia, que a¨²n no ha podido leerla, tom¨® parte en la batalla que durante m¨¢s de una d¨¦cada enfrent¨® a Jan Kerouac (hija del segundo matrimonio de Kerouac) y a John Sampas (depositario de los derechos y hermano de Stella Sampas, tercera y ¨²ltima mujer del autor).
El propio Burroughs, c¨¦lebre autor de El almuerzo desnudo, declar¨® en el documental Burroughs, realizado en 1983 por Howard Brookner, que And the hipppos... no es una obra muy distinguida. Opini¨®n que no rebate el editor de Penguin Classics: "Nadie dir¨¢ que es la gran novela in¨¦dita de estos autores. Sin embargo, tiene gran inter¨¦s".
Freudenheim explica que el proceso vivido por esta novela es el de tantas obras p¨®stumas. Al principio, los herederos respetan los deseos de los autores y se niegan a publicarlas: "Con el tiempo, van alcanzando un punto de vista distinto y comprueban que los lectores est¨¢n muy interesados en conocer esas primeras obras". Nicosia sostiene que el objetivo de los herederos, m¨¢s all¨¢ de preservar un legado, es hacer dinero.
Kerouac le prometi¨® a su amigo Lucien Carr que nunca escribir¨ªa sobre aquel tr¨¢gico episodio. Se salt¨® su promesa tres veces -ya lo mencionaba en su primera novela, La ciudad y el campo, y en la ¨²ltima, La vanidad de los Duluoz-. Carr, con quien mantuvo la amistad durante toda su vida, necesitaba olvidar, zafarse del fantasma de Kammerer. Cometi¨® el asesinato siendo menor de edad y sus profesores de la Universidad de Columbia testificaron a su favor. Era muy buen alumno, con lo cual, entre unas cosas y otras, acab¨® cumpliendo s¨®lo dos a?os de condena. "Pero el episodio descarril¨® su vida", dice Johnson. "Se dej¨® bigote para no estar tan guapo. No quer¨ªa atraer a ning¨²n otro hombre gay. Era un hombre muy vol¨¢til. Pod¨ªa ser encantador y, de repente, transformarse en alguien malo. Adem¨¢s, beb¨ªa mucho, con lo cual se pon¨ªa peor". Su ¨²ltima mujer, Kathleen Silvassy, no quiso hacer declaraciones a este peri¨®dico.
Johnson, que fue pareja de Kerouac a?os despu¨¦s del homicidio, recuerda perfectamente la ¨²ltima vez que vio a Kerouac y Carr juntos. Fue en el apartamento de este ¨²ltimo, en Nueva York, en 1962. "Jack me llam¨® para que nos vi¨¦ramos y yo le dije que estaba con mi marido, a lo que me respondi¨®: 'Pues trae a tu peque?o marido contigo'. Cuando llegamos estaban borrachos y Jack ten¨ªa un aspecto muy deteriorado. Se hab¨ªa convertido en un borracho cabreado. Estaban quem¨¢ndose el uno al otro con cigarrillos, fue muy desagradable, nos fuimos enseguida".
El episodio Kammerer reforz¨® la relaci¨®n de Kerouac con Carr, dice Johnson. Se ve¨ªan a menudo y tuvo con ¨¦l una amistad mucho m¨¢s intensa que con Burroughs, con el que mantuvo relaci¨®n b¨¢sicamente por carta. "Burroughs era mayor, m¨¢s sofisticado y, adem¨¢s, no estaba en Nueva York. Pero de todas formas, hab¨ªa algo homoer¨®tico en esas intensas relaciones entre hombres". Burroughs era bisexual.
Siete a?os despu¨¦s del asesinato de Kammerer, en 1951, Burroughs, gran amante de las armas, mat¨® accidentalmente a su mujer. Emulando a Guillermo Tell, ella coloc¨® un vaso sobre su cabeza y su marido err¨® el tiro. La superaci¨®n de ese episodio, dec¨ªa, fue lo que le llev¨® a escribir. En 1957, Kerouac encontr¨® la gloria con la publicaci¨®n de En el camino, obra cumbre de la literatura beat. Muri¨® de cirrosis a los 47 a?os.
Carr, gran inspirador de los beatniks, desarroll¨® una carrera period¨ªstica en la agencia United Press Internacional, donde lleg¨® a ser editor jefe de noticias nacionales. Mantuvo relaci¨®n con sus amigos escritores y muri¨® en 2005, a los 79 a?os. Sobre su papel en aquel grupo, Ginsberg lleg¨® a decir de ¨¦l: "Lou was the glue" ("Lou era el aglutinante").
Finanzas, novela negra, jazz y rock
Lucien Carr cumpli¨® dos a?os de condena por el asesinato de David Kammerer, un monitor de boy scouts homosexual que se encaprich¨® de ¨¦l. Sus dos encubridores, William Burroughs y Jack Kerouac, tuvieron que pagar fianza para salir de la c¨¢rcel. A Burroughs, autor de El almuerzo desnudo, se la pag¨® su padre, seg¨²n The Sunday Telegraph. A Kerouac, no. Su progenitor, franco-canadiense de pro, le repudi¨®, avergonzado de que un hijo suyo estuviera tras los barrotes de una prisi¨®n del Bronx, cuenta Regina Weinreich, profesora de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y autora del documental Generaci¨®n beat: un sue?o americano.
Para salir de prisi¨®n, a Kerouac no le qued¨® otra que casarse con su novia, Edie Parker, titular de unos fondos de los que ¨¦sta s¨®lo pod¨ªa disponer el d¨ªa de su matrimonio. As¨ª es como Kerouac y Parker acabaron cas¨¢ndose entre rejas. El matrimonio dur¨® apenas un a?o. La muerte de Kammerer daba claramente para una novela negra. Y as¨ª es la obra inspirada en ese suceso, And the hippos were boiled in their tanks (Y los hipop¨®tamos hirvieron en sus tanuques), colaboraci¨®n entre dos iconos de la generaci¨®n beat que la editorial Penguin la emparenta con el estilo del maestro Dashiell Hammett.
El escritor argentino Rodrigo Fres¨¢n, entusiasta de la obra de los beat, sostiene que todo autor que no quiere que una de sus obras sea publicada a t¨ªtulo p¨®stumo la destruye antes de morir. "Los dos tuvieron tiempo de sobra para destruirla". Son, dice, dos autores muy distintos pero, en cierto modo, complementarios: "Kerouac era el jazz, tra¨ªa su pasado rom¨¢ntico, enlazaba con los cl¨¢sicos, de Jack London a Hemingway. Burroughs era el rock, anticip¨® cierta literatura experimental que llegar¨ªa m¨¢s tarde. Kerouac revisa; Burroughs anticipa. Se potenciaron el uno al otro".
Babelia
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